¿Puedes ser feliz a partir de los 50? Aún estás a tiempo de conseguirlo con estos hábitos
La felicidad es el horizonte al que muchos aspiran, un estado de bienestar que da sentido a cada etapa de la vida y se convierte en el motor para vivir con propósito y satisfacción
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”Estado de grata satisfacción espiritual y física”, así describe la Real Academia Española de la Lengua la palabra “felicidad”, con sinónimos en dicha, ventura, bienestar, alegría o bonanza. Alcanzar la felicidad es uno de los objetivos más importantes en la vida, y a medida que envejecemos, los retos y necesidades cambian.
Se han escrito ríos de tinta sobre la felicidad, y la falta de ella y, aunque cada persona tiene su propia perspectiva de lo que supone ser feliz, muchos coinciden en ciertos factores y metas para alcanzarla, mientras que otros ven en los pequeños detalles diarios su dosis de felicidad. Hay personas que se preguntan si la felicidad va ligada a la juventud, y les asalta la duda: ¿se puede ser feliz cuando envejecemos?
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De acuerdo con Jonathan Rauch, autor del libro La curva de la felicidad: por qué la vida mejora después de los 50, la vida experimenta una mejora notable a partir de esta edad. Este fenómeno se relaciona con una menor sensibilidad al estrés y un enfoque más claro en lo que realmente importa.
La curva de la felicidad
En la etapa de la mediana edad, los individuos suelen enfrentarse a una “curva en U” en su felicidad, donde los años de mayor desafío emocional quedan atrás y comienzan a disfrutar de una estabilidad emocional renovada. Este cambio demuestra que, tras los 50, las personas pueden disfrutar de una vida más plena y satisfactoria. Sin embargo, más allá de las teorías, el bienestar también depende de una serie de circunstancias, como el empleo o la seguridad económica, en combinación con hábitos saludables que pueden facilitar alcanzar y mantener esa felicidad.
La importancia de las relaciones sociales
Un estudio publicado por el Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Michigan, analizó cómo las relaciones cercanas, de amistad y familiares, influyen en la salud y el bienestar a lo largo de la vida. Las investigaciones mostraron que los beneficios de las interacciones sociales y de tener una buena red de amigos son más evidentes en la adultez avanzada.
En una encuesta a 271.053 adultos, se encontró que las amistades mejoran el bienestar, especialmente en adultos mayores, mientras que las relaciones familiares tienen un impacto constante. Un segundo estudio con 7.481 personas mayores mostró que la tensión y los problemas en las amistades predijo más enfermedades crónicas en 6 años, y el apoyo de cónyuges, hijos y amigos mejoró el bienestar en 8 años.
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Depende del país
Curiosamente, la felicidad a partir de los 50 años parece variar dependiendo del país donde se resida. Según el informe sobre el desarrollo humano 2024 de World Happiness, en países como Estados Unidos y Canadá, los mayores de 60 años tienen clasificaciones de bienestar mucho más altas que los menores de 30. Sin embargo, en Europa central y oriental, ocurre lo contrario, donde las clasificaciones de los jóvenes superan ampliamente a las de los mayores.
Claves para ser más feliz después de los 50 años
Más allá de las metas personales y de las circunstancias de cada individuo, los expertos coinciden en que asimilar varios hábitos saludables nos ayudarán a alcanzar una buena calidad de vida, y más conforme envejecemos. Así, además de mantener una buena red de relaciones sociales, es importante cuidar tanto la salud física como la emocional.
La alimentación juega un papel fundamental en el bienestar general. Seguir una dieta variada y equilibrada, rica en nutrientes esenciales, contribuye a mejorar la salud física y mental. Incorporar alimentos frescos, evitar los ultraprocesados y mantenerse hidratado son acciones clave para alcanzar un mayor bienestar.
La felicidad y la salud están profundamente conectadas para ganar bienestar integral
Por otra parte, debemos centrarnos en evitar los malos hábitos. Tanto el tabaco como el alcohol son conocidos por sus efectos negativos en la salud. Estos no solo afectan el cuerpo, sino también la mente. El alcohol, por ejemplo, puede disminuir los niveles de serotonina, lo que influye directamente en el estado de ánimo. Dejar de fumar y moderar el consumo de alcohol puede favorecer una mejor calidad de vida, reduciendo el estrés y promoviendo la felicidad.
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La importancia del ejercicio y las conexiones sociales
Por supuesto, se ha repetido cientos de veces, pero practicar ejercicio regular es otro de los pilares fundamentales para mantener un cuerpo y mente sanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar entre 150 y 300 minutos de actividad física a la semana, lo que puede incluir ejercicios moderados como caminar, nadar o practicar yoga. El ejercicio no solo mejora la condición física, sino que también tiene efectos positivos sobre la salud mental, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.
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”Estado de grata satisfacción espiritual y física”, así describe la Real Academia Española de la Lengua la palabra “felicidad”, con sinónimos en dicha, ventura, bienestar, alegría o bonanza. Alcanzar la felicidad es uno de los objetivos más importantes en la vida, y a medida que envejecemos, los retos y necesidades cambian.