Los expertos alertan a los nacidos entre 1945 y 1975: por qué deben hacerse la prueba de la hepatitis C
Esta infección no solo se contagia con prácticas de riesgo. En el pasado, también mediante transfusiones u operaciones quirúrgicas. Por eso conviene hacerse un test y salir de dudas
Según la Asociación Española para el Estudio del Hígado, AEEH, un tercio de los casos de Hepatitis C se sigue diagnosticando tarde, es decir, cuando el daño hepático es irreversible. Este retraso en el diagnóstico tiene como consecuencia que se produzcan cuatro muertes semanales imputables a esta enfermedad en nuestro país. Cuatro fallecimientos que se podrían evitar.
Esta situación ha llevado a expertos en esta enfermedad a solicitar a las administraciones que se adapte el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud al contexto actual de la epidemia, porque así consideran la situación actual de esta enfermedad en el mundo.
Es decir, tratar de sacar a la luz las infecciones no diagnosticadas, realizando cribados poblacionales sin que sea necesario que estén ligadas a potenciales factores de riesgo. En la actualidad, este tipo de estrategias están dirigidas a poblaciones vulnerables.
Sin embargo, se ha demostrado “la relación costo efectiva del diagnóstico poblacional sin dejar de lado las estrategias dirigidas a las poblaciones vulnerables”, afirman desde la AEEH. La razón es que con tan solo un test de un análisis de sangre es posible detectar la enfermedad.
¿Por qué esa franja de edad?
Porque las personas que tienen en la actualidad entre 45 y 80 años (nacidos entre 1945 y 1975) son las que tienen más posibilidad de estar contagiadas sin saberlo. Durante esos años no se conocía la existencia del virus de la hepatitis C y, por tanto, salvo entre sectores vulnerables de la sociedad (toxicómanos o consumidores de drogas psicoactivas intranasales, entre otros) no se tenía en cuenta esa posibilidad.
Sin embargo, se sabe que la mayoría de las personas de esa edad con VHC se contagiaron en una intervención quirúrgica o al recibir una transfusión. Y, puesto que es una enfermedad asintomática, algunos podrían llevar hasta 20 años con el virus, sin saberlo e incluso continuar contagiándolo.
España, líder en la lucha contra la hepatitis C
Gracias a los cribados que se ponen en marcha en nuestro país con determinados sectores de población, en algunas comunidades autónomas como la gallega o con mujeres embarazadas, España es líder a nivel mundial en la lucha contra la hepatitis C, según el Observatorio Polaris.
Los expertos recomiendan descentralizar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del VHC para poblaciones vulnerables
Desde 2015 —cuando aparecieron los antivirales (ADD)— y hasta la actualidad, cerca de 170.000 pacientes han sido tratados y curados, consiguiendo hacer descender la prevalencia de esta infección activa tanto en población vulnerable como en población general. Sin embargo, los especialistas piden más.
Llevar los test a quien lo necesita
Una de las apuestas de la AEEH es “descentralizar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del VHC para poblaciones vulnerables, llevándolo a las unidades de conductas adictivas, centros de acogida de migrantes, centros de salud mental, zonas de concentración de personas sin hogar o centros de intervención de baja exigencia, entre otros”.
Una de las apuestas más fuertes de los expertos tiene que ver con la población reclusa. Recomiendan “mejorar el acceso a test rápidos, incrementar el personal facultativo, potenciar el rol de las enfermeras y devolver la capacidad de prescripción de los antivirales de acción directa a los facultativos de la sanidad penitenciaria”.
La reinfección es posible
Una de las razones de que sea tan importante diagnosticar a los infectados es que la hepatitis C se cura en un 95% de los casos. La mala noticia es que no existe una vacuna que evite la reinfección. Esta es la razón de que para los expertos de la AEEH sea tan importante concienciar a las personas vulnerables de que esa posibilidad existe.
Según la Asociación Española para el Estudio del Hígado, AEEH, un tercio de los casos de Hepatitis C se sigue diagnosticando tarde, es decir, cuando el daño hepático es irreversible. Este retraso en el diagnóstico tiene como consecuencia que se produzcan cuatro muertes semanales imputables a esta enfermedad en nuestro país. Cuatro fallecimientos que se podrían evitar.
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