Menú
Me van a operar y quiero una cicatriz pequeña: ¿va a quedar mejor?
  1. Bienestar
'¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?'

Me van a operar y quiero una cicatriz pequeña: ¿va a quedar mejor?

La cirugía del siglo XXI nos ha traído incisiones de tamaños más pequeños. Algunos procedimientos se realizan, incluso, mediante punciones en la piel. ¿Será verdad eso de que, cuanto más pequeño, mejor?

Foto: Puntos en el labio. (iStock)
Puntos en el labio. (iStock)

El Dr. Frederic Larsan cuenta que una de las preguntas que suelen hacerle en la primera consulta es: "Doctor, ¿Me va a abrir mucho?". Con su sarcasmo habitual, él suele responder: "solo lo justo; ni mucho ni poco". Y como el paciente le mira con cara de póker, este aclara de inmediato: "Lo importante es que podamos ver bien lo que hacernos dentro, y para ello, a veces, tenemos que hacer una incisión que le podrá parecer muy grande, pero que, en realidad, no lo es a efectos prácticos". Los más audaces suelen insistirle: "Pero, ¿me va a quedar mucha cicatriz, o no?". "No se preocupe tanto de su aspecto exterior, sino de que dentro quede todo bien arreglado", responde este, saliendo por la tangente, ante una pregunta tan pertinente como incómoda.

En el mundo de los cirujanos es bien conocida la siguiente frase: "A grandes cirujanos, grandes incisiones". Es un aforismo con el que todos hemos aprendido, y que hace referencia a la importancia que tiene que el cirujano manipule quirúrgicamente el órgano que opera de la manera más óptima posible. Es decir, defiende que una incisión pequeña nunca comprometa las capacidades técnicas, táctiles y visuales del que interviene, y que no se ponga en riesgo el éxito del procedimiento.

Mediante grandes incisiones hemos conseguido avanzar en la ciencia de la cirugía. A través de ellas comenzaron los trasplantes de órganos, la cirugía oncológica, los recambios de válvulas cardiacas, y otras muchas más intervenciones que, a lo largo de los últimos dos siglos, han salvado la vida a muchas personas. Ahora bien: ¿es justificable abrir mucho para ver mejor? ¿es posible abrir poco y hacer la misma intervención?

Cuando me inicié en la cirugía cardiaca, recuerdo que uno de los cirujanos del servicio en el que me formé hacía gala de aquello de "grandes cirujanos, grandes incisiones". De hecho, creo que fue a él a quien le escuché por primera vez el citado axioma. Era un especialista muy experimentado, que no se andaba con medianías en cuestiones de abrir la piel: sus incisiones eran amplias y permitían ver perfectamente el órgano que se iba a operar y las estructuras colindantes. Para un residente inexperto como yo, aquello era una delicia, puesto que te permitía ver bien la cirugía cuando le ayudabas. No como sucedía con otro cirujano de nuestro servicio, que siempre se obstinaba en realizar una incisión más pequeña en sus cirugías, las cuales convertían su procedimiento en muy aburrido, puesto que no se veía nada.

Foto: Foto: iStock.

En los dos casos los resultados eran igualmente satisfactorios en términos estrictos de reparación interna: ambos pacientes, el de la incisión grande y el de la pequeña, tenían alta a domicilio, mejorados del problema que les había traído a nuestro quirófano. Sin embargo, aquellos con una incisión no tan grande, manifestaban una mayor satisfacción precisamente por ese motivo, circunstancia que era más frecuente en el sector femenino: no era igualmente tolerado que una cicatriz asomase por el escote hasta el cuello, que esta se detuviera en un punto menos visible para el resto de los mortales (me refiero, claro, a intervenciones cardiacas). ¿Las incisiones deben ser más pequeñas por estética? La respuesta no puede ser más obvia: si es posible, sí, tal y como el Dr. Larsan explica a sus pacientes antes de la intervención: "Será lo más pequeña posible que pueda ser".

Hay una cuestión que debe quedarle muy clara a todo aquel que tiene que operarse. La preocupación del cirujano no solo consiste en que el paciente se quede con una cicatriz mínima e imperceptible, sino que su incisión sea lo más pequeña posible para evitar todas las potenciales complicaciones inherentes a cualquier procedimiento quirúrgico.

Foto: Robot quirúrgico urológico Da Vinci (Foto: Archivo)
TE PUEDE INTERESAR
¿Qué pasa cuando fallan las máquinas de un hospital?
Dr. Rafael Hernández Estefanía

La piel es un órgano más. Es nuestra coraza exterior y nos protege de todos los microorganismos y agentes nocivos que amenazan nuestro cuerpo. Regula la temperatura, sirve de almacén de agua y grasa, y es un órgano sensorial, por lo que de su integridad depende nuestra salud. El cirujano abre la piel en un gesto que, en realidad, es totalmente antinatural. Es, en realidad, una agresión controlada a un cuerpo que no está preparado para ella (de otro modo, hubiéramos nacido con una cremallera). Cualquier cirugía produce, además, alteraciones metabólicas, endocrinas e inmunológicas, de las que el cuerpo luego se tiene que recuperar, motivo por el cual el intervenido se queda hospitalizado hasta que esté en condiciones de volver a casa. Por tanto, es evidente que cuanto más grande sea la incisión, más tiempo se esté en quirófano con el cuerpo abierto, y más manipulación de las estructuras internas se haga, mayor será el riesgo de las complicaciones. Y esa es precisamente la clave de la cuestión.

