Esta neurocientífica explica por qué respiramos mal y cómo afecta al cerebro

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La salud mental es un reflejo de nuestro bienestar emocional y psicológico, influenciada por diversos factores como el entorno, los hábitos, la alimentación, las experiencias y la genética. Comprender estos factores nos ayuda a reconocer cómo afectan a nuestras emociones, ya que, al estar en equilibrio, permiten gestionar el estrés, mantener relaciones sanas y disfrutar de una vida más satisfactoria.

Pero, ¿sabías que la forma en que respiramos también puede afectar directamente al cerebro? Aunque puede sonar extraño, la neurocientífica y creadora de contenido Rachel Barr ha explicado en un vídeo de TikTok cómo el ritmo y la profundidad de nuestra respiración influyen en funciones clave del cerebro, como el control de las emociones y el nivel de atención. Este aspecto puede ser clave para entender cómo pequeñas variaciones en la respiración impactan nuestra salud mental.

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El proceso se basa en el complejo preBötzinger, una estructura cerebral crucial para regular los ritmos respiratorios. Este sistema actúa como un centro de conexión que recibe señales de diferentes partes del cerebro, ajustando la respiración según las necesidades emocionales y físicas. Por ejemplo, si experimentamos miedo, la amígdala envía una señal a este complejo, acelerando la respiración para prepararnos para la “lucha o huida”. Además, este mecanismo tiene una retroalimentación directa con el cerebro, lo que permite que, al regular nuestra respiración, podamos influir en el estado mental.

La importancia de los ritmos respiratorios

Los ritmos de la respiración no solo son importantes para el cuerpo, sino también para el equilibrio emocional. Según este enfoque científico, una respiración rápida y superficial, que es la que mantenemos sin darnos cuenta durante el día, aumenta los niveles de dióxido de carbono, lo cual activa respuestas de alerta en el cerebro. Este aspecto es fundamental, ya que muchas técnicas de respiración popularizadas en internet no siempre están basadas en investigaciones rigurosas, lo que podría hacer que no funcionen adecuadamente para mejorar el bienestar emocional.

Para respaldar estas afirmaciones, un estudio publicado en Nature ha evidenciado cómo los patrones respiratorios afectan el complejo preBötzinger, demostrando que esta relación entre respiración y cerebro es mucho más compleja de lo que se pensaba. La investigación destaca que el control consciente de la respiración, cuando se hace correctamente, puede reducir el estrés y mejorar la concentración, siendo una herramienta natural y efectiva para manejar las emociones y mejorar la salud mental.

Respirar es algo que damos por sentado, pero esta neurocientífica insiste en que debemos prestar atención a cómo lo hacemos. Ella recalca que no se trata solo de inhalar y exhalar, sino de hacerlo de manera consciente y controlada para maximizar los beneficios, algo que trabajan disciplinas como el yoga o la meditación. Este tipo de técnicas de respiración regulada pueden ayudar a personas con altos niveles de estrés o ansiedad, al brindarles una herramienta accesible y sin efectos secundarios.