¿Qué está pasando en los riñones de los niños? Aumenta el número de menores en el paso previo a las piedras
En los últimos años, los especialistas en salud han observado una preocupante tendencia en aumento en la eliminación urinaria de calcio entre los más pequeños
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En las últimas décadas, los casos de cálculos renales –que tradicionalmente se han asociado a adultos– están aumentando considerablemente entre los niños de Estados Unidos. Una tendencia preocupante de la que están alertando los expertos norteamericanos, al tiempo que tratan de investigar las causas y proponer medidas preventivas para abordar este fenómeno creciente.
Las investigaciones científicas avalan que la incidencia de cálculos renales en menores de edad ha crecido significativamente en los últimos 20 años. Un estudio publicado en el Clinical Journal of the American Society of Nephrology, que analizó su incidencia de 1997 a 2012 entre jóvenes de 15 a 19 años de Carolina del Sur, descubrió un aumento del 28% en cinco años en el caso de las niñas y del 23% en niños. En la misma línea, otro análisis concluyo que las piedras en el riñón de los más pequeños habían aumentado "drásticamente en las últimas dos décadas por razones que aún no se han dilucidado por completo".
En nuestras fronteras, se estima que la incidencia de litiasis infantil –las piedras en el riñón de los niños– se ha multiplicado por cinco en las últimas décadas, según un reciente informe elaborado por el Hospital Universitario Son Espases, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca y el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS). Sin embargo, no existe un registro fiable con el que se pueda medir la incidencia de las piedras en el riñón en los niños a lo largo del tiempo, aclara a El Confidencial la Dra. Mar Espino, nefróloga infantil del Hospital 12 de Octubre y presidenta de la Asociación Española de Nefrología Pediátrica.
Espino señala que como tal no tiene la percepción de un aumento en la litiasis infantil, pero sí de la hipercalciuria, una situación clínica en la que se comprueba un incremento en la eliminación urinaria de calcio. Esta condición médica puede ser debida a desequilibrios hormonales o la dieta y es el paso previo más frecuente a los cálculos renales. "Si resulta que nadie ha intervenido cuando se han detectado las primeras molestias de la hipercalciuria, y continúa sin hacer cambios en la dieta, eso favorece la generación de piedras en el riñón", explica Espino, pero insiste en que este último escenario no se suele dar.
Lácteos, zumos y sal
Los expertos achacan a los cambios alimentarios de estos tiempos el aumento del calcio en el sistema renal de los más pequeños. "Tenemos la percepción de que las hipercalciurias han aumentado por el cambio en los hábitos dietéticos, sobre todo si hay una alta ingesta de lácteos", señala la nefróloga, al tiempo que ejemplifica que hay padres que si su hijo da guerra en la mesa se conforman con darle un yogur o que hay colegios en los que comen con una jarra de leche.
La especialista también destaca el alto consumo de sal entre los más pequeños. En este punto, cabe destacar un estudio de la Universidad Complutense de Madrid que concluye que la gran mayoría de los niños españoles se pasan con la sal. En concreto, toman de media 7,8 gramos al día, lo que supone que el 84,5% de los menores de 10 años y el 66,7% de los mayores de 10 consume más sal de la recomendada (entre 4 y 5 gramos de sal al día, respectivamente) por la Organización Mundial de la Salud.
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En este punto, la mirada está puesta en los ultraprocesados, que cada vez están más presentes en la dieta occidental, ya que estos alimentos suelen contener altas cantidades de sal, contribuyendo de manera notable a la ingesta diaria de sodio. De hecho, se estima que entre el 70% y el 75% de la sal consumida proviene de estos productos. Hamburguesas, pizzas, sopas instantánea, snacks o salchichas son algunos de los sospechosos habituales de este campo.
Asimismo, la nefróloga señala a que los niños de hoy en día beben menos agua de la que deberían, lo que favorece una mayor presencia de calcio en la orina. En concreto, un análisis de la Revista Española de Nutrición Comunitaria recoge que el 91% de los niños en edad escolar no bebe suficiente agua. Una cuestión que, más allá de la baja ingesta del líquido elemento, puede venir derivada de que los padres les dan zumos artificiales pensando que pueden ser sustitutos del agua, cuando realmente no son buenos para la salud.
Cómo se detecta el paso previo a las piedras
La nefróloga explica que en los últimos años han mejorado los sistemas de prevención, diagnóstico y especialidad en el campo pediátrico, lo que impulsa un aumento de los diagnósticos de hipercalciuria.
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Y la conclusión de que los pequeños están eliminando una gran cantidad de calcio por vía urinaria, suele llegar por varias vías: "Por ejemplo, cuando se les hace un análisis de orina por otra cuestión, se ve que tienen algunos hematíes, se les empieza a hacer el estudio y se encuentra que elimina mucho calcio por la orina; también se encuentra en casos que tienen molestias al orinar, pero se le haces un cultivo de orina y no tienen infección, entonces hacemos un estudio metabólico y nos encontramos que eliminan mucho calcio en la orina".
Cuando esto pasa lo primero que hacen los especialistas es una encuesta dietética y en ella suelen detectar una dieta con un alto consumo, sal, zumos o falta de agua. Una vez se ha localizado el problema por el que surge esta eliminación y se trata, se reduce exponencialmente el riesgo de desarrollar piedras.
En las últimas décadas, los casos de cálculos renales –que tradicionalmente se han asociado a adultos– están aumentando considerablemente entre los niños de Estados Unidos. Una tendencia preocupante de la que están alertando los expertos norteamericanos, al tiempo que tratan de investigar las causas y proponer medidas preventivas para abordar este fenómeno creciente.