¿Te pican los ojos o los tienes enrojecidos? Puede que no sea alergia
La blefaritis puede confundirse y también coexistir con los síntomas alérgicos. Por ello es conveniente visitar un especialista que realice un diagnóstico adecuado y aplique el tratamiento correcto para su correcto manejo
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Desde hace algunas semanas sus ojos se encuentran enrojecidos, mantiene cierto picor y, a veces, cuando parpadea, siente como si algo estuviera incrustado en el interior de su párpado. Ha dejado pasar los días pensando que sería debido a las innumerables horas que pasa delante del ordenador o, simplemente, a una respuesta alérgica. Pero, no, esa incomodidad que lleva días acompañándole no se debe a nada de eso. Después de una consulta al oftalmólogo, el diagnóstico es concluyente: padece blefaritis. “Una inflamación crónica de los bordes de los párpados que puede afectar tanto la base de las pestañas como las glándulas de Meibomio -glándulas productoras de lípidos necesarios para la formación de la película lagrimal y que se encuentran alojadas en el espesor del párpado-”, explica Alfredo Ferrer Ruiz, médico y cirujano oftalmólogo de la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE).
Los principales síntomas que aparecen con esta dolencia son enrojecimiento de los bordes de los párpados; irritación ocular (ardor, picor); costras o escamas en las pestañas; hinchazón de los párpados; sequedad ocular (sensación de cuerpo extraño) y pérdida de pestañas (en casos severos o crónicos). Estos síntomas pueden variar en intensidad y suelen ser persistentes o recurrentes.
Cuando las glándulas son las afectadas, “existe una alteración en la producción de la grasa que hace que ésta sea de menor calidad o en menor cantidad, lo que ocasiona una lágrima de peor calidad también porque ésta tiene que tener un componente acuoso, uno lipídico y otro mucoso. Cuando alguno de los tres componentes falla, realmente, la calidad de la lágrima disminuye”, declara el doctor Ángel Romo López, de la Unidad de Oculoplastia del Hospital Clínico San Carlos. Un funcionamiento inadecuado de las glándulas se traduce en sequedad ocular -sensación de arenilla-, porque una de las funciones principales de la lágrima es hacer que el roce interior del párpado con el ojo se produzca de forma suave: “si la lágrima es mala, ese roce va a ser más áspero, lo que va a hacer que la persona siente como si tuviera un cuerpo extraño”, señala.
La blefaritis puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en cierto tipo de pacientes o grupos de riesgo. Los factores que predisponen al desarrollo de blefaritis, según apunta la doctora Nerea Sáenz Madrazo, de la Unidad de Córnea y Superficie Ocular del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, “incluirían personas con trastornos cutáneos (rosácea, dermatitis seborreica, eczema atópico); pacientes con trastornos oculares previos (ojo seco, disfunción de las glándulas de Meibomio); personas con alergias (alergias ambientales, reacciones alérgicas a cosméticos, lentes de contacto...); pacientes con hábitos de higiene ocular deficientes; personas mayores; personas que usan lentes de contacto o maquillaje, diabéticos o inmunocomprometidos”.
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En ocasiones, los síntomas que causa la blefaritis pueden confundirse con los producidos por alergia. Si bien ambas condiciones pueden coexistir, un diagnóstico adecuado por un especialista es esencial para diferenciar entre ambas y aplicar el tratamiento correcto. La doctora Sáenz enumera algunas señales que pueden ayudar a distinguir ambas afecciones:
- En la conjuntivitis alérgica el enrojecimiento ocular es generalizado, afectando a la conjuntiva (parte blanca del ojo), mientras que en la blefaritis el enrojecimiento es localizado en el borde de los párpados.
- El picor es muy intenso en el caso de las alergias. En la blefaritis es menor y localizado en los párpados.
- En las alergias suele existir un lagrimeo abundante. En las blefaritis puede haber un lagrimeo leve siendo más característico la sensación de arenilla o cuerpo extraño.
- La presencia de escamas o costras en el borde de los párpados y pestañas es típico de la blefaritis, mientras que en las alergias no están presentes.
- En cuanto a la duración, en general, la conjuntivitis alérgica suele ser temporal, relacionada con la exposición a alergenos, en tanto que la blefaritis suele ser crónica o recurrente, pudiendo durar semanas o meses.
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La aparición de blefaritis implica seguir una serie de medidas para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. “Aunque no siempre es curable, con el tratamiento adecuado se puede manejar de forma efectiva”, declara la experta del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Entre las medidas que aconseja implementar en el día a día de las personas que sufren esta patología, destaca:
- Mantener una buena higiene de los párpados. Limpieza de los párpados diariamente con productos específicos.
- Controlar el exceso de grasa. Si coexiste además con una dermatitis seborreica o rosácea, debe de seguir el tratamiento indicado por el dermatólogo
- Usar lágrimas artificiales. Si existe ojo seco asociado a la blefaritis, usar lágrimas artificiales sin conservantes.
- Consultar a un oftalmólogo. Si los síntomas persisten o empeoran, es posible que sea necesario tratamiento adicional.
- Cambiar los hábitos que agraven la enfermedad.
- Evitar usar maquillaje en los ojos durante un brote. Y asegurarse de retirarlo completamente antes de dormir
- Reducir el uso de lentes de contacto si existe incomodidad y realizar siempre una limpieza estricta.
- Adaptar la dieta y estilo de vida. Consumir alimentos ricos en omega-3 (pescado, nueces, semillas de lino) o suplementos, ya que ayudan a mejorar la función de las glándulas de Meibomio.
- Evitar ambientes con polvo o humo, que pueden irritar los ojos.
- Ser constantes. La blefaritis es una condición crónica o recurrente. Es fundamental seguir estas medidas como parte de la rutina diaria, incluso cuando los síntomas mejoren.
- Con un manejo adecuado y un enfoque preventivo, se pueden reducir los episodios de blefaritis y mantener los ojos saludables.
Ante la aparición de este tipo de afección, es recomendable acudir siempre a un médico oftalmólogo “para confirmar el diagnóstico, descartar otras condiciones oculares similares, identificar y recibir consejo acerca de factores desencadenantes y/ o predisponentes y obtener tratamiento específico, como antibióticos tópicos (como ungüentos) o incluso orales, y gotas antiinflamatorias o lubricantes”, añade el doctor Ferrer.
Desde hace algunas semanas sus ojos se encuentran enrojecidos, mantiene cierto picor y, a veces, cuando parpadea, siente como si algo estuviera incrustado en el interior de su párpado. Ha dejado pasar los días pensando que sería debido a las innumerables horas que pasa delante del ordenador o, simplemente, a una respuesta alérgica. Pero, no, esa incomodidad que lleva días acompañándole no se debe a nada de eso. Después de una consulta al oftalmólogo, el diagnóstico es concluyente: padece blefaritis. “Una inflamación crónica de los bordes de los párpados que puede afectar tanto la base de las pestañas como las glándulas de Meibomio -glándulas productoras de lípidos necesarios para la formación de la película lagrimal y que se encuentran alojadas en el espesor del párpado-”, explica Alfredo Ferrer Ruiz, médico y cirujano oftalmólogo de la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE).