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Día Mundial Contra el Cáncer: radiografía de los últimos avances frente a la enfermedad
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4 DE FEBRERO

Día Mundial Contra el Cáncer: radiografía de los últimos avances frente a la enfermedad

La carrera para frenarlo ha experimentado una gran evolución en las últimas décadas. Sin embargo, el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte. Hablamos con varios expertos para conocer la situación

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Según el Instituto Nacional del Cáncer, en 2022 hubo 9,7 millones de muertes en el mundo a causa de esta enfermedad y 20 millones de nuevos diagnósticos. Una cifra que se espera que aumente para 2040 -hasta los 29,9 millones de casos por año- y que resalta la necesidad de seguir investigando para mejorar el abordaje de la enfermedad.

En los últimos años se han producido avances específicos para diferentes tipos de cáncer; pero hay un objetivo en común que persiguen los investigadores para tratar las diferentes enfermedades oncológicas: un diagnóstico más preciso y precoz que permita proporcionar un tratamiento cada vez más personalizado. Algunas de las principales mejoras en este campo, como explica la Dra. Rebeca Lozano, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médico del Hospital Universitario de Salamanca, “han sido los avances en secuenciación genómica, cada vez más empleada en nuestra práctica clínica, que han permitido identificar alteraciones genéticas específicas en los tumores. Esto ha abierto la puerta a tratamientos dirigidos más precisos”.

"La IA y el 'big data' permiten diseñar estrategias personalizadas contra el cáncer"

En este sentido, Cristina Bas, directora médico de BeiGene España y Portugal -compañía global dedicada a la oncología-, indica que “la identificación de biomarcadores que ayuden a saber qué pacientes se beneficiarán más de ciertos tratamientos es clave para avanzar hacia la medicina de precisión”. El equipo de investigación de la compañía está dedicado al estudio de nuevas dianas terapéuticas sobre las que actuar para vencer la enfermedad. “Esta investigación se dirige al 80% de tipos de tumores en términos de incidencia”, indica Bas.

Actualmente, este tipo de diagnóstico está dando muy buenos resultados en cáncer de pulmón -el tumor con mayor incidencia a nivel mundial y también el más mortal, según el Global Cancer Observatory- ya que es uno de los que más se conocen a nivel molecular y se aplica en más del 80% de los pacientes, lo que permite indicar el tratamiento más adecuado para cada caso. “Algunos ejemplos son el uso de inhibidores dirigidos a mutaciones específicas, como EGFR o ALK en cáncer de pulmón, o las terapias dirigidas contra HER2 en cáncer de mama. Sin embargo, no todos los tumores tienen alteraciones genómicas tratables, y en algunos casos todavía no se comprenden completamente los mecanismos que determinan la respuesta a los tratamientos”.

"El acceso a la secuenciación genómica del cáncer sigue siendo desigual"

En este camino hacia la medicina de precisión, la Dra. Lozano resalta la importancia de la implementación de herramientas tecnológicas como “la inteligencia artificial y el big data, que permiten analizar y gestionar grandes volúmenes de datos, tanto genómicos como clínicos. Estas tecnologías están acelerando el conocimiento sobre el cáncer, mejorando el diagnóstico, la selección de tratamientos y el diseño de estrategias personalizadas”. No obstante, añade que “el acceso a la secuenciación genómica sigue siendo desigual, y depende en gran medida de las infraestructuras y los recursos disponibles. Garantizar una implementación equitativa de estas tecnologías es un punto clave para mejorar los beneficios de la oncología de precisión”.

Pero no solo es primordial la precisión, sino también la detección temprana. “En este contexto habría que destacar los estudios que están demostrando el potencial que tiene la biopsia líquida, una técnica que analiza fragmentos de ADN tumoral circulante en sangre u otros fluidos para identificar tumores en fases muy iniciales, incluso antes de que aparezcan síntomas”, señala Lozano. Por otra parte, los programas de cribado poblacional, que han demostrado una alta eficacia en la detección temprana de tumores como los de mama, colon o cérvix, están evolucionando con el uso de tecnologías más avanzadas, para mejorar su eficacia y su alcance. “En este sentido, la IA también juega un papel importante, ya que permite analizar imágenes médicas con mayor eficacia, facilitando diagnósticos más tempranos”.

Los tratamientos más innovadores

Gracias a la investigación, en los últimos años hemos presenciado avances significativos en Oncología que han ampliado las opciones terapéuticas para los pacientes de distintos tipos de cáncer. “Uno de los más destacados es la inmunoterapia, considerada uno de los mayores progresos médicos. Los inhibidores de punto de control inmunitario (anti-PD-1, anti-PD-L1, anti-CTLA-4) aprovechan el sistema inmune del paciente para atacar el tumor”, explica la oncóloga.

Asimismo destacan las terapias CAR-T que, como señalan desde Gilead Sciencies, “ha demostrado un enorme potencial en cánceres de la sangre y desde 2020, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha aprobado numerosas indicaciones para diferentes patologías, destacando el linfoma B difuso de células grandes en segunda y tercera línea; el linfoma de células del manto, el linfoma folicular y la leucemia linfoblástica aguda”. En este tratamiento se modifican genéticamente los linfocitos T del paciente para que puedan atacar y destruir las células malignas que han provocado la enfermedad. Aunque se ha demostrado que funciona mejor contra tumores de la sangre porque las células son más accesibles, se está estudiando sus posibilidades para tratar otro tipo de tumores.

Del mismo modo, ha habido avances importantes en cáncer de mama metastásico, “logrando incrementar la supervivencia global en más del 70%”, gracias a las terapias ADCs (anticuerpos conjugados con fármacos), que es una terapia dirigida capaz de detectar la proteína sobreexpresada de la célula tumoral y liberar un citotóxico que produce su muerte. Actualmente se está indicando en pacientes que han agotado otras líneas de tratamiento, pero se está investigando sus resultados en casos de cáncer de mama inicial.

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Para otro tipo de tumores como los melanomas oculares y los cordomas, que están situados en la base del cráneo, el sacro o la columna vertebral, la protonterapia se ha convertido en la técnica de referencia. Asimismo se han demostrado beneficios en tumores infantiles, especialmente los cerebrales, así como tumores de cabeza y cuello en adultos. Actualmente, los avances técnicos en esta terapia también permiten tratar tumores de tórax y abdomen. La Dra. Stephanie Bolle, jefa del servicio de Oncología Radioterápica del centro de Protonterapia Quirónsalud, señala que “la principal ventaja de esta técnica frente a la radioterapia es que el tejido sano situado detrás del tumor en la trayectoria del haz puede preservarse en la medida de lo posible, por lo que reduce el riesgo de efectos secundarios en los tejidos sanos”.

Otra nueva modalidad de tratamiento que está despuntando en oncología son los TTFields: campos eléctricos, de frecuencia intermedia y baja intensidad, que impiden la proliferación de las células tumorales y activan el sistema inmune para contribuir a su eliminación. Actualmente, esta opción terapéutica está aprobada y comercializada para mesotelioma y glioblastoma, un tipo de tumor cerebral muy agresivo y donde los TTFields, en combinación con cirugía, quimioterapia y radioterapia, ha demostrado beneficios significativos en la supervivencia de los pacientes.

Además, existen resultados positivos en otros tumores, como el cáncer de páncreas y el cáncer de pulmón no microcítico. Precisamente sobre cáncer de pulmón, el Dr. Antonio Calles, responsable de la Unidad de Cáncer de Pulmón del servicio de Oncología Médica del Hospital Ruber Internacional, indica que se están esperando resultados de ensayos clínicos en marcha “como el estudio LUNAR-2 que tenemos ahora mismo abierto a reclutamiento para pacientes con cáncer de pulmón metastásico recién diagnosticados. Si estos estudios corroboran los datos previamente obtenidos, la evidencia a favor de este tipo de tratamiento facilitará el acceso a TTFields y se incorporará al compendio de tratamientos disponibles para tratar el cáncer”.

Un futuro esperanzador, pero con retos por delante

En los últimos años hemos sido testigos de cómo la tecnología ha permitido hacer avances cada vez más rápidos en lo que a investigación oncológica se refiere. La inteligencia artificial se posiciona como una de las herramientas con mayor potencial en este campo, ya que puede acelerar procesos y optimizar tratamientos con el fin de mejorar el pronóstico de los pacientes.