Los avances técnicos del siglo XXI han traído mejoras quirúrgicas. En la actualidad, cada vez son más las técnicas diseñadas para conseguir los mismos (buenos) resultados quirúrgicos pero mediante incisiones más pequeñas. A través de una mínima incisión, con el apoyo de una cámara y de instrumental diseñado para el efecto, podemos operar un cáncer de pulmón, colocar una prótesis cardiaca, extraer una vesícula biliar, realizar una apendicetomía, operar un estómago, un cáncer de colon, etc. Aún recuerdo cómo antes para las operaciones de vesícula se realizaba una incisión grande, oblicua y antiestética en el abdomen. Hoy en día, el mismo procedimiento se consigue con cuatro pequeños agujeros gracias al apoyo de la cirugía videoscópica, que nos permite ver el interior sin casi abrir la piel. Si comparamos una y otra técnica, el resultado es abrumador; no solo estético, sino en cuestiones de reducción de las posibles complicaciones (menos incisión implica menos dolor, menos hospitalización, etc).

placeholder Quirófano. (EFE/Ana Escobar)
Quirófano. (EFE/Ana Escobar)

Hoy en día, el cirujano se coloca en una consola alejada del paciente y manipula los brazos de un robot que opera con total precisión. Incluso puede darse el caso de un cirujano que opera a miles de kilómetros de distancia de donde se encuentra el paciente. También los residentes cada día están más familiarizados con estos nuevos procedimientos: se forman gracias a la realidad virtual y comienzan a realizar procedimientos asistidos por realidad aumentada, como ejemplo de los nuevos tiempos que corren. Es el futuro-presente de la cirugía, que se centraliza en el beneficio del paciente, y que hace de nuestra especialidad una profesión muy atractiva.

Ahora bien, en esta vorágine de modernidad en la que el cirujano actual se encuentra envuelto, me surgen ciertas cuestiones. ¿Debemos erradicar la cirugía clásica, esa que preconiza que las intervenciones más exitosas son aquellas que son realizadas con una buena exposición de la zona anatómica que se está operando? Hay ocasiones en las que es mejor tener una buena visión de lo que se está haciendo, en vez de intentar heroicidades a través de incisiones minúsculas, por empecinamiento personal, o por un exceso de ego del cirujano.

¿Quién marca la frontera de cuándo debo hacer una cirugía mínimamente invasiva o no?

Las cirugías a través de pequeñas incisiones son más exigentes técnica y mentalmente, pueden aumentar mucho el tiempo de la intervención y requieren de muchos años de entrenamiento. ¿Quién marca la frontera de cuándo debo hacer una cirugía mínimamente invasiva y cuándo abierta? Por otro lado, me parece perfecto que los jóvenes cirujanos se adiestren en técnicas innovadoras; se les ha de presuponer una mejor capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías. Sin embargo, ¿no será mejor que aprendan las intervenciones con una buena incisión antes de pasar a minimalismos? Y por último: que el cirujano esté a kilómetros de distancia del paciente y que opere a través de la consola es un avance maravilloso y espectacular. Ahora bien: ¿no hubiese sido más práctico y menos costoso pagarle al cirujano un pasaje de avión? ¿Qué pasa si se complica el paciente? Me consta que en ese caso había otro cirujano presente al lado del enfermo, pero: ¿dónde queda la responsabilidad moral y profesional del cirujano que estaba a miles de kilómetros de distancia?

Foto: Los cirujanos Manuel Villanueva y Álvaro Iborra han creado una técnica con aguja guiada por ecografía. (Avanfi)

A los cirujanos nos encantaría que todos los pacientes que operamos estuvieran en forma. Que fuesen jóvenes, con un peso corporal adecuado, y que nunca hayan pasado por quirófano. Pero no siempre es así. A veces te encuentras personas muy frágiles, muy enfermos, o muy obesos, que no te queda más remedio que operar porque de otro modo pueden fallecer. ¿Debo realizar un procedimiento mínimamente invasivo para hacer el menor daño, o debo hacerle una incisión grande para garantizar que realizo el procedimiento en el menor tiempo posible?

Las incisiones deben adecuarse a cada paciente, y a su patología. El cirujano debe acostumbrarse a las nuevas tecnologías sin dejar nunca de lado la cirugía tradicional, esa que se realiza a través de grandes incisiones, y que tantas veces "te salvan en culo en quirófano", en palabras textuales del Dr. Larsan. Deberá ser la experiencia del operador quien dictamine el tamaño de la cicatriz y no las modas, el afán de notoriedad del cirujano, ni las demandas de los pacientes.

De cualquier manera, no hay cirugías sin cicatrices, así que, quienes se sometan a una intervención, habrán de aprender a vivir con ellas.

Que se mejoren.

El Dr. Frederic Larsan cuenta que una de las preguntas que suelen hacerle en la primera consulta es: "Doctor, ¿Me va a abrir mucho?". Con su sarcasmo habitual, él suele responder: "solo lo justo; ni mucho ni poco". Y como el paciente le mira con cara de póker, este aclara de inmediato: "Lo importante es que podamos ver bien lo que hacernos dentro, y para ello, a veces, tenemos que hacer una incisión que le podrá parecer muy grande, pero que, en realidad, no lo es a efectos prácticos". Los más audaces suelen insistirle: "Pero, ¿me va a quedar mucha cicatriz, o no?". "No se preocupe tanto de su aspecto exterior, sino de que dentro quede todo bien arreglado", responde este, saliendo por la tangente, ante una pregunta tan pertinente como incómoda.

Consultas Externas Salud
El redactor recomienda