Esta herramienta es clave para el cáncer o enfermedades cardiovasculares, pero no está extendida en España
Solo tres comunidades autónomas miden la condición física, a pesar de contar con alguno de los grandes expertos internacionales en el país
La condición física influye en nuestro desempeño en el día a día. Si es correcta, proporciona la resistencia que nos permite realizar tareas como caminar o correr o la fuerza que hace posible desplazar cargas o resolver situaciones de emergencia, entre otras cuestiones. En resumidas cuentas, forma parte de nuestra vida. Pero además, está asociada con la aparición de determinadas enfermedades no transmisibles, como el cáncer o las cardiovasculares, tal y como asegura Javier Brazo-Sayavera, profesor titular del Departamento del Deporte e Informática de Universidad Pablo de Olavide, pues todas estas se asocian con la obesidad. Este experto es uno de cientos que internacionalmente apoyan medirla con fines de salud. Esta herramienta, a pesar de sus ventajas, no está muy extendida en España.
Recientemente, se ha publicado un documento de consenso internacional en el que se detalla una batería de propuestas para conocer la aptitud física en la niñez y en la adolescencia. Pero no solo se trata de evaluarla en los más jóvenes, sino que también tiene aplicaciones en los adultos y mayores. Las pruebas serán diferentes, pero se podrán conocer aspectos como la fragilidad, relacionada con la pérdida de autonomía y la aparición de patologías en la última etapa de la vida, según Brazo-Sayavera. "Podríamos anticiparnos mejorando esa condición física y protegiendo a las personas porque al final hay muchas enfermedades que son multifactoriales y van a acabar apareciendo. Pero lo que hace la condición física es proteger a las personas y reducir el riesgo de que aparezcan o que apareciendo, el proceso de tratamiento y de recuperación sea mejor", explica.
Este proyecto, en el que han participado 169 expertos de 50 países diferentes, tiene tintes españoles: Francisco Ortega, líder de la investigación, o Cristina Cadenas-Sánchez, son algunos de los investigadores que participan. Sin embargo, a pesar de contar con referentes internacionales, en España solo se mide la condición física en tres comunidades autónomas, tal y como afirma Brazo-Sayavera. La pionera fue Galicia, a la que siguieron tanto País Vasco como Castilla-La Mancha.
¿Dónde y cómo se puede medir la condición física? Esto dependerá de las características del país. El experto relata que en lugares como Portugal y Eslovenia lo evalúan en el contexto escolar, por ejemplo. En Corea del Sur, sin embargo, es a través de centros acreditados por el gobierno. En su opinión, en España lo ideal sería en colegios e institutos, donde se cuenta con profesionales cualificados para ello, como son los de profesores de educación física.
Brazo-Sayavera destaca dentro de los expertos internacionales a Francisco Ortega. Este referente en dicha cuestión es catedrático de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada y codirector del grupo de investigación Profith y destaca dos componentes estrella de la condición física: la capacidad aeróbica y la fuerza muscular. Para medir este último punto, apuesta por test "muy sencillos" como el de dinamometría manual, el test de fuerza del tren superior, y el test de salto horizontal con pies juntos en niños y adolescentes.
Y va más allá de las patologías. "Estos test de fuerza han demostrado tener una capacidad predictiva muy grande y muy importante para variables de salud. Y no solo de enfermedad, sino también hay algunos estudios recientes que indican que también de salud cognitiva, de rendimiento académico e incluso a nivel de prosperidad en el futuro en cuanto a nivel educativo, profesional e ingresos anuales. Esto aún no está publicado, pero es un trabajo que estamos preparando y creemos también que existe esa asociación", asegura.
Galicia, País Vasco y Castilla-La Mancha son la excepción
Galicia es la comunidad pionera en España. Dafis (Datos sobre la valoración de la condición física saludable) fue puesta en marcha por la Xunta en 2012, cuando se implantó en los centros educativos como herramienta para el seguimiento de la salud del alumnado y para la evaluación de las actuaciones incluidas en los Proyectos de Vida Activa. Apenas cinco años después, en 2017, se expandió, pues en colaboración con ayuntamientos y entidades deportivas se implantó este programa en otras poblaciones. Desde el inicio ha valorado a 32.849 personas en total.
En País Vasco cuentan con Eusfit Mugiment desde 2022. Iker Etxeberria, técnico del proyecto, declara que han contado con la inspiración de proyectos europeos como el de Eslovenia y que forma parte de Fitback, un programa europeo que permitirá predecir las tendencias futuras de la salud de la población relacionando el riesgo para la salud con el estado de condición física. El proyecto vasco surgió porque estaban detectando en País Vasco, aunque también a nivel general, que la condición física en la infancia estaba empeorando. "Esta intervención no es más que un diagnóstico, es la primera fase. Después tendría que venir la identificación del problema real y la puesta en marcha de intervenciones concretas", detalla Etxeberria.
Solo el curso pasado participaron en este proyecto voluntario 57 centros escolares de educación primaria y secundaria de 33 municipios, 111 profesores, 389 clases y 5.939 niños. Posteriormente, la familia recibe un informe donde aparecen los valores y los de referencia de Fitback. El resultado se da a modo de semáforo: verde, amarillo y rojo. Al respecto, Brazo-Sayavera insiste en una persona puede recibir todos sus valores en el mismo color o no. "Así reducimos la estigmatización, intentamos proteger también para que no se convierta en algo malo, sino en una herramienta de mejora", afirma.
Pero quieren ir más allá. "Nuestro siguiente paso, un sueño que esperamos que se materialice a medio plazo, es que el informe se inserte en la carpeta de salud de cada niño. La idea es que cuando vaya al pediatra no solo le mida o le pese, sino que vea en los test físicos qué datos obtiene. Es un resultado más real en cuanto a la certificación del estado de salud de una persona", comenta Etxeberria. Para ello, primero hay que solventar ciertas cuestiones como la protección de datos y otros pasos burocráticos.
Finalmente, existe el Observatorio de la Actividad Física de Castilla-La Mancha (Obafi), un proyecto compartido entre la Dirección General de Juventud y Deportes de la Junta y la universidad de la comunidad autónoma (UCLM) que pretende constituir una herramienta de utilidad pública para conocer la condición física relacionada con la salud de los alumnos. De esta forma, se describe la situación de la red de centros educativos participantes en los Proyectos Escolares Saludables (PES).
¿Cómo se podría extender a toda España?
Para que esta herramienta llegue a todos los puntos del país, se ha de cumplir una receta un tanto complicada. En primer lugar, habría que delimitar el organismo que se debería de encargar de esta competencia: "Probablemente, el Consejo Superior de Deportes tendría una máxima responsabilidad, pero al tener un espacio más adecuado de implementación en el contexto escolar, habría que mantener diálogos también con el Ministerio de Educación".
Pero Brazo-Sayavera, quien participa en un grupo de investigación en su universidad sobre estas temáticas, concuerda con la idea que tienen en País Vasco. "Pensamos más allá, en que estos datos pudieran estar a disposición de los pediatras. Ahí intervendría también el Ministerio de Sanidad", añade. Por tanto, todas estas aristas hacen que sea "complejo" su puesta en marcha si no hay instancias que lo demanden, en su opinión.
Ortega insiste en que es una cuestión de voluntad política, aunque también reconoce la dificultad por las condiciones que tiene España, por el tamaño de su población y por ciertas competencias delegadas en las comunidades autónomas. Aun así, es optimista, pues cada vez se cuenta con más herramientas y se parte de una base. "Ya tenemos parte del trabajo hecho y nos falta dar los siguientes pasos", defiende.
La condición física influye en nuestro desempeño en el día a día. Si es correcta, proporciona la resistencia que nos permite realizar tareas como caminar o correr o la fuerza que hace posible desplazar cargas o resolver situaciones de emergencia, entre otras cuestiones. En resumidas cuentas, forma parte de nuestra vida. Pero además, está asociada con la aparición de determinadas enfermedades no transmisibles, como el cáncer o las cardiovasculares, tal y como asegura Javier Brazo-Sayavera, profesor titular del Departamento del Deporte e Informática de Universidad Pablo de Olavide, pues todas estas se asocian con la obesidad. Este experto es uno de cientos que internacionalmente apoyan medirla con fines de salud. Esta herramienta, a pesar de sus ventajas, no está muy extendida en España.
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