Así se detecta la diabetes: los primeros síntomas y señales de alerta
Identificar a tiempo determinadas alteraciones en el cuerpo puede ser clave para prevenir complicaciones de salud en el futuro
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La diabetes es una enfermedad crónica que puede permanecer sin síntomas evidentes durante mucho tiempo, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, detectar las señales de alerta puede marcar la diferencia en la prevención de complicaciones graves. Según la Clínica Mayo, los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de diabetes: mientras que la tipo 1 se presenta de manera repentina, la tipo 2 suele desarrollarse lentamente y puede pasar desapercibida durante años.
Uno de los primeros indicios que pueden alertar sobre la diabetes es el aumento de la sed y la micción frecuente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), esto ocurre porque el exceso de glucosa en sangre obliga a los riñones a trabajar más para filtrarla, lo que provoca una mayor necesidad de orinar y, en consecuencia, una sensación constante de sed.
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Otro síntoma relevante es la pérdida de peso inexplicada, especialmente en la diabetes tipo 1. La Clínica Mayo señala que, cuando el organismo no puede utilizar la glucosa como fuente de energía, comienza a quemar reservas de grasa y músculo, lo que provoca una reducción de peso sin cambios en la alimentación. Además, la fatiga y la visión borrosa son signos frecuentes. Según el NIDDK, el cuerpo no aprovecha correctamente la glucosa, lo que lleva a una sensación persistente de cansancio, mientras que los altos niveles de azúcar pueden afectar la visión al provocar hinchazón en el cristalino del ojo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten que la diabetes tipo 2 puede permanecer asintomática durante años, lo que hace fundamental la realización de controles médicos regulares, especialmente en personas con factores de riesgo como obesidad, sedentarismo o antecedentes familiares.
Si se presentan síntomas como los mencionados, es recomendable acudir a un profesional sanitario para realizar pruebas diagnósticas. Un diagnóstico temprano puede ayudar a implementar cambios en el estilo de vida y, si es necesario, iniciar un tratamiento adecuado para evitar complicaciones a largo plazo.
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