Una patología infradiagnosticada que se encuentra entre las primeras causas de muerte
Por Ec Brands
Afecta a más de 843 millones de personas a nivel mundial y en torno
al 15% de la población española3, pero en sus fases
iniciales es silenciosa4 y, por ello, con frecuencia se
diagnostica en etapas avanzadas. Conocer sus factores de riesgo es
clave para una detección temprana que evite su progresión.
Sal a la calle y mira a tu alrededor. Uno de cada siete adultos con los que te cruces padece enfermedad renal crónica (ERC)4, pero la mayoría de ellos ni siquiera lo sospecha: dos de cada tres no están diagnosticados1 y, por tanto, no cuentan con un tratamiento para enlentecer su avance. Porque esta patología, que es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial5, pasa inadvertida durante sus fases iniciales. Suele dar la cara en etapas avanzadas, cuando el tratamiento es más complejo y la progresión de la enfermedad es rápida6.
“La ERC es una enfermedad silenciosa, no da síntomas. Los pacientes no saben ni que existe. Y, lógicamente, si no se conoce y no hay síntomas, nadie va a pedir a su médico que le haga un chequeo”, explica el doctor Emilio Sánchez, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Central de Asturias, presidente de la Sociedad Española de Nefrología.
Diagnosticarla en sus primeras fases es fundamental, y el caballo de batalla de médicos. Pero, para ello, el primer paso es hacer llegar a la población la realidad de esta enfermedad, sus factores de riesgo y cómo se relaciona con otras patologías, como la diabetes tipo 2 o la insuficiencia cardiaca8.
Este es, precisamente, uno de los ejes de la campaña de concienciación ‘Es Cosa de 2’, promovida por la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly, que tiene como objetivo dar a conocer entre la población general, pacientes y su entorno más próximo la enfermedad renal crónica y la importancia de su diagnóstico temprano mediante dos pruebas médicas sencillas y accesibles: la medición de albuminuria mediante un análisis de orina y la estimación de la tasa de filtración glomerular con un análisis de sangre.
1 Sundstrom, J., et al. (2022). Prevalence, outcomes, and cost of chronic kidney disease in a contemporary population of 2·4 million patients from 11 countries: The CaReMe CKD study. The Lancet regional health. Europe, 20(1), 100-438. DOI: 10.1016/j.lanepe.2022.100438
2 Foreman KJ et al. Forecasting life expectancy, years of life lost, and all-cause and cause-specific mortality for 250 causes of death: reference and alternative scenarios for 2016–40 for 195 countries and territories. Lancet. 2018; 392: 2052-2090
3 Gorostidi, M. et al. Prevalencia de enfermedad renal crónica en España: impacto de la acumulación de factores de riesgo cardiovascular. Nefrologia 2018, 38(6), 606–615.
4 Kalantar-Zadeh, K. et al. (2022). Patient-centred approaches for the management of unpleasant symptoms in kidney disease. Nat Rev Nephrol 18, 185–198. DOI: 10.1038/s41581-021-00518-z
5 Li PKT, et al. Braz J Med Biol Res. 2020; 53(3): e9614 Kidney health for everyone everywhere - from prevention to detection and equitable access to care – Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32159613/ - Último acceso: febrero 2022
6 García-Maset, R. et al. (2021). Documento de información y consenso sobre la detección y manejo de la enfermedad renal crónica. Nefrología 2022 42(3), 223-362. DOI: 10.1016/j.nefro.2021.07.010
01 Antes de nada¿Qué es la erc?
En el lenguaje de la calle, a menudo se confunde enfermedad renal crónica con insuficiencia renal, pero es importante diferenciar ambas condiciones:
Erc
La ERC es una afección progresiva que compromete la capacidad de los riñones para filtrar la sangre de manera efectiva. En sus primeras etapas, los riñones todavía pueden funcionar, aunque no de manera óptima. Suele avanzar lentamente y durar años sin que quien la sufre tenga síntomas aparente7.
Insuficiencia renal
La insuficiencia renal es el estado avanzado de la enfermedad renal. En esta fase, los riñones ya no pueden realizar sus funciones (como eliminar desechos y mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos). Por ello, es necesario recurrir a diálisis o a un trasplante de riñón8.
“Si queremos evitar que la enfermedad progrese a etapas avanzadas, es imprescindible detectarla cuanto antes, porque hoy disponemos de tratamientos para enlentecer su progresión”, explica el doctor Emilio Sánchez. “Para ello, y dado que no hay síntomas en el inicio, es necesario que se conozcan los factores de riesgo para, a partir de ahí, llegar al diagnóstico temprano”.
