Las redes están plagadas de resultados de cirugía estética y no todo es lo que parece: "Una foto en el quirófano no es real"
Una clínica acaba de recibir una multa de 10.000 euros por publicar una imagen sin consentimiento explícito de la paciente. Más allá de los aspectos legales, hay cuestiones deontológicas que considerar
No es extraño ver fotos de los resultados de operaciones estéticas en las redes sociales. Un concepto que algunos estudios ya bautizan como "marketing médico". De hecho, ya llegan las primeras multas por esta práctica. En septiembre de este año la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) sancionó a una clínica de cirugía estética por publicar las imágenes del antes y después sin contar con el consentimiento explícito de la paciente.
En este caso, las imágenes se compartieron con fines publicitarios y la afectada solo había dado su autorización con un propósito médico o educativo. Ahora, el centro deberá pagarle una multa de 10.000 euros.
La doctora Conchi Lorca, vocal de comunicación de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), tiene clara la importancia de que los pacientes den su consentimiento para la toma de fotografías o vídeos. La especialista, que trabaja en la privada y la pública, especifica que hay una opción de "uso científico" en la que, si el interesado acepta, utilizan ese material en congresos o artículos en revistas médicas. "En caso de que sea para redes sociales, tienen que dar una autorización expresa. Entiendo que la mayoría de compañeros lo hacemos así porque es lo éticamente correcto, pero hay de todo en la viña del Señor", reseña.
Pese a que considera que mostrar el trabajo en redes "es fundamental", reconoce que actualmente hay muchas herramientas "para mejorar las fotografías y editar vídeos": "Está fenomenal publicar el antes y el después, pero hay situaciones en las que puede ir en nuestra contra y podemos crear falsas expectativas. A mi modo de ver, eso pasa mucho en las cirugías del contorno corporal, donde se juega mucho con las luces y sombras o con el alcohol para dar brillo en la piel. No digo que esté mal publicarlo, pero tiene que estar complementado con resultados a largo plazo. Una foto inmediata en la mesa del quirófano no es totalmente real, eso lo tenemos que reconocer. Sumado a que puede ser que haya gente que retoque las imágenes".
Datos "especialmente sensibles"
Ricardo de Lorenzo, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), cuenta a este periódico el "especial cuidado" que hay que tener con el tratamiento de las imágenes de los pacientes, ya que son "datos particularmente sensibles". Según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), los límites los define el Régimen General de los Datos de Salud (en el artículo 9 del Reglamento General de Protección de Datos): "Los relativos a la salud son especialmente protegidos y su tratamiento está prohibido".
Sin embargo, menciona varias circunstancias que estarían exentas, como "el consentimiento explícito del interesado", que "resulte necesario para proteger sus intereses vitales", o sea "indispensable por razones de interés público en el ámbito de la salud, como la protección frente a amenazas transfronterizas graves o para garantizar elevados niveles de calidad y de seguridad de la asistencia sanitaria y de los medicamentos o productos sanitarios".
Además, la capacidad que tiene una persona a decidir sobre el uso de su imagen es un derecho fundamental, reconocido por la Constitución española en el artículo 18 y por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Pese a que De Lorenzo incide en que las redes sociales son una herramienta "muy útil", se "debe cumplir" con la normativa en materia de protección de datos "en toda su extensión". Desde la AEDS asesoran a los médicos y el experto manifiesta que deben tener "la capacidad de informar claramente y ser muy transparentes" respecto a lo que se va a hacer con esas imágenes. "La finalidad tiene que ser muy concreta", insiste.
En segundo lugar, comenta el valor de obtener un consentimiento "absolutamente voluntario y libre": "Para ello, sugerimos la utilización de dos casillas, con el objetivo de darle la posibilidad al paciente de tachar el no". "Por supuesto que los centros deben contar con la posibilidad de aportar esa documentación como prueba en caso de una posible reclamación por parte de la AEPD", desarrolla.
El valor de las multas
Otro de los aspectos que destaca el abogado es que el consentimiento "se puede revocar" en cualquier momento. "Muchas veces en temas comerciales se solicita un miércoles y no se tramita hasta la semana siguiente. En cambio, se hacen campañas en ese tiempo que tienen riesgo de ser sancionadas. Por lo tanto, se tiene que gestionar de forma rápida", defiende.
También, añade que las sanciones pueden ser desde el "4% de volumen de negocio global del año anterior hasta los 20 millones de euros. Todas las semanas vemos algo relacionado con estas situaciones". Y no son las únicas consecuencias que puede haber. "Dependiendo de la gravedad de las circunstancias, puede existir una responsabilidad civil o, incluso, penal por afectación al derecho, a la propia imagen y a la intimidad de las personas", confirma.
De Lorenzo destaca que en los últimos años han visto un "incremento" de multas relacionadas con la difusión de fotos de pacientes en las redes. "Lo hemos observado de forma gradual, conforme a la implementación de nuevas tecnologías y herramientas digitales", detalla. "Los profesionales tienen que cumplir el deber de confidencialidad y es muy importante que archiven las imágenes de forma segura. El sector sanitario está sufriendo muchos ciberataques y robos de información", continúa.
