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Por qué hay menos peticiones de eutanasia en España que en otros países
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Por qué hay menos peticiones de eutanasia en España que en otros países

Si se observan los datos de otros lugares donde está aprobada de manera similar, en nuestro país hay muchas menos solicitudes y prestaciones de ayuda a morir que en el resto

Foto: Foto de archivo de una manifestación de apoyo a la Ley de Eutanasia. (EFE/Javier Lizón)
Foto de archivo de una manifestación de apoyo a la Ley de Eutanasia. (EFE/Javier Lizón)

Desde 2021 en España está vigente la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia (LORE). La LORE regula el derecho a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir, si se sufre una "enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante". Analizando los informes de los países que regulan el derecho a morir de manera similar a España, es decir, que permiten la eutanasia y el suicidio asistido (Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Nueva Zelanda), se observa cómo en España hay muchas menos solicitudes y prestaciones de ayuda a morir que en el resto de los países.

Los casos de ayuda a morir notificados aumentan año tras año en todos los países, siendo el procedimiento mayoritario en todos los países la eutanasia (administración de los fármacos por un profesional). En relación con 2022, en 2023 aumentaron las notificaciones el 4% en Países Bajos, el 15% en Bélgica, el 15,8% en Canadá y, respecto al período anterior, el 15% en Nueva Zelanda. En España ha habido el 15,9% más de prestaciones en 2023 que en 2022. Sin embargo, en ningún país la incidencia es tan baja como en España, ni el año que se legalizó la eutanasia por primera vez, ni en años sucesivos.

En 2023 la incidencia de muertes por el procedimiento de ayuda a morir en España fue de 0,69 por 100.000 habitantes. Si cogemos el ejemplo de Nueva Zelanda, que legalizó la ayuda a morir el mismo año que España, la incidencia es 9,4 veces superior. Canadá, que la legalizó cinco años antes, tiene una incidencia 55,3 veces superior (38,2 casos por cada 100.000 habitantes). En España la tasa de mortalidad por eutanasia en 2023 fue del 0,076%. Esta tasa es muy superior los países centroeuropeos que legalizaron la eutanasia en década de 2000 y en los que la han legalizado más recientemente (Nueva Zelanda, Australia y Canadá). Por ejemplo, Países Bajos, donde esta práctica se legalizó en 2002, en 2005 el 1,7% de todas las muertes era por eutanasia. Desde entonces, este porcentaje ha ido aumentando hasta el 5,4% actual.

Hay dos datos más diferenciales en España. Uno es que, proporcionalmente, hay más pacientes que solicitan la ayuda a morir con patología neurológica. Esta es secundaria en el resto de los países, debido a que, con diferencia, en los demás países la patología más prevalente es la oncológica. El otro dato es en España fallecen más en el hospital. Dicho de otra manera, en el resto de los países, son más los que fallecen en sus domicilios privados. En España, el 47,6% fallece en el hospital, el principal lugar escogido por los pacientes españoles. En el resto de los países escogen su domicilio privado, con cifras próximas al 80% en Países Bajos y Nueva Zelanda.

Foto: Protestas contra la ley de la eutanasia. (EFE / Luca Piergiovanni)

Todos estos datos no suponen un juicio de valor, sino una mera descripción. La falacia naturalista consiste en identificar lo que sucede (los hechos, los datos) con lo correcto. David Hume explicó la falacia naturalista en el Tratado de la naturaleza humana (1739), indicando que el orden moral no se encuentra en la naturaleza, en lo que sucede, por lo que el “deber ser” no se deriva del "es". La naturaleza puede llegar a ser muy cruel. De acuerdo con Hume, estos datos (hay muchas menos eutanasias en España que en los demás países donde también está legalizada) no suponen un juicio moral. Desde luego, aquellos contrarios a la eutanasia los considerarán positivos, porque si les parece un mal moral, cuantas menos mucho mejor. Por el contrario, aquellos favorables a la eutanasia, pensarán que algo se estará haciendo mal, ya que habrá personas que no están ejerciendo su derecho a morir como les dé la gana.

Dejando aparte el debate sobre la eutanasia, la explicación de la baja incidencia en España probablemente es multifactorial, influyendo factores socioculturales, del sistema sanitario y profesionales. España es el único país mediterráneo y latino donde la eutanasia está regulada. Posiblemente, en los demás países con leyes de eutanasia la autonomía individual (principal justificación de la eutanasia) está más afianzada, tanto entre sus ciudadanos como entre los profesionales sanitarios. En España, sin embargo, se le da más valor a la comunidad y a la familia. La incidencia de la cultura, de la red social del paciente y del sistema sanitario queda patente cuando se comparan los datos de regiones culturalmente diferentes dentro de un mismo país, como sucede entre las regiones de Bélgica, Australia o Canadá. Esto también pasa en España. En Andalucía la incidencia de eutanasia en 2023 fue de 0,27 por 100.000 (24 en 8.632.107 habitantes), mientras que en Cataluña fue de 1,17 (94 en 8.005.784 habitantes), 4,3 veces más que en Andalucía.

Desde 2021 en España está vigente la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia (LORE). La LORE regula el derecho a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir, si se sufre una "enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante". Analizando los informes de los países que regulan el derecho a morir de manera similar a España, es decir, que permiten la eutanasia y el suicidio asistido (Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Nueva Zelanda), se observa cómo en España hay muchas menos solicitudes y prestaciones de ayuda a morir que en el resto de los países.

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