02 FactoresDe riesgo
Dos de cada tres personas con ERC no están diagnosticadas1 y, sin que ellas lo sepan, la enfermedad va progresivamente dañando su función renal. “Lo ideal sería que toda la población en riesgo tomara conciencia y se realizara dos sencillas pruebas para ver cómo están sus riñones”, continúa el experto.
Habla el doctor de “población de riesgo”, porque la ERC es más común en personas con ciertos factores de riesgo que pueden predisponer al desarrollo y progresión de la enfermedad. Entre estos factores de riesgo destacan la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y enfermedades del corazón como la insuficiencia cardiaca8, que están estrechamente relacionadas con la ERC y conforman un complejo entramado de patologías interconectadas, conocidas como enfermedades cardio-renal-metabólicas.
Diabetes
El exceso de azúcar en sangre puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones, afectando su capacidad para filtrar la sangre adecuadamente.
Hipertensión arterial
La presión alta también puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones, disminuyendo su función y aumentando el riesgo de enfermedad renal.
Mayores de 60 años
El envejecimiento natural puede reducir la función renal, aumentando el riesgo de desarrollar ERC.
Obesidad
Está asociada con la diabetes y la hipertensión arterial, dos factores de riesgo para la ERC.
Antecedentes familiares
Pueden indicar una predisposición genética a la ERC.
Consumo de tabaco
Puede dañar los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo a los riñones, empeorando la función renal.
Dislipidemia
Los niveles altos de lípidos pueden contribuir a la aterosclerosis, que reduce el flujo sanguíneo a los riñones.
Pero esta relación entre la ERC, la diabetes tipo 2 y la insuficiencia cardiaca aún no es muy conocida por la población10 Entre los datos de la encuesta poblacional realizada por la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly, que cuenta con el aval social de ALCER, Cardioalianza y FEDE, y el de las sociedades científicas SEMG y SEMERGEN, encontramos que, aunque muchos de los encuestados sí están familiarizados con términos como diabetes o infarto de miocardio, son pocos los que entienden cómo estas enfermedades influyen entre sí y con la ERC, complicando su gestión y tratamiento.
7 Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Hoja informativa de la Enfermedad Renal Crónica, 2017. www.cdc.gov/diabetes/pubs/pdf/kidney_factsheet.pdf. Fecha de acceso: septiembre 2024.
8 American Diabetes Association Professional Practice Committee. (2024). 11. Chronic Kidney Disease and Risk Management: Standards of Care in Diabetes—2024. Diabetes Care, 47(1), 219–230. DOI: 10.2337/dc24-S011.
9 Lorenzo-Sellarés, V., Luis-Rodríguez, D. (2023). Enfermedad Renal Crónica. Nefrologia. Disponible en: https://www.nefrologiaaldia.org/es-articulo-enfermedad-renal-cronica-136. Fecha de acceso: julio 2024.
Dado que se conoce qué personas están en mayor riesgo de padecer ERC, la idea es poder llegar a ellos, hacerles las pruebas necesarias y, si es preciso, ponerles en tratamiento. “Ante un paciente con diabetes tipo 2, hipertensión arterial o antecedentes familiares, debemos de forma proactiva indicarles la conveniencia de estudiar su función renal”, afirma el doctor Sánchez.
Para llegar a este diagnóstico, tan solo se necesita un análisis de sangre y otro de orina9. Como explica el presidente de la Sociedad Española de Nefrología, “en la sangre vamos a ver la creatinina plasmática y glomerular; en la orina, vemos los niveles de albúmina. El análisis glomerular nos va a dar idea de cómo está el paciente hoy, es una foto del momento actual; el de albúmina es un valor predictivo de evolución”.
Para diagnosticar la ERC es crucial realizar dos pruebas9:
Análisis de orina
Mide la presencia de albúmina en la orina, indicador clave de daño renal.
+
Análisis de sangre
Es una herramienta esencial para evaluar la función renal y determinar la eficacia con la que los riñones filtran la sangre. Este análisis mide varios parámetros, pero los más relevantes para la detección de la ERC son los niveles de creatinina, en base a la cual se estima la tasa de filtración glomerular (TFG).
En esta tarea diagnóstica, esencial para detectar la ERC en sus primeras fases, puede jugar un papel clave la Atención Primaria, al tener la capacidad para identificar los pacientes en riesgo y la posibilidad de solicitar los análisis necesarios. Para ayudar en esta tarea, la alianza Boehringer Ingelheim y Lilly han coordinado una iniciativa en colaboración con centros de Atención Primaria de todo el país, en cuyas zonas de espera han instalado unas gafas de realidad virtual. Esta herramienta educativa proporciona a la sociedad información crucial sobre los principales factores de riesgo de la insuficiencia renal y saber cómo actuar para detectar la Enfermedad Renal Crónica.
