El 'pope' español del 'mindfulness' te explica la auténtica relación entre meditación y psiquiatría

La meditación forma parte del día a día de miles de españoles. En 2018, casi la mitad de los encuestados por Statista afirmaba haberla aplicado como terapia alternativa al menos una vez en semana. Casi un 26%, de manera puntual. Esta práctica llegó a la vida de Javier García Campayo cuando apenas tenía 15 años. Desde hace años encuentra en esta la oportunidad de aunar una gran afición con su profesión, la psiquiatría. Pero, ¿cuál es la relación entre ambos campos? ¿Está implantada en la práctica clínica actual y en la futura? Este experto sostiene que se sumará en más consultas y que se tratará de alcanzar una "medicina personalizada". "Ha llegado para quedarse; cada vez se va a ir perfilando mejor en qué personas es eficaz y cuánto", afirma el 'pope' español.

Este médico lleva desde la primera década del siglo XXI escribiendo artículos sobre las meditaciones. Desde entonces, también ha publicado más de una decena de libros al respecto —el último, La quintaesencia de la meditación. Los brahmaviharas: amor, compasión, alegría, ecuanimidad, se ha presentado hace apenas unos días—, lo cual compagina con su labor como docente al frente del máster de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza y con la pata más asistencial como psiquiatra en el Hospital Universitario Miguel Servet.

Este experto explica que la meditación consiste en el entrenamiento de la atención y que está igual de aceptada en el campo de la psicología, como en el de la psiquiatría. A fin de cuentas, la inclusión de esta práctica depende del tipo de formación del profesional. Cuando es "abierta", tiende a incluir cuestiones de las terapias de tercera generación, también mindfulness (un tipo de meditación), porque los pacientes suelen aceptarlas "muy bien".

"En los últimos 10-15 años, las terapias de tercera generación cada vez son más frecuentes. Entre un 20 y un 30% de los profesionales conocen la técnica y la ofertan", asegura.

Evidencia científica de los efectos de la meditación

La inclusión de la meditación tiene evidencia científica "sólida", que respalda su uso. “Los estudios apuntan a que practicarlo durante cinco o diez minutos al día durante tres meses produce cambios muy evidentes. Hay algunos psicológicos importantes que se pueden medir con cuestionarios. Además, si se hace una resonancia magnética se apreciarían variaciones en las conexiones cerebrales”, detalla. El psiquiatra, sin embargo, puntualiza que esto lo produce toda la psicoterapia, no solo la meditación.

"La meditación puede utilizarse como terapia cuando estamos mal o como prevención. Per se podría considerarse una terapia, pero depende del tipo de la patología, la sería o, o no, suficiente", relata. Es decir, cuando la persona tiene un trauma por abusos o por bullying, la meditación "no serviría", pues haría falta una terapia muy específica, que no son las de tercera generación.

"Lo que intentamos es evitar la idea errónea que tiene mucha gente de que meditando se resuelve todo. Se resuelven muchas cosas, pero hay algunas que no. Es una terapia como cualquier otra", puntualiza.

El psiquiatra afirma que en España muchos son los hospitales que cuentan con alguna sección de lo conocido como técnicas basadas en mindfulness y que se están utilizando, por ejemplo, con el dolor. Para explicar cómo actúa, el catedrático afirma que, entre elegir un dolor intenso durante cinco minutos o uno leve por cinco años, la mayoría de las personas se decanta por la primera opción. El problema llega con cualquier enfermedad que conlleva un dolor crónico, como puede ser la fibromialgia. "Tienes un dolor tres sobre diez, es soportable, pero lo que hace que deje de serlo es que el paciente piense que lo tendrá para toda la vida. Pero es un dolor que no existe", comenta. Es ahí cuando interviene el mindfulness en dichas unidades.

"Está en consultas externas, sobre todo para la prevención de la depresión recurrente, pues tiende a repetirse. Si el paciente ha padecido una depresión, tiene un 50% de posibilidades de tener un segundo episodio; si ha sufrido un par, un 80% de tener un tercero. Si ya se ha pasado tres, es crónico", afirma.

¿A partir de qué edad se puede empezar a meditar?

García Campayo recuerda que la recomendación para incorporar la meditación es a partir de los seis años. Es más, el mindfulness se está incluyendo en la educación. Cuando llegan a esa edad es cuando comienza el diálogo interno y la preocupación. Por las características de estos, se suele comenzar con dosis "muy cortitas", de entre tres y cinco minutos. Además, se prepara de tal forma que sea muy lúdica. Con el paso del tiempo, los alumnos tienden a repetirlo de forma "muy natural".

"Con la meditación se resuelven muchas cosas, pero hay algunas que no. Es una terapia como cualquier otra"

La adolescencia, sin embargo, es una época compleja para introducirlo. Una vez pasada esa etapa, en la universidad cobra especial relevancia. "La población universitaria es la que tiene peor salud mental de toda la población. Piensa que es normal estar estresado y que no tiene que pedir allí. El mindfulness se está utilizando sistemáticamente en las universidades, y no solo en España. Lo ofrecen para mejorar su salud mental, con el objetivo de prevenir el estrés. Es la mejor técnica para ello", asevera.