“De cara al futuro, se espera que la IA continúe expandiéndose en muchos más ámbitos de nuestra especialidad para poder acelerar el desarrollo de terapias, perfeccionar el diagnóstico y optimizar la toma de decisiones clínicas. Por ejemplo, algunos algoritmos de aprendizaje ya están ayudando a clasificar subtipos tumorales basándose en datos genómicos, lo que facilita el desarrollo de terapias más personalizadas”, afirma Lozano. “Sin embargo, no se puede dejar de lado el componente humano que tiene la oncología médica; la tecnología debe complementar, pero nunca sustituir la atención y el contacto humano de nuestros pacientes”.

"El objetivo realista es convertir esta enfermedad en una condición más predecible, tratable y crónica”

Pero aún quedan muchos desafíos por delante para la investigación. Especialmente aquellos tumores que tienen una mayor tasa de mortalidad “como el cáncer de páncreas o el glioblastoma. Por otra parte, los tumores poco frecuentes, debido a su baja incidencia, presentan mayores dificultades para el desarrollo de avances clínicos. La principal barrera radica en la complejidad de llevar a cabo ensayos clínicos con un número suficiente de pacientes, lo que dificulta la obtención de datos sólidos”, indica la oncóloga. No obstante, recuerda que “aunque la cura de todos los tipos de cáncer sería el escenario ideal, el objetivo realista es convertir esta enfermedad en una condición más predecible, tratable y crónica”.

Desde Gilead, por su parte, señalan que “es necesario seguir ampliando las áreas de acción y continuar investigando para desarrollar nuevas líneas de tratamiento que permitan mejorar tanto la supervivencia como la calidad de vida de los pacientes”. En este sentido, recalcan la importancia de seguir avanzando en la investigación de diferentes tipos de cáncer como el “de mama metastásico o los estudios enfocados en el abordaje de tumores sólidos como el cáncer de pulmón metastásico, el de endometrio metastásico o el cáncer gastrointestinal superior en primera línea”. En el área de hematooncología, “hay que trabajar para adelantar las líneas de tratamiento en patologías de alto riesgo como el linfoma folicular y el linfoma B difuso de células grandes para ofrecer soluciones a pacientes con otras patologías, como el mieloma múltiple”.

Cristina Bas subraya la necesidad de “mejorar las opciones terapéuticas en patologías con necesidades urgentes no cubiertas". La compañía ya lo hizo en el pasado en cánceres hematológicos como leucemia linfocítica crónica, linfoma de zona marginal o macroglobulinemia de Waldenstrom. Actualmente, están trabajando en tumores sólidos, ofreciendo nuevas opciones de tratamiento en algunas patologías como cáncer de pulmón no microcítico o carcinoma de células escamosas de esófago, entre otros.

"No podemos perder de vista la promoción de hábitos saludables para reducir la incidencia del cáncer"

Los diferentes expertos coinciden en que la clave para seguir mejorando el abordaje del cáncer es el compromiso de los diferentes actores implicados -autoridades sanitarias, industria farmacéutica y profesionales de la salud-, que favorezca el impulso de ensayos clínicos en colaboración público-privada para “generar sinergias entre los equipos de investigación más destacados a nivel mundial”.

Asimismo, Bas considera fundamental “agilizar la llegada de los tratamientos a los pacientes, ya que la innovación solo tiene sentido si llega pronto a quién más lo necesita”. Y Lozano agrega que “es prioritario garantizar que todos los pacientes, independientemente de su lugar de residencia o condición socioeconómica, puedan beneficiarse de estas innovaciones”. Por supuesto, “a pesar de todos los avances tecnológicos y científicos en este campo, no podemos perder de vista la promoción de hábitos saludables y las campañas de concienciación, que siguen siendo herramientas fundamentales para reducir la incidencia del cáncer y mejorar la prevención”, concluye la oncóloga.

Según el Instituto Nacional del Cáncer, en 2022 hubo 9,7 millones de muertes en el mundo a causa de esta enfermedad y 20 millones de nuevos diagnósticos. Una cifra que se espera que aumente para 2040 -hasta los 29,9 millones de casos por año- y que resalta la necesidad de seguir investigando para mejorar el abordaje de la enfermedad.

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