04 TENGO ERC, ¿AHORA QUÉ?
Como su propio nombre indica, la ERC es una enfermedad crónica. Esto quiere decir que no hay una cura para ella, pero sí se dispone de tratamientos para frenar su progresión. “Cuando los análisis nos indican que el paciente tiene ERC, es conveniente que se ponga en tratamiento, porque podríamos llegar a retrasar años la entrada en diálisis. Es algo que te cambia la vida”.
Aquí, una vez más, la concienciación es clave: “Se trata de que el paciente entienda que, aunque no tenga síntomas, la enfermedad ya está ahí y debe tratarse para evitar que progrese con rapidez. Es una labor didáctica que tenemos que hacer entre todos”.
Consiste en explicar realmente qué es la ERC, las consecuencias de no tratarse y su relación con otras patologías. Una información que aún no ha llegado suficientemente a la población, como demuestran los datos de la encuesta poblacional realizada por la alianza Boehringer Ingelheim y Lilly.
Estos datos muestran, por ejemplo, que más de la mitad de los españoles desconoce que la ERC es una enfermedad asintomática en sus inicios10; que uno de cada dos españoles no sabe que es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, o que solo el 12% de los encuestados conoce que la ERC puede avanzar sin síntomas evidentes10.
Desconocimiento de la ERC
Más de la mitad de los encuestados desconoce que la ERC es una enfermedad asintomática en sus inicios10.
Uno de cada dos españoles cree que la ERC puede reducir la esperanza de vida, pero no saben que es una de las principales causas de muerte a nivel mundial10.
El 33% no considera que la ERC sea una causa importante de hospitalización10.
Impacto y gravedad
Un 27% de los encuestados cree que la ERC es una causa de muerte prematura, pero no una de las principales10.
Un 35% de los españoles cree que la ERC puede llevar a la hospitalización10.
Interconexión entre enfermedades
El 60% de los españoles desconoce la interconexión entre la ERC, la diabetes tipo 2, y la insuficiencia cardiaca10.
Más de la mitad de los españoles (52%) no ha oído hablar de cómo la diabetes tipo 2 puede aumentar el riesgo de desarrollar ERC o problemas cardiovasculares 10.
Cerca del 90% de los encuestados considera que no hay suficiente información sobre la interconexión cardio-renal-metabólica10.
Factores de riesgo
El 41% de los encuestados cree que la obesidad es el principal factor de riesgo para desarrollar ERC, seguido por la diabetes (39%) y el consumo excesivo de alcohol (39%)10.
Entre un 40-50% de las personas con insuficiencia cardiaca tiene ERC11.
Un 40% de las personas con diabetes también padece ERC11.
El 56% no conoce medidas preventivas para reducir el riesgo de estas enfermedades10.
El conocimiento de la enfermedad, su detección temprana y su tratamiento precoz son las herramientas para evitar que el diagnóstico llegue en una fase tardía12 porque, cuando la ERC está en estadios avanzados, las opciones terapéuticas pasan por recibir diálisis o un trasplante de riñón. “Cuando el riñón ya no funciona, lo que necesitamos es sustituir su función, y eso se puede hacer bien mediante una máquina de diálisis -que puede ser domiciliaria u hospitalaria-, bien mediante un trasplante renal”, explica el presidente de la Sociedad Española de Nefrología.
No es una situación fácil. “Recibir un diagnóstico de ERC supone un fuerte impacto psicológico y emocional, sobre todo cuando el paciente ya está en una fase avanzada”, explica Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (ALCER). “Es algo que te cambia la vida, y requiere un proceso de adaptación porque debes cambiar tus hábitos y aprender a vivir de otra manera. Vas a tener limitaciones dietéticas, algo que no es fácil en una sociedad como la nuestra, que celebra todo comiendo y bebiendo, y si estás en diálisis va a ser complicado compatibilizarla con tu vida laboral”.
En este sentido, destaca el papel que juegan las asociaciones de pacientes: “Son clave porque dan esperanza, te enseñan que se puede vivir con la enfermedad una vez la aceptas y comienzas a educarte e informarte. Porque los profesionales te dan la noticia, pero nosotros te contamos cómo es el día a día, y el ejemplo entre iguales es muy poderoso”.
11 Vijay, K., Neuen, B. L., y Lerma, E. V. (2021). Heart Failure in Patients with Diabetes and Chronic Kidney Disease: Challenges and Opportunities. Cardiorenal medicine, 12(1), 1–10. DOI: 10.1159/000520909
12 Stevens, Paul E. et al. (2024). KDIGO 2024 Clinical Practice Guideline for the Evaluation and Management of Chronic Kidney Disease. Kidney International, 105(4), S117-S314. DOI: 10.1016/j.kint.2023.10.018