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¿Necesitas ponerte una férula dental? Todo lo que debes saber
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SALUD DENTAL

¿Necesitas ponerte una férula dental? Todo lo que debes saber

Los expertos desaconsejan a los pacientes el uso de próstesis que no hayan sido revisadas por personal especializado, ya que pueden generar una patología nueva que no existía anteriormente a su utilización

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Hace años que las férulas dentales dejaron de utilizarse solo para la protección de la dentadura en determinados deportes como el boxeo. Imágenes antiguas muestran a estos deportistas introducirse una funda flexible en la mandíbula superior que protegía sus dientes, amortiguando los golpes y reduciendo el impacto de los golpes recibidos del adversario. Otras disciplinas deportivas también han incluido el uso de este tipo de aparatos. Entre otros, deportistas de kárate, judo o baloncesto (¿quién no reconoce la imagen de Stephen Curry mordiendo su protección bucal antes de tirar su tanda de tiros libre?) lo han incorporado en su práctica deportiva.

En la actualidad, el uso de férulas dentales se ha extendido entre la población en general, estando especialmente aconsejada su utilización “en casos en los que el paciente tiene tendencia a desgastar los dientes, que es el bruxismo, o cuando existen molestias de la disfunción temporomandibular, que es dolor en la zona del músculo masetero y el oído”, explica el doctor Juan Carlos Pérez Varela, presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEdO).

La utilización de este tipo de ortopedia por parte de los usuarios debe estar bajo la supervisión de un odontólogo, que es el profesional que debe realizar el estudio y su medición, así como pautar la frecuencia de citas para su seguimiento, según requiera cada caso. “Es fundamental que cada férula esté diseñada, planificada y controlada para cada paciente, por lo que recomendamos llevar a cabo siempre un estudio previo”, señala Pérez Varela.

La valoración primera incluye la realización de fotografías, radiografías y, si fuera necesario, una Tomografía Computerizada de Haz Cónico (CBCT), así como un pequeño estudio exhaustivo de toda la sintomatología clínica y todos los registros pertinentes para elaborar una férula de desprogramación muscular totalmente customizada y adaptada al paciente. “Además, el paciente debe acudir a revisiones periódicas para que la férula sea controlada y ajustada por un profesional sanitario odontólogo bien formado en este campo”, añade.

Foto: Foto: Unsplash/@fr3nks.

Durante el seguimiento que realice el profesional durante la utilización de la férula hay que tener en cuenta “si la boca del usuario ha sufrido modificaciones como empastes, coronas, pérdidas o reposiciones de dientes, que provocarán que la férula no encaje, por lo que será necesario modificarla”, apunta Marta Pérez Torices, odontóloga y vicepresidente de la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR). Esta labor del experto incluye también “valorar si se ha producido algún cambio importante que requiera la renovación del dispositivo”, sostiene.

La colocación de férulas no puede hacerse de manera indiscriminada y sin supervisión del paciente. Por eso, desde la SEDO “somos partidarios de que la personas esté monitorizada y controlada en todo momento, de una manera adecuada, por un profesional sanitario formado en la materia. Esto conlleva que debe de asistir a la clínica del odontólogo ortodoncista con las pautas que este le marque para que la férula sea controlada y ajustada periódicamente”.

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Una opinión que coincide con la expuesta por la la vicepresidenta de AESOR, para quien el uso de este tipo de aparatos, sin la realización de ningún estudio ortoprotésico previo, “es absolutamente contraproducente y está contraindicado”. Puesto que, prosigue, “como en cualquier otra patología médica, es imprescindible hacer una valoración completa de cada paciente, para poder tener el diagnóstico correcto, y saber si es necesario un tratamiento con férula de descarga, y de ser así qué tipo de férula está indicada en cada caso”. Y advierte de que las férulas que no están realizadas, adaptadas y controladas por un odontólogo para cada paciente, “pueden generar una patología nueva que no existía”.

El uso de este tipo de férulas es diario para combatir y mejorar la dolencia del usuario. Su utilización se hace durante la noche, por lo que su higiene también debe hacerse diariamente. “Hay que cepillarla diariamente con cepillos que existen en el mercado para aparatos bucales, con los que seremos más efectivos al tener cerdas más duras para remover mejor los restos de suciedad. Igualmente, disponemos de pastillas o líquidos desincrustantes, con los que aseguraremos que nuestra férula esté siempre limpia”, declara Pérez Torices.

Hace años que las férulas dentales dejaron de utilizarse solo para la protección de la dentadura en determinados deportes como el boxeo. Imágenes antiguas muestran a estos deportistas introducirse una funda flexible en la mandíbula superior que protegía sus dientes, amortiguando los golpes y reduciendo el impacto de los golpes recibidos del adversario. Otras disciplinas deportivas también han incluido el uso de este tipo de aparatos. Entre otros, deportistas de kárate, judo o baloncesto (¿quién no reconoce la imagen de Stephen Curry mordiendo su protección bucal antes de tirar su tanda de tiros libre?) lo han incorporado en su práctica deportiva.

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