¿Cómo llegó María Blasco a ser directora del CNIO hace 13 años?: una "telenovela" de 20 meses de duración
Fue el 22 de junio de 2011 cuando tomó las riendas de la institución tras un proceso sucesorio rodeado acusaciones cruzadas, quinielas de nombres, despidos e, incluso, trapos sucios aireados en revistas científicas
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Han pasado más de 13 años desde que María Blasco asumiese la dirección científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Fue el 22 de junio de 2011 cuando tomó las riendas de la institución tras un proceso sucesorio rodeado acusaciones cruzadas, quinielas de nombres, despidos e, incluso, trapos sucios aireados en revistas científicas en los que se llegó a calificar el proceso de "telenovela". Hoy, finalmente, el CNIO ha destituido a María Blasco.
Todo comenzó cuando el primer director del centro, Mariano Barbacid, comunicó en septiembre de 2009 su intención de retirarse para centrarse en sus campos de estudio. Tras ello comenzaría un proceso sucesorio que duraría casi dos años.
En primer lugar, se planteó que el propio CNIO seleccionase varios candidatos internacionales, entre los que posteriormente escogieran, llegando a tener dos nombres sobre la mesa Riccardo della Favera, por entonces director del Centro de Cáncer de la Universidad de Columbia en Nueva York, y Toni Kouzarides, en aquel año profesor de la Universidad de Cambridge del Reino Unido. Sin embargo, ese primer intento fracasó, ya que los supuestos aspirantes no se interesaron por el puesto.
Tras ello llegaría un nuevo proceso que se vislumbraba más realista. El segundo conato para conseguir director comenzó con un encargo a la agencia de headhunter Russell Reynolds Associates. El patronato del CNIO le encomendó elaborar una lista de 10 investigadores internacionales de renombre que pudieran asumir el puesto.
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En verano de 2010, los cazatalentos presentaron la lista con ocho nombres internacionales y dos españoles. El ranking estaba encabezado por el italiano Pier Paolo Pandolfi, que se situaba en el primer lugar como el más indicado para el puesto, y la cerraba la propia Blasco.
Con estos nombres sobre la mesa, se produjo un enfrentamiento público entre Barbacid y la ministra de Ciencia e Innovación en 2011, Cristina Garmendia. El todavía director quería crear una agrupación de interés económico para investigar, que hubiese podido suponer el ingreso en el CNIO de 40 millones de euros para investigación, pero el departamento de la ministra se opuso. Cada uno argumentaba informes legales que le apoyaban.
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A pesar de que estos enfrentamientos se producían, hubo un momento en el que parecía que todo estaba cerrado y Pandolfi, que era un reputado investigador y profesor de la Universidad de Harvard, cogería las riendas del centro. De hecho, según ha podido saber este periódico, incluso llegó a inscribir a sus hijos en la Scuola Statale Italiana di Madrid, el liceo italiano. Sin embargo, acabó renunciando.
En este contexto, según un informe interno al que ha tenido acceso El Confidencial, el patronato anuló el procedimiento de la decena de investigadores, “el comité científico asesor renunció, y se decidió, sin dar publicidad, ampliar el plazo hasta el 20 de junio para hacer la elección entre el director de programa de biotecnología y Blasco, para seleccionar directamente a María Blasco como directora, por tener plena confianza en ella, aunque fuera la última en la lista de los candidatos, y no cumplir el requisito de una experiencia mínima en gestión de 10 años”.
De este modo, tras 20 meses de culebrón por la sucesión en el CNIO, Blasco asumió la dirección del centro. En ese momento, la investigadora contaba con un amplio perfil en la ciencia básica y era vicedirectora del centro en el que llevaba trabajando desde 1997. En los años anteriores su labor fue el estudio de los telómeros, la parte final de los cromosomas que actúa protegiéndolos, y la telomerasa, la enzima que permite el alargamiento de estas unidades.
Este miércoles se ha decidido todo
Este miércoles se han reunido los miembros del patronato del CNIO para tomar decisiones sobre el futuro del centro y, finalmente, han cesado, tanto a Blasco, como al gerente del organismo, Juan Arroyo. Una reunión a la que no le dejarán acudir, aunque lo normal sería que asistiese, según se quejaba este martes la propia directora.
La reunión se convocó el 17 de diciembre. Aquel día se celebró un pleno ordinario sobre la situación de la institución, donde los asuntos a tratar no fueron para nada comunes, ya que pesaban varias acusaciones contra Blasco por malas gestiones con CNIO Arte, falta de materiales para investigar, viajes varios o señalamientos por acoso. De este modo, el patronato de aquel día se zanjó rechazando la propuesta de las cuentas de la científica para 2025 y pidiendo una "explicación exhaustiva" de su gestión.
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Para rendir cuentas, el patronato encargó dos informes sobre la situación del centro: uno a la propia Blasco y otro a Arroyo. Como adelantaba El Confidencial, los miembros del patronato han tenido a su disposición estos documentos desde el lunes, pero solo parcialmente, lo que hace que acudan a ciegas a la reunión, denunciaban varios de ellos.
En el encuentro de esta mañana han contado con todo el papeleo necesario para evaluar la situación y tomar decisiones. De hecho, como ya avanzaba El País, el Gobierno estaba preparando su destitución, mientras que el Ministerio de Ciencia aseguraba a El Confidencial "no poder desmentir" esta información.
Han pasado más de 13 años desde que María Blasco asumiese la dirección científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Fue el 22 de junio de 2011 cuando tomó las riendas de la institución tras un proceso sucesorio rodeado acusaciones cruzadas, quinielas de nombres, despidos e, incluso, trapos sucios aireados en revistas científicas en los que se llegó a calificar el proceso de "telenovela". Hoy, finalmente, el CNIO ha destituido a María Blasco.