¿Y la ética?
El primer lugar a donde llegan estas quejas son a los comités de ética. El presidente de la Comisión de Ética y Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC), José María Domínguez, afirma que los encargados del análisis de las reclamaciones vinculadas a la "potencial mala práctica ética" son los comités de deontología médica de cada uno de los colegios de médicos en España. "Se han recibido algunas quejas vinculables a dichas actuaciones, sin embargo, su incidencia es mínima", asegura.
Más allá de los límites legales, hay que tener en cuenta los aspectos éticos que deben regir la publicación de las imágenes en los perfiles de estos sanitarios. Domínguez declara que además de "prudencia informativa", es "esencial" que estos contenidos cumplan el principio de veracidad y que en los contenidos se eviten informaciones carentes de base científica. "El secreto médico y la confidencialidad deben presidir el proceso informativo y divulgativo", narra. A fin de cuentas, se trata de "cumplir un equilibrio" entre dar a conocer los servicios de un médico o de una organización sanitaria y la información que debe tener un paciente para elegir su asistencia con “las mejores garantías” tanto para él mismo como para su salud.
Tampoco debe vulnerar la dignidad de las personas ni de la profesión médica. "La publicación de imágenes de pacientes por parte de los médicos solamente debería realizarse cuando tenga una utilidad divulgativa o formativa y siempre intentando evitar la identificación del paciente", insiste el experto, en línea con el artículo 28.5 del Código de Deontología Médica.
Cómo publicar correctamente
Para saber cómo publicar en redes sociales de manera correcta, la OMC lanzó en 2014 un manual sobre el uso de redes sociales para médicos, un documento pionero en el tema. Después, la organización ha optado por incorporar esta práctica en el Código de Deontología Médica —actualizado en 2022—, donde ha incluido nuevos capítulos y artículos vinculados con las actuaciones de los médicos en relación con la publicidad médica, tecnologías de la información, bases de datos sanitarias y redes sociales.
A pesar de este documento que puede servir de apoyo, los diferentes colectivos reclaman formación específica. Por un lado, De Lorenzo expone la importancia de la "concienciación" de los profesionales sanitarios. "Debería haber formación relacionada con el uso de aplicativos de inteligencia artificial, de software y de datos personales. Tienen que intentar darse cuenta de que la protección de datos es un derecho fundamental y que no todo vale. Es más, yo creo que si tienes una muy buena relación con el paciente y le explicas que para poder comercializar tu marca te gustaría subir una imagen del antes y después podrás conseguirlo siendo transparente", ahonda.
Por su parte, la doctora Lorca confiesa que no hay mucha formación al respecto: "Tuve que elaborar una ponencia sobre comunicación en redes sociales para los nuevos residentes en la Secpre y me tocó revisar la ética y buscar literatura porque yo no tengo ninguna formación en la materia". Igualmente, incide en que sería necesario que las sociedades médicas la impartieran: "Hay muchas cosas que damos por hecho y no están bien. En algunos países está prohibido publicar los resultados de pre y posoperatorio, aunque no se reconozca a la persona". "Existen muchas guías que dicen cómo se debe hacer: con la misma luz, en posición anatómica o con el mismo fondo. Ahora se ven resultados de, por ejemplo, una cirugía de pecho con la paciente en bikini en una posición sugerente y no es muy profesional", concluye.
La voz de los pacientes
Finalmente, para los pacientes también forma parte de las cuestiones pendientes. Pedro Carrascal, director de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), señala a la capacitación como algunas de sus reivindicaciones al respecto. "Sería interesante que existiera y que se hable de eso. Pensamos que es un área interesante en la que tenemos que abordar de forma conjunta para evitar que produzca un daño al paciente y que entendemos que es lo primero que hay que proteger", sostiene.
Esta no es la única cuestión que se debería tener en cuenta a la hora de publicar imágenes de pacientes en redes sociales. Carrascal aboga por una "reflexión profunda" por parte no solo de los médicos, sino también de los pacientes. De esta manera sería más sencillo identificar los límites, más allá de los comentados. Sea como fuere, el eje principal debe ser el paciente y sus necesidades. Por tanto, se ha de realizar pensando en el beneficio de esta persona o, al menos, que no se le perjudique ni en el momento actual, ni en un futuro. "Tiene que ser un conocimiento profundo, que tenga un control de alguna forma de la gestión de esa enfermedad y que no se vea alterada por los intereses que quizás en algunos momentos estén más desenfocados", incide.
A pesar de los posibles peligros, los pacientes no perciben una sensación de preocupación. El director aclara que confían en la relación médico-paciente y que aunque se ven algunos casos, el miedo está en que se haga sin un análisis o una reflexión al respecto.
No es extraño ver fotos de los resultados de operaciones estéticas en las redes sociales. Un concepto que algunos estudios ya bautizan como "marketing médico". De hecho, ya llegan las primeras multas por esta práctica. En septiembre de este año la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) sancionó a una clínica de cirugía estética por publicar las imágenes del antes y después sin contar con el consentimiento explícito de la paciente.