¿Qué está pasando en España con el sarampión? "No debemos estar en situación de alarma, pero sí de alerta"

Los casos de sarampión están aumentando notablemente en España. En 2023 apenas se contabilizaron siete casos; al año siguiente se pasó a 217; y en 2025 la situación no mejora, más bien al revés: desde el 1 de enero hasta el 23 de febrero de se han registrado la mitad del total de incidencia de todo el año anterior. Pese a estos datos, los expertos llaman a la calma y aseguran que el virus "no está circulando", debido en parte a la alta cobertura vacunal.

El pediatra Fernando Moraga-Llop ha asegurado en una sesión informativa organizada por SMC que lo que más preocupa es la situación mundial. Hace apenas unos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaba a dar una respuesta urgente contra el efecto que el brote de sarampión en Europa puede tener sobre millones de niños, después de registrarse las cifras más altas de casos en años. "A partir de 2017 se produce una reemergencia importante del sarampión en el mundo, y la disminución de las coberturas vacunales con la pandemia contribuyó a que en 2023 los casos aumentaran 30 veces en Europa respecto al año anterior, según la OMS", ha resumido el especialista.

Respecto a nuestro país, el también vocal sénior de la Asociación Española de Vacunología (AEV) ha defendido que en España no debemos estar en una situación de alarma, pero sí de alerta. Noemí López Perea, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología (CNE-ISCIII), matiza que la mayor parte de estos casos está ocurriendo en País Vasco y algunos han afectado al entorno hospitalario, "donde la transmisión suele ser mayor".

"No debemos preocupar a la población porque el virus no está circulando. La cobertura vacunal de sarampión en España sigue siendo muy alta y los brotes son pequeños a partir de casos importados", ha detallado. En este punto, los expertos han señalado la importancia de no estigmatizar a las personas que sufren esta enfermedad.

Las vacunas, la mejor arma contra el sarampión

La cobertura vacunal de sarampión en España, en general, es óptima: la primera dosis (de las dos pautadas) tiene una media "muy buena", con un 97,8%. Sin embargo, hay 11 comunidades donde el porcentaje de la segunda dosis es inferior al 95%, que es la cifra objetivo, según ha recordado Moraga-Llop en este encuentro de expertos de SMC.

El CNE insiste en que la vacunación es la medida preventiva "más eficaz". Esta se introdujo en el calendario de vacunación en 1981 con la vacuna triple vírica, que también incluye la rubeola y la parotiditis; en 1996 se incorporó una segunda dosis. Con esto se ha conseguido que desde el año 2000 sea una enfermedad infrecuente que afecta principalmente a adultos. 17 años después, la OMS declaró a España un país "libre de transmisión endémica de sarampión".

"No debemos preocupar a la población porque el virus del sarampión no está circulando"

En este encuentro de SMC también se planteó si los adultos deben vacunarse o no. En general, se considera que los nacidos antes de 1970 —por haber sufrido la infección cuando había gran circulación del virus— y después de 1980 —por haber sido vacunados— están protegidos. En algunas comunidades se está recomendando las inoculaciones en los nacidos entre estas dos décadas, por ser los teóricamente más desprotegidos, ya que no todos se vacunaron y los que lo hicieron era con una fórmula anterior y menos eficaz.

López Perea afirmó que no hay una campaña como tal, sino que en algunas regiones a estas personas se les está preguntando y recomendando la vacunación si procede de una forma oportunista, con el fin de reducir casos susceptibles.

Sarampión: síntomas y diagnóstico

El CNE comenta que el sarampión es una enfermedad exantemática que suele comenzar con fiebre, coriza, conjuntivitis y tos. Es "muy contagioso" y se transmite por el aire a través de gotitas o por contacto directo con personas infectadas. Aunque es una patología benigna, en general, puede cursar complicaciones como neumonía, otitis, laringotraqueitis y diarrea y "raramente" puede producir encefalitis o muerte.

La Clínica Universidad de Navarra afirma que el periodo de incubación dura de 10 a 14 días y es normalmente asintomático. Posteriormente, se desarrollan otros tres periodos distintos más: el segundo prodrómico o catarral dura unos cuatro días y se caracteriza por, entre otras cosas, malestar general, fiebre alta que luego disminuye para volver a subir o exantema; tercer periodo exantemático, que se extiende unos cinco días aproximadamente en los que se eleva la fiebre, se sufre somnolencia, y empeoran los síntomas catarrales; el último es descamativo, con una duración variable.

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En cuanto al diagnóstico, este centro asegura que se realiza "fundamentalmente y casi siempre" por la clínica. "La observación de las manchas de Koplik, pequeños puntos blanquecinos que aparecen en el interior de las mejillas en las etapas iniciales de esta enfermedad, es también un diagnóstico de sarampión. En ocasiones, cuando el diagnóstico no está muy claro, se puede realizar una analítica sanguínea para detectar anticuerpos antisarampionosos en suero", resume.

Al respecto, la portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), María del Mar Tomás, ha incidido en esta charla de SMC en la importancia de un diagnóstico molecular y de proporcionar la información adecuada a los sanitarios: "Como es una enfermedad que considerábamos erradicada, es posible que no la tengan en su cabeza a la hora de realizar el diagnóstico diferencial con otras infecciones. Es importante que sepan que disponemos de técnicas moleculares que permiten hacer un diagnóstico rápido y evitar la posible expansión".

En cuanto al tratamiento, desde la Clínica Universidad de Navarra afirman que no hay uno específico y que se centra en tratar los síntomas.