¿Puede prevenirse el trastorno que afecta a más de siete millones de españoles?

Sensación de sueño no reparador, ronquido nocturno e insomnio, cansancio y somnolencia diurna. Si tienes algunos de estos síntomas o todos ellos, es más que probable que padezcas de apnea obstructiva del sueño, la segunda enfermedad respiratoria más frecuente y el segundo trastorno del sueño más prevalente.

Los datos sobre este problema son muy llamativos: afecta a más de siete millones de españoles, un 45% que hace tan solo una década. Y lo más sorprendente es que casi dos millones de los afectados carecen de diagnóstico, según afirman estudios elaborados por la SEORL-CCC.

En el mundo, se calcula que cerca de mil millones de personas de edades comprendidas entre los 30 y los 69 años sufren apnea del sueño severa. Lo que puede tener consecuencias graves en estos pacientes, sobre todo relacionadas con el insomnio y la baja calidad del sueño.

Por otro lado, hay evidencia científica de que estas afecciones respiratorias pueden contribuir al desarrollo o empeoramiento de algunas enfermedades cardiovasculares. El motivo es que la apnea obstructiva de sueño incrementa el riesgo de padecer hipertensión arterial. De hecho, se sabe que es un factor de riesgo de mortalidad.

Patología grave y sin diagnosticar

Resulta sorprendente que, tratándose de una enfermedad de consecuencias tan graves, haya tantos pacientes sin diagnosticar. Carlos O’Connor Reina, presidente de la comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), tiene claro que una de las razones es “la falta de educación sanitaria que tiene la población”.

En el mundo, se calcula que cerca de mil millones de personas de edades comprendidas entre los 30 y los 69 años sufren apnea del sueño severa

Es una de las causas, pero no la única. El experto también señala “la falta de formación que tienen los sanitarios respecto a esta enfermedad; así como la falta de recursos necesarios por parte de la administración para poder realizar las pruebas diagnósticas (poligrafía y polisomnografía) necesarias”.

Así se puede prevenir

O’Connor Reina apuesta por la prevención como modo de atajar un problema que es tan habitual. Afirma que es posible atajarlo “promoviendo políticas de educación en la población y formación entre los sanitarios. El paciente con apnea no nace, se hace y por ello es prioritario fomentar desde atención primaria y pediatría la idea de que respirar por la boca y roncar todas las noches no es sano”.

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Y es que, si el paciente mantiene esos hábitos desarrollará con mucha seguridad una apnea del sueño. Del mismo modo, el especialista aboga por “hacer campañas informativas sobre la importancia de los hábitos de vida saludable para evitar la aparición de obesidad, una de las causas de la apnea”.

Cada vez más habitual en no obesos

Esta enfermedad se asocia a un paciente varón joven y obeso, “pero cada vez vemos más pacientes delgados de ambos sexos que presentan el conocido fenotipo hipotónico provocado por falta de respuesta muscular de aquello músculos que abren la vía aérea superior”, explica el presidente de la comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la SEORL-CCC.

Aunque durante la edad adulta es más habitual en el género masculino, a partir de los 65 años la prevalencia por sexos se iguala. En palabras del especialista, “el aumento de la incidencia en las mujeres podría deberse a la falta de estrógenos, que provoca un cambio en la distribución de la grasa y una disminución del tono muscular”.

La buena noticia es que una vez se diagnostica, es posible acabar con la apnea. “Para ello es fundamental fenotipar el paciente acorde a un diagnostico individualizado. La cirugía de la vía aérea superior por parte del otorrino y el cirujano maxilofacial pueden curar el proceso. La terapia miofuncional, el uso de CPAP y de dispositivos de avance mandibular la tratan de forma exitosa evitando sus complicaciones”, concluye O’Connor Reina.