¿Qué fue antes la depresión o el dolor de regla? El estudio que quiere romper con una falsa creencia
Pese a que se han encontrado vínculos entre la salud mental y la reproductiva, las asociaciones no se han analizado lo suficiente. Un estudio trata de arrojar luz al respecto
Si hay algo en lo que existe un consenso es que la salud mental y la física van de la mano. Esto es aplicable a distintos campos dentro de la medicina. Un ejemplo de ello es el dolor menstrual y la depresión. Tradicionalmente, se ha asociado que lo primero puede causar lo segundo. Sin embargo, una investigación publicada este miércoles sugiere justo lo contrario. "Identificamos genes específicos que lo vinculan, lo que demuestra cómo la salud mental afecta a la física, especialmente en mujeres", resume Shuhe Liu, estudiante de doctorado en la Universidad Xi’an Juaotong-Liverpool.
De esta manera, los resultados obtenidos abordan la necesidad de tener en cuenta la salud mental a la hora de tratar la dismenorrea. "La detección de la depresión podría conducir a una atención mejor y más personalizada", afirma Liu, autora principal de este estudio publicado en Briefings in Bioinformatics.
"Descubrimos que la depresión puede aumentar las probabilidades de que una persona experimente dismenorrea. Encontramos evidencia preliminar que sugiere que la depresión causa este dolor, en lugar de ser consecuencia de él, ya que no aumenta el riesgo de esta patología mental", explica. Es decir, sí puede causarlo a través de vías genéticas y biológicas, pero matiza que es necesaria más investigación.
¿Pero por qué ocurre esto? Tanto la depresión como el resto de los trastornos del estado de ánimo aumentan la sensibilidad al dolor y los síntomas propios pueden hacer que las personas que los padecen sientan dolor con mayor facilitad, tal y como afirma.
También se ha de tener en cuenta que la depresión afecta a las hormonas, al sueño y al estrés, factores que influyen en los ciclos menstruales. "La depresión aumenta el dolor de regla al afectar el sueño, el estrés y los genes vinculados con la salud reproductiva", detalla.
Otra de las cuestiones que investigó este equipo de científicos de China y de Reino Unido fue si la posibilidad de falta de sueño, que a menudo experimentan quienes sufren depresión, es un medidor significativo entre la depresión y la dismenorrea. Los resultados muestran que el aumento de este tipo de trastornos del sueño puede exacerbar el dolor menstrual. Por tanto, es "crucial" abordar estos problemas para así poder controlar ambas afecciones.
Más de 600.000 casos analizados
Para conocer la relación entre la depresión y el dolor menstrual se han analizado unos 600.000 casos de poblaciones europeas y 8.000 de asiáticos. Para ello se basaron en una técnica especializada llamada aleatorización mendeliana para analizar la variación genética e identificar genes específicos que pueden mediar el efecto de la depresión en el dolor de regla.
En general, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de sufrir depresión y, a menudo, presentan síntomas físicos más graves. Esta diferencia de género es especialmente evidente durante los años reproductivos. España también sigue esta línea de prevalencia: el Ministerio de Sanidad publicó un informe en 2020 donde abordaba los problemas de salud mental más frecuentes registrados en las historias clínicas de Atención Primaria. Entre otros, destaca la depresión, que aparece en el 4,1% de la población en general, un 5,9% en mujeres y un 2,3% en hombres. Además, el síntoma más frecuente es el trastorno del sueño.
Liu sostiene que tanto la depresión como el dolor menstrual "afectan profundamente" a la vida de las mujeres, pero que aún "no entendemos del todo cómo están conectados". Durante su formación médica pudo ver en primera persona las consecuencias, en especial en las adolescentes. Posteriormente, en su trayectoria académica se incorporó la bioinformática, que unida a la psiquiatría le permitió explorar las conexiones genéticas entre estas afecciones. "Quiero mejorar la atención a las mujeres entendiendo mejor estas conexiones", concluye.
Si hay algo en lo que existe un consenso es que la salud mental y la física van de la mano. Esto es aplicable a distintos campos dentro de la medicina. Un ejemplo de ello es el dolor menstrual y la depresión. Tradicionalmente, se ha asociado que lo primero puede causar lo segundo. Sin embargo, una investigación publicada este miércoles sugiere justo lo contrario. "Identificamos genes específicos que lo vinculan, lo que demuestra cómo la salud mental afecta a la física, especialmente en mujeres", resume Shuhe Liu, estudiante de doctorado en la Universidad Xi’an Juaotong-Liverpool.
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