Le dijeron que su dolor de espalda era por "levantar a sus hijos", pero la realidad ha sido un diagnóstico terminal
Las enfermedades como el cáncer pueden ocultarse tras síntomas comunes, como el dolor de espalda, lo que retrasa su detección y tratamiento
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A menudo, los médicos interpretan síntomas comunes como el dolor de espalda o la fatiga persistente, como dolencias menores o problemas musculares pasajeros. Sin embargo, en algunos casos, estos pueden ser señales de enfermedades avanzadas como el cáncer, cuyo diagnóstico tardío dificulta el tratamiento y empeora el pronóstico. Este ha sido el caso de Jennifer McNeill, de 34 años, residente en Gourock, Escocia, y recogen su testimonio en Express.co.uk.
Jennifer, una madre de dos hijos, acudió en varias ocasiones al médico debido a su dolor de espalda punzante. Los facultativos le dijeron que podría tener alguna lesión muscular debido a “levantar a sus hijos”, de 6 y 4 años, y le recetaron calmantes. Pero este dolor impedía que Jennifer caminase con normalidad, y tras meses de fisioterapia y consultas médicas, con el dolor avanzando por las extremidades inferiores, buscó otra opinión.
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La joven fue sometida a varias pruebas en un centro privado, que revelaron que su dolor no era causado por levantar a sus hijos, sino por un cáncer de mama en etapa cuatro, que ya se había extendido a su columna vertebral, causando lesiones en la columna y problemas para orinar. Este diagnóstico cambió radicalmente su vida y le dejó pocas opciones de tratamiento, ya que el cáncer estaba demasiado avanzado para ser operado, a pesar de no haber experimentado síntomas en las mamas.
El dolor y la espera por un diagnóstico definitivo
Al recibir la noticia, Jennifer confesó estar en estado de shock y devastada, especialmente al pensar en sus dos hijos, Millie y Aidan, de seis y cuatro años. “En cuanto me diagnosticaron, no sabía si podría vivir las próximas semanas. Tenía miedo, eran bebés en ese momento. Había planes que estaba haciendo con anticipación, vacaciones familiares y buscando escuelas. Estaba devastada y en estado de shock”, fueron sus palabras.
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Comenzó el tratamiento
Tras el diagnóstico, Jennifer fue sometida a varios ciclos de radioterapia y quimioterapia, además de recibir el medicamento Enhertu, que está diseñado para tratar ciertos tipos de cáncer de mama. Aunque sus hijos no están al tanto de la gravedad de su enfermedad, ella les explica que su dolor de espalda le impiden realizar ciertas actividades, como levantarlos. Su vida diaria se vio profundamente afectada por la limitación de su movilidad y el dolor constante.
El apoyo que cambió su perspectiva
En 2021, tras ser hospitalizada por complicaciones relacionadas con la COVID-19, Jennifer ingresó en un hospicio para recibir atención personalizada. Aunque inicialmente temía que esto marcara el final de su vida, la experiencia fue positiva. “Entré en una silla de ruedas y salí caminando por la puerta”, relató, agradecida por la fisioterapia y el cuidado que recibió durante su estancia en el Ardgowan Hospice.
Los síntomas del cáncer de mama pueden incluir bultos en el pecho y cambios en la piel o el pezón
Ahora, aunque su pronóstico sigue siendo grave, Jennifer se enfoca en disfrutar cada día junto a sus hijos y en apoyar campañas para la concienciación sobre el cáncer de mama. Su historia es un recordatorio del valor de la detección temprana y de la fortaleza que puede surgir en los momentos más difíciles.
Además, Jennifer destacó la importancia de hacerse controles periódicos. Su historia resalta la necesidad de una detección temprana y de no subestimar síntomas persistentes. “Si el amor me pudiera curar, ya estaría sana”, comentó Jennifer, agradecida por el apoyo incondicional de su familia y amigos, quienes han recaudado fondos para ayudar con los costos de su tratamiento.
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