Así pueden afectar a tu salud mental las compras navideñas, según una psicóloga
El consumismo propio de esta época del año trae consigo un viaje de emociones positivas y negativas que pueden llegar a ser complicadas de gestionar en algunas situaciones.
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Las Navidades son una de las épocas más comerciales del año por excelencia. Durante las mismas, son varias las compras que realizamos alrededor de la propia festividad, desembolsando una buena cantidad de dinero en el proceso. Pese a que el presupuesto destinado a los gastos navideños ha caído un 8% este 2024, según los últimos datos de la Organización de Consumidores y Usuarios, el ritmo continúa siendo desenfrenado.
En este sentido, son muchos los usuarios que disponen de un sentimiento de presión muy intenso fruto de la cultura de consumismo tan propia en estas fechas. En el caso de hacernos con los regalos que repartiremos entre nuestros seres queridos, la frustración generada por no saber si el presente que entregaremos será suficiente, así como los altos precios que algunos productos poseen, pueden conllevar una situación difícil de manejar a nivel psicológico.
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En muchas ocasiones, estas circunstancias nos llevan a asumir unos gastos más elevados de lo que teníamos planeado, que junto a las comidas abundantes y los imprevistos económicos que puedan surgir, nos hagan padecer un estado de negatividad y hastío prolongado, tal como afirma la psicóloga Lara Ferreiro. Es por ello que recomienda disponer de una buena planificación, ya que puede ser la solución a una etapa tan repleta de estímulos.
Viaje de emociones
Depende del usuario en cuestión, estas circunstancias pueden afectarnos en mayor o menor medida. Un sector con una mayor vulnerabilidad, como es el caso de las Personas Altamente Sensibles (PAS), puede desarrollar un nivel de ansiedad que desemboque en condiciones más graves, como son los ataques de pánico, los cuadros depresivos o las fobias sociales.
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Por otro lado, no debemos dejarnos llevar por el consumismo. Y es que los sentimientos de satisfacción al encontrar el regalo ideal o una oferta muy jugosa pueden ser adictivos si no les ponemos freno. Dichas sensaciones positivas vienen derivadas de la liberación de dopamina, hormona que nos genera placer en base a diferentes estímulos, por lo que es común que queramos que estos se repitan.
Por el contrario, el estrés que surge ante las dudas de las diferentes decisiones que se toman durante estos días provoca la liberación de cortisol, hormona que nos genera dicha ansiedad. Ante el constante viaje de sensaciones y emociones que se suelen vivir, es complicado mantener una actitud de autocontrol.
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