Una farmacéutica explica por qué los tintes sin amoniaco son peores que los que incluyen este compuesto

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Muchos eligen los tintes sin amoniaco pensando que son el producto menos dañino para el pelo. Pero esto es en realidad un falso mito. La farmacéutica especializada en el cuidado capilar, Helena Rodero, ha lanzado un contundente mensaje sobre los tintes sin amoniaco, desmontando la creencia popular de que son una opción más segura para el cabello.

Según explica, estos tintes emplean un compuesto denominado monoetanolamina para sustituir el amoniaco que, lejos de ser inofensivo, puede "romper la cutícula, freírla y dejar el cabello más seco, crespo, sin brillo ni vitalidad".

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Rodero explica que el rechazo al uso de amoniaco en tintes se debe principalmente al olor que desprende, lo que lleva a los consumidores a percibirlo como un producto más agresivo. No obstante, diversos estudios científicos demuestran que el amoniaco produce menos daño en la cutícula que la monoetanolamina. "El tratar el cabello con amoniaco no lo daña apenas", afirma la experta, mientras que el compuesto alternativo genera un impacto mucho más perjudicial, llegando a dejar la cutícula "deshecha".

La farmacéutica también aclara los efectos de los distintos tintes en el cabello. Los tintes permanentes cubren las canas de manera efectiva, pero todos provocan cierto daño, especialmente en los procesos de decoloración, que eliminan el pigmento natural del cabello. En cambio, los tintes temporales no penetran en la estructura del cabello, se limitan a depositar pigmento externamente, por lo que no lo perjudican, aunque su duración es limitada.

La henna se presenta como una alternativa interesante para quienes buscan un cambio de color menos agresivo. Aunque actúa como un tinte temporal al depositar el pigmento de manera externa, tiene la característica de ofrecer una mayor duración. Sin embargo, Rodero insiste en que "todos los tintes", incluso los que se consideran más naturales, generan algún nivel de daño en el cabello.

Otro falso mito sobre el daño capilar

Además, ha desmontado otro mito muy extendido sobre el cuidado del cabello: "secar al aire no es bueno para tu fibra capilar, y menos si te duermes con el cabello húmedo". Según Rodero, esto puede provocar que el agua quede retenida en el cabello, dañando la estructura capilar. Para evitar estos problemas, la farmacéutica ha compartido una serie de recomendaciones sobre cómo secar el cabello de forma correcta y mantenerlo en las mejores condiciones posibles.

Para un cabello liso, es mejor usar el secador a una temperatura media, manteniendo una distancia de 15 cm del cabello. El secado debe realizarse de raíz a puntas, moviendo el secador de las capas internas hacia las externas. Es fundamental "mover frecuentemente el secador e intercalar con aire frío" para evitar daños, utilizando una velocidad alta. De esta manera, se logra un secado eficiente sin dañar la fibra capilar.

Para quienes tienen cabello rizado, la experta recomienda utilizar un difusor a velocidad y temperatura medias. Rodero sugiere mover el difusor "de arriba a abajo para bajar el volumen" o colocar la cabeza boca abajo para ganar volumen en los rizos. Es importante no deshacer los rizos mientras se seca, y tener paciencia para que el cabello vaya secándose de forma natural.

La farmacéutica Helena Rodero advierte que "el secador daña el cabello cuando la temperatura en la capa externa de la fibra es mayor de 50 grados centígrados". Por esta razón, se debe mantener el secador a una distancia adecuada, moverlo constantemente e intercalar con aire frío para evitar que el calor excesivo deshaga la cutícula del cabello. Este proceso permite eliminar la humedad del cabello de forma eficaz sin causar daños innecesarios.