Menú
¿Y si la sal no fuera la única culpable de la hipertensión?
  1. Bienestar
Hay más desencadenantes

¿Y si la sal no fuera la única culpable de la hipertensión?

Aunque comer con exceso de sal puede elevar la tensión arterial, este hábito no es necesariamente el único responsable de la hipertensión, y ni siquiera es el más importante

Foto: Tomar la tensión arterial es clave para controlar la hipertensión. (iStock)
Tomar la tensión arterial es clave para controlar la hipertensión. (iStock)

La hipertensión es una de las enfermedades cardiovasculares con mayor incidencia a nivel mundial y, España, con 11 millones de personas afectadas, no es una excepción. No somos de los países que registran las cifras más elevadas, pero no hay que perder de vista que el hecho de que un 40% de los españoles tengan la tensión arterial por encima de lo recomendable, es un factor preocupante.

Frente a este panorama, nos planteamos qué explicación hay detrás de estos porcentajes y qué estrategia sería la más efectiva, si la hay, para tratar la hipertensión.

En cuanto al origen de la enfermedad, “en la mayoría de los casos (90-95%) no se encuentra una causa específica (se denomina idiopática)”, afirma el doctor Roberto Martín Reyes, jefe de servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Luz. Y añade: “Se cree que su aparición se debe a una combinación de factores como la herencia, la edad, el sobrepeso, la falta de ejercicio, el consumo excesivo de sal y alcohol, el tabaquismo y el estrés. En los últimos años, se ha demostrado que la apnea obstructiva del sueño (roncadores con pausas de apnea) es una causa frecuente y potencialmente tratable de hipertensión arterial”.

Origen multifactorial

Este reparto de la culpa entre los hábitos, la alimentación y la genética, hace que el consumo excesivo de sal se reubique en el ranking de responsables de la hipertensión. En este sentido, el experto considera que “la alimentación es clave, pero combinarla con ejercicio y conocer nuestra predisposición genética nos ayudará a controlar la hipertensión de forma más efectiva”.

placeholder La actividad física, junto con la alimentación, son claves para evitar la hipertensión. (iStock)
La actividad física, junto con la alimentación, son claves para evitar la hipertensión. (iStock)

Y es que, aunque la alimentación, la actividad física y la genética son tres factores determinantes en el desarrollo de hipertensión, “la alimentación influye directamente en la presión arterial, es modificable y, por tanto, podemos mejorarla para reducir el riesgo. Por otro lado, la actividad física protege contra la hipertensión a largo plazo, y la genética, nos predispone. Pero con una buena alimentación y ejercicio podemos contrarrestar su influencia”, apunta Martín.

No siempre es la sal

Sin restar un ápice de importancia al ejercicio físico y a nuestro mapa genético, ponemos la atención en la alimentación, y en concreto, en el consumo de sal, ya que, desde hace décadas, la ciencia vincula el exceso de sal en la dieta con la hipertensión. Entendiendo como exceso a la superación de los niveles máximos que señala la OMS (para los adultos, menos de 5 g/día de sal, poco menos de una cucharadita).

Foto: Cómo bajar la hipertensión: la dieta más recomendada para la presión arterial alta. (iStock)

Sin embargo, ¿es la sal la única responsable de la aparición y desarrollo de la hipertensión? ¿Es posible moverse dentro de los márgenes saludables del consumo de sal y, contra todo pronóstico, ser hipertenso? Parece ser que la respuesta podría ser afirmativa, ya que, la sal es un factor que, como el resto de factores mencionados, contribuye a elevar la tensión, pero “no necesariamente es la principal causa de hipertensión. Influyen otros muchos factores”, asegura el cardiólogo. Por tanto, “reducir su consumo, junto con la realización de una actividad física aeróbica regular, es una de las medidas que pueden contribuir a controlarla”, apostilla.

Sal y potasio, dos fuerzas opuestas

La sal es rica en sodio (NaCl), y el sodio hace que el cuerpo retenga más líquidos. Al retener líquidos, aumenta el volumen de sangre que circula por las arterias, como si metiéramos más agua en una manguera. Esto aumenta la presión en las arterias, lo que con el tiempo puede llevar a la hipertensión.

Además, “el exceso de sodio puede afectar al funcionamiento de los riñones, que son los encargados de filtrar la sangre y eliminar el exceso de líquidos, y también puede contribuir al endurecimiento de las arterias”, señala Martín.

Aumentar el consumo de potasio se asocia con una disminución de la presión arterial

Por otro lado, el potasio es un mineral que ayuda a equilibrar los efectos del sodio en nuestro cuerpo. “Sacrificando un poco de rigor, pero para entendernos con palabras sencillas -explica el doctor-, imaginemos que el sodio y el potasio son dos fuerzas que actúan en direcciones opuestas: el sodio aumenta la presión arterial, mientras que el potasio la disminuye. ¿Cómo lo hace? El potasio ayudaría a eliminar el exceso de sodio a través de la orina, y también relaja las paredes de las arterias, permitiendo que la sangre fluya con más facilidad”.

placeholder Los plátanos son una valiosa fuente de potasio. (iStock)
Los plátanos son una valiosa fuente de potasio. (iStock)

Por tanto, todo apunta a que “aumentar el consumo de potasio en la dieta es una estrategia efectiva para controlar la presión arterial, tanto para personas con hipertensión como para quienes buscan prevenirla”.

Mejorar la estrategia

Diversos estudios han demostrado que una mayor ingesta de potasio se asocia a una disminución de la presión arterial, especialmente cuando se combina con una reducción en el consumo de sodio. “Esto se debe a los efectos del potasio, ya que ayuda a eliminar el exceso de sodio y relaja las paredes de las arterias”, asevera el doctor.

La OMS recomienda un consumo diario de al menos 3,5 gramos de potasio para adultos. “Incluir en la dieta alimentos ricos en potasio como frutas (plátano, melón, aguacate, naranja), verduras (espinacas, brócoli, tomate), legumbres (lentejas, alubias), frutos secos (almendras, nueces) y patatas puede ayudar a alcanzar esta recomendación”, aconseja el doctor quien además, remarca que “si bien aumentar el potasio en la dieta es beneficioso, es fundamental consultar con un médico o nutricionista antes de realizar cambios significativos en la alimentación, especialmente si se tiene alguna enfermedad renal o se están tomando medicamentos que puedan afectar los niveles de potasio en sangre”.

Foto: (istock)

Por tanto, según el doctor, ambos enfoques son importantes y complementarios: “Reducir la sal disminuye la presión arterial, y aumentar el potasio la bajaría aún más. Lo ideal es combinar ambas para un mejor control. Probablemente, exista una cierta sinergia, es decir, la combinación de ambas estrategias conseguirá un mejor resultado que la suma de ambas por separado”.

La hipertensión es una de las enfermedades cardiovasculares con mayor incidencia a nivel mundial y, España, con 11 millones de personas afectadas, no es una excepción. No somos de los países que registran las cifras más elevadas, pero no hay que perder de vista que el hecho de que un 40% de los españoles tengan la tensión arterial por encima de lo recomendable, es un factor preocupante.

Salud
El redactor recomienda