Ni ropa ni consola: los adolescentes piden cosméticos para Reyes, pero no conocen todos sus riesgos
Algunos sanitarios observan con preocupación un abuso de productos de rutina facial entre los más jóvenes. En algunos países a estos niños se les conoce como "Sephora kids"
En la carta a los Reyes Magos de los más pequeños se han colado peticiones nuevas en los últimos años: productos cosméticos para realizar una rutina facial. En redes sociales son cientos los vídeos de menores que enseñan cómo se cuidan la piel y cuáles son sus productos favoritos para su skincare compuesta por varios pasos. En algunos países a estos niños se les conoce como Sephora kids y si se busca en TikTok este término aparecen más de 12.000 publicaciones. Pero esto no es algo que solo se vea en internet o en otros lugares. Algunos sanitarios dedicados a la dermatología lo observan con preocupación con sus pacientes más jóvenes, los cuales, en gran parte de las ocasiones, están influenciados por lo que ven en internet.
Ignasi Figueras es dermatólogo en el Hospital Universitario de Bellvitge y ha detectado un abuso de productos de cuidado facial en los menores en España. No solo estos se preocupan más por su piel, sino que aprovechan el final de las consultas médicas para preguntar si lo hacen de manera correcta o cuál es la mejor fórmula. Aunque predominan más entre las chicas adolescentes, ellos también tienen su skincare, e incluso hay niños más pequeños que se interesan por ello.
Uno de los últimos casos que vivió en consulta ocurrió antes de las vacaciones navideñas. Una joven acudió al especialista por acné, para lo que le recetó un tratamiento y tras acabar la explicación de lo pautado, la chica le dijo que "vale", pero que aparte qué skinroutine tendría que seguir. El facultativo le dijo que no tendría que seguir ninguna y al escuchar la negativa del sanitario, que le explicó que ya le había recomendado un tratamiento, la joven sacó una bolsa de tela con todas sus cremas. "La mitad de los productos estaban repetidos, eran lo mismo, pero de distinta marca. Quité el 90% de lo que llevaba, solo le dejé una crema hidratante. Esto es algo muy repetitivo y es curioso porque cada vez te encuentras más con esta situación. Lo hablamos muchas veces con compañeros, es algo generalizado esta sobrepreocupación", comenta.
Chema Martínez, enfermero especializado en dermoestética y salud de precisión, también se ha dado cuenta de que esto ocurre, especialmente desde el verano de 2023. Este sanitario lo ha observado sobre todo en chicas de unos 16 años. "Es un problema creciente", incide Figueras.
Sin embargo, no todos los compañeros de profesión están de acuerdo. La directora de la Clínica Eguren y dermatóloga, Cristina Eguren, asegura no percibir "especial problema" en España ni lo considera "tan alarmante". "No detecto un abuso", afirma. Esta tendencia cree que está más implantada en países como Estados Unidos o en algunos de América Latina. "El problema aquí no es como en otros lugares", insiste. Precisamente, en el país norteamericano mencionado se llevó a cabo un estudio que se publicó hace dos años en el que recogía que el 70% de los menores encuestados había utilizado en algún momento productos de maquillaje y corporales para niños. Además, considera que si no se ha llegado ya a este punto, es complicado que se alcance.
Las consecuencias de usar productos no adecuados
Martínez explica que los niños todavía no tienen la piel totalmente desarrollada como los adultos, "es más fina, por así decirlo". "Entonces, las formulaciones de estas cremas son para los mayores, pero no para ellos. La problemática no son los problemas actuales a corto plazo. La cuestión es que todavía no sabemos qué les va a causar a medio y largo plazo", alerta.
Figueras comenta cómo afecta que los menores utilicen demasiados productos o unos no aptos para su piel, porque recuerda que no solo perjudica el uso de rutinas de varios pasos inadecuadas, pues con un solo producto ya daña. "En una piel sin patología, sobreaplicar grasas, como son las hidratantes o maquillaje, puede hacer que aparezcan granos que de otro modo quizá no saldrían. Si se pone retinoide en una piel sana, con daño solar acumulado mínimo, lo que va a hacer es provocar irritaciones, eczemas o alteraciones que aumentan el riesgo de desarrollar alergias", detalla. Además, insiste en que esa "dependencia continua" por cosas que no son necesarias es bastante "pernicioso".
Eguren, por su parte, resume que el principal problema de esta práctica es que pueda agravar o empeorar el desequilibrio de la piel cuando se están utilizando productos que no son los adecuados.
Más allá de las consecuencias físicas, el enfermero se detiene en las consecuencias psicológicas. "El tema de que las niñas empiecen a utilizar una cosa que no sea una crema hidratante o un protector solar sin tener afección en la piel es algo que no entiendo. Y el problema es este, que no es solo lo que estamos haciendo a nivel de piel o sistémico, sino también en el ámbito psicológico. Son chicas que van a ser extremadamente perfeccionistas, que nunca van a estar contentas con su piel, aunque esté perfecta, porque no lo están consigo mismas. Siempre van a querer tener la nariz, los pómulos y los labios que ven y esto es un problema de fondo, incluso un generador de trastornos de la conducta alimentaria. Esto no es algo banal", sentencia.
Las redes sociales como causantes y protagonistas
En lo que sí que están de acuerdo estos tres expertos es que las redes sociales son el epicentro de esta cuestión. "Es la fuente principal del problema", asevera Eguren. Figueras coincide en que este boom se ha dado debido a ellas y que ha provocado el aumento exponencial. Muchos son los influencers que, a veces con una prestación económica por medio y otras veces no, hacen recomendaciones de muchos productos, también de cuidado facial.
Otro punto en común reside en cómo los niños y adolescentes han de cuidar su piel, siempre y cuando no tengan patologías. Figueras lo resume en lavarse la cara con agua y jabón y utilizar la crema de sol. Martínez, por su parte, habla de la importancia de la alimentación y añade una crema hidratante. El protector solar lo limita a cuando se tiene una exposición solar "potente".
Sea como fuere, Eguren recuerda que el consejo con conocimiento más rápido siempre va a ser dado en la farmacia. "En pieles con algún tipo de problema, el primer acceso sería el del profesional farmacéutico, que tiene formación para ello. Si el problema no mejora o se agrava, ya se acude al dermatólogo", ahonda.
También insiste en el papel de los padres en toda esta cuestión, especialmente si los productos se compran en tiendas de cosmética: "El responsable de monitorizar que el niño utilice correctamente los productos son ellos".
En la carta a los Reyes Magos de los más pequeños se han colado peticiones nuevas en los últimos años: productos cosméticos para realizar una rutina facial. En redes sociales son cientos los vídeos de menores que enseñan cómo se cuidan la piel y cuáles son sus productos favoritos para su skincare compuesta por varios pasos. En algunos países a estos niños se les conoce como Sephora kids y si se busca en TikTok este término aparecen más de 12.000 publicaciones. Pero esto no es algo que solo se vea en internet o en otros lugares. Algunos sanitarios dedicados a la dermatología lo observan con preocupación con sus pacientes más jóvenes, los cuales, en gran parte de las ocasiones, están influenciados por lo que ven en internet.
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