Alerta en Europa por varios brotes de fiebre aftosa: "No todos los desinfectantes acaban con el virus"
Es una de las enfermedades de mayor importancia debido a su gran poder de difusión, al elevado número de especies a las que afecta y a las pérdidas en la producción que origina
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Desde hace unas semanas, varios países europeos están en alerta por la aparición de focos de fiebre aftosa en el ganado, incluso provocando el cierre de algunas fronteras. En concreto, el pasado mes de enero se confirmaba el primer brote en Alemania. Así lo anunciaba el Laboratorio Nacional de Referencia para la Fiebre Aftosa (FA) del Instituto Friedrich Loeffler (FLI) que detectaba un positivo en un búfalo de agua de Märkisch-Oderland, Brandeburgo.
La sospecha de la enfermedad se inició el 9 de enero, tras la comunicación de presencia de síntomas clínicos y mortalidad 3 días antes, en 3 de los 14 animales de la explotación. Las autoridades alemanas procedieron entonces a adoptar todas las medidas de control establecidas, incluyendo la inmovilización de la explotación afectada, el sacrificio y destrucción de animales de la explotación y otros productos que puedan vehicular el virus y el establecimiento de una zona de protección de 3 y 10 km alrededor del foco. Desde el 12 de marzo de 2025, Alemania se considera libre de fiebre aftosa.
Esta patología infecciosa, que afecta a un gran número de especies con pezuñas hendidas [que se dividen en dos dedos], tiene una alta morbilidad por su alta transmisibilidad. De hecho, es una de las enfermedades víricas de mayor importancia debido a su gran poder de difusión, al elevado número de especies a las que afecta y a las pérdidas en la producción que origina.
Gonzalo Moreno del Val, vicepresidente de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), sostiene que estos dos últimos aspectos son los más destacados y los que más preocupan a los países, estén o no sufriendo un brote. Esta enfermedad afecta sobre todo a bovinos, ovinos, caprinos y porcinos, tanto a los domésticos como a los silvestres. "No tiene una mortalidad elevada, si acaso en los más jóvenes, por lo que el problema es su alta transmisibilidad. Los animales infectados excretan grandísimas cantidades de virus y luego tiene una persistencia muy alta en el medio ambiente, incluso en las ruedas de los camiones, y, de hecho, no todos los desinfectantes consiguen acabar con él", resume. Asimismo, se suma el hándicap de que algunas agencias oficiales sospechan que la transmisión ha sido incluso por aire.
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Además, está la parte económica de todo esto, pues la producción se ve muy resentida. Para empezar, este virus suele provocar fiebre y lesiones vesiculosas, una especie de aftas o úlceras que salen en la zona de la boca y en otras, como las pezuñas. Esto, por un lado, conlleva dificultades para comer y también para desplazarse, por lo que su peso desciende, además de que producen menos, por lo que las pérdidas de producción son muy importantes.
Aunque Moreno del Val quiere transmitir un mensaje de tranquilidad y recuerda que no afecta a los humanos, reconoce que en España la preocupación radica en que este virus afecta especialmente al vacuno y al porcino: "Es el tercer productor de vacuno de la Unión Europea y el peso de las exportaciones es importante y está yendo al alza". Respecto a los cerdos, añade que el sector representa un 1,5% del PIB y que de él dependen unos 400.000 empleos, de manera directa o indirecta. "Somos el primer productor de la Unión Europea y el segundo exportador nivel mundial de carne de porcino", asegura.
"Lo que más puede preocupar es que la fiebre aftosa se controla difícilmente y los daños económicos que pueden suponer son considerables: en la pérdida de producción directa en las explotaciones, pero sobre todo en la exportación", afirma.
¿Cómo actuar ante un caso?
Para poder recordar el último caso ocurrido en España hay que remontarse a unos 40 años atrás. Pero, en la coyuntura española hay que tener en cuenta la cercanía con los países del norte de África. "Allí, la enfermedad tiene zonas que son endémicas; son lugares que tienen bastante inestabilidad política, entonces el problema es que es muy difícil conseguir que en esos países el problema esté controlado y nosotros tenemos un contacto muy estrecho. Aun así, España a día de hoy tiene unas medidas de control muy importantes y está gestionando muy bien el riesgo", explica.
En caso de que llegara a ocurrir, cuando se detecta un foco, hay que llevar a cabo un aislamiento y establecer las zonas restringidas. En estas circunstancias, hay una primera zona que se llama de protección, con medidas más estrictas, que son 3 kilómetros alrededor de donde se establece el foco; luego se encuentra la zona de vigilancia, que son 10 kilómetros.
"Se aísla, se restringen movimientos de animales, pero también de los productos que se han producido y de los medios de transporte, si hay en esa explotación. Incluso las personas se pueden restringir… hay restricciones severas del movimiento y se puede decidir, en las zonas de protección más cercana a la explotación, eliminar todos los animales, incluso ese sacrificio se podría extender a otras que estén cercanas", detalla el experto.
Productos restringidos
Aunque, como comentaba Moreno del Val, la enfermedad es más prevalente en Turquía, Irán, Asia Central y países africanos, hasta el 2 de abril, Eslovaquia ha registrado 5 brotes de fiebre aftosa y Hungría 4. En este último país, se han enterrado más de 3.000 animales cerca de Hegyeshalom en una fosa común para acabar con el problema. Sin embargo, el pasado fin de semana los vecinos comenzaron a quejarse del mal olor y a difundir vídeos en las redes sociales donde se aprecia una sustancia que emana de la tierra justo donde se enterraron.
Tal y como describe el medio húngaro HVG, el 1% del ganado de este país está infectado con fiebre aftosa, con 8.000 casos registrados hasta ahora. "En principio, las explotaciones situadas fuera de las áreas cerradas pueden exportar a los Estados miembros de la UE, pero los agricultores húngaros y eslovacos se están viendo frenados por sus socios comerciales. Por ejemplo, los vehículos que transportan productos cárnicos húngaros pueden atravesar Eslovenia, pero no detenerse en su territorio. En Serbia, incluso, se ha restringido el transporte de productos elaborados con piel de ganado", manifiestan.
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Como resultado de esta situación, Austria ha cerrado 24 pasos fronterizos con ambos países para evitar que la fiebre aftosa llegue a su territorio. "Se han registrado importantes retenciones de tráfico y esperas de hasta dos horas por el endurecimiento de los controles sanitarios", insisten desde el medio austriaco Der Standard.
Austria no sufre un brote desde 1981 y por ese motivo ha endurecido las restricciones: "Las explotaciones con animales susceptibles están sujetas a normas de higiene más estrictas, controles operativos reforzados y limitaciones en el transporte de ganado".
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Además, está en vigor una prohibición de importación desde Eslovaquia y Hungría para animales vivos de bovinos, porcinos, ