El gas silencioso causante de cáncer de pulmón: "Mueren como chinches y nadie hace nada"
El radón es un gas radiactivo de origen natural que puede encontrarse en altas concentraciones en los espacios interiores, como las viviendas y los lugares de trabajo
Los padres de Héctor reformaron su casa e instalaron su dormitorio en el garaje. Su madre murió con 57 años y su padre con 65, ambos por cáncer de pulmón. En ese momento, Héctor empezó a preguntarse por qué había ocurrido. "Qué cosa más extraña. Es posible que la casa pueda generar enfermedad", pensó. Fue descartando causas y movido por su intuición compró un medidor de radioactividad. Lo puso en el cabecero del dormitorio y el resultado fue 1.800 bequerelios (Bq), unidad que mide la actividad radiactiva: "Era una burrada. Ahí estaba la causa".
En la planta baja de ese hogar había radón, un gas radiactivo de origen natural que, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Emana del suelo, es incoloro, inodoro e insípido y se produce por la desintegración radiactiva natural del uranio presente en suelos y rocas. "Al respirar se inhalan esas partículas, que se depositan en las células que recubren las vías respiratorias, donde pueden dañar el ADN y provocar cáncer de pulmón", aseguran desde la OMS.
Héctor también cuenta que sus padres no sabían ni lo que era el radón: "El garaje no tiene el forjado ni los elementos de aislamiento que hay en otras partes de la vivienda. Hace 14 años no se conocía información, pero es que ahora tampoco. Yo he conseguido entender el comportamiento de este gas y mitigarlo, pero el tema no se gestiona de forma adecuada". Ahora, dedica parte de su tiempo libre a la divulgación: "Quiero que se conozca el tema y que no pase nadie más por lo mismo que mis padres".
En España, la exposición a este gas está regulada de manera genérica desde 2001 por el título VII del Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes, aprobado por Real Decreto 783/2001, aunque no fue hasta 2012 cuando se publicó normativa específica que aclarase y facilitase la aplicación de este título.
La normativa se reforzó con el Plan Nacional contra el Radón, que se aprobó el 9 de enero de 2024. Sin embargo, Héctor piensa que España siempre ha estado "retrasada" en el tema: "Se hacen mal las cosas y no tengo ni idea de por qué. Está muriendo la gente como chinches y no se hace nada, es lamentable".
Por su parte, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene en su página web un mapa de zonificación por municipio de radón, pero no se actualiza desde 2017: "A partir del mapa del potencial de radón se obtiene, directamente, el mapa de zonas de actuación prioritaria (aquellas con potencial de radón superior a 300 Bq/m3). A efectos administrativos, es útil definir las zonas de actuación prioritaria a nivel municipal". Pero, Héctor insiste en que no es suficiente: "El consejo tendría que realizar una caracterización de cada municipio afectado".
Estudio sobre el radón en no fumadores
Una investigación, publicada en 2019 en la revista Environmental Research, también estudió la relación entre el cáncer de pulmón y el radón residencial (superior a 200 Bq/m3) en personas no fumadoras del noreste de España. El documento llegaba a una conclusión: el radón residencial es un claro factor de riesgo de cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, advertía ya en ese momento acerca de la necesidad de que las autoridades políticas adopten y apliquen "medidas efectivas" para contrarrestar sus "efectos nocivos" en la salud, en consonancia con las advertencias de la OMS.
En cuanto a la acumulación del gas en los lugares de trabajo, la exposición está regulada mediante la Instrucción IS-33 del CSN sobre criterios radiológicos para la protección frente a la exposición a la radiación natural y el RD 1029/2022, sobre protección de la salud contra los riesgos derivados de la exposición a las radiaciones ionizantes.
José Miguel Rodríguez, director de Vivesinradon.org, expone mediante un comunicado que en la atmósfera "no es peligroso porque está muy diluido": "Cuando se filtra al interior de los edificios, se queda concentrado y, al ser radiactivo, es nocivo para la salud si se respira en concentraciones muy altas. De ahí la importancia de hacer un gran esfuerzo divulgativo y de concienciación sobre este asunto, porque quienes tendrían que informar, que son las administraciones públicas, no lo hacen".
Además, aclaran desde la organización que la Directiva 2013/59/Euratom "tenía que estar traspuesta a la normativa española en febrero de 2018 como límite, pero aún falta que España defina el listado de municipios prioritarios donde se obligará a hacer mediciones de radón para proteger la salud de la población". "La mayoría de países europeos lo hicieron en tiempo y forma, pero es que estaban mucho más avanzados en estos asuntos, algunos de ellos incluso tenían campañas de televisión para informar a los ciudadanos sobre el radón. En España, una vez más, la tónica ha sido la desinformación y los retrasos en la trasposición", añaden. Cabe destacar que en 2019, la Unión Europea abrió un expediente a España con motivo de ese retraso.
En colegios
Y no solo preocupa en los espacios de trabajo, también en los colegios. Es el caso de Sandra, cuyas hijas están escolarizadas en un centro de Tres Cantos, municipio de alta exposición al gas, según la clasificación de la Comunidad de Madrid, que en algunos municipios no coincide con la del CSN. "No hay medición del radón, ni medidas preventivas. Somos dos padres presionando a la administración para que se mida. No sabemos qué más hacer", confiesa a este periódico.
De hecho, hay una recolecta de firmas en la plataforma Change.org, en la que exponen que en Colmenar Viejo, municipio vecino, encontraron "preocupantes" niveles del gas en los juzgados. "Hubo 4 casos de cáncer en trabajadores de ese edificio, sin poderse comprobar si el radón era o no el causante directo de la enfermedad", describen.
Posibles soluciones
Respecto a las posibles soluciones para rebajar los niveles del elemento, Javier López, especialista en protección contra el radón del grupo BMI, empresa dedicada a cubiertas y tejados, comenta que el trabajo es en dos ámbitos: sobre obras nuevas y en las que ya están ejecutadas, donde confiesa que es "más difícil" actuar.
En las edificaciones ya existentes, el objetivo sería evitar la entrada de radón a través de un sellado y posterior tratamiento de membranas. El otro planteamiento sería generar sobrepresiones interiores de forma artificial para evitar la entrada del gas: "Es decir, que la presión en el interior del habitáculo sea superior a la del terreno exterior". Otra forma que reseña es el aumento de la ventilación: "Así diluyes esa concentración en las partes que están en contacto con el terreno".
"Preocupan especialmente los colegios porque los niños pasan allí mucho tiempo y hasta donde yo sé no hay ningún plan específico a poner en marcha en los mismos. Imagino que esto pasará a ser un tema prioritario y para cualquier actuación, lo primero es determinar el nivel de radón existente. En las aulas en contacto con el terreno habría que hacer mediciones reales por laboratorios homologados", concluye el experto.
Los padres de Héctor reformaron su casa e instalaron su dormitorio en el garaje. Su madre murió con 57 años y su padre con 65, ambos por cáncer de pulmón. En ese momento, Héctor empezó a preguntarse por qué había ocurrido. "Qué cosa más extraña. Es posible que la casa pueda generar enfermedad", pensó. Fue descartando causas y movido por su intuición compró un medidor de radioactividad. Lo puso en el cabecero del dormitorio y el resultado fue 1.800 bequerelios (Bq), unidad que mide la actividad radiactiva: "Era una burrada. Ahí estaba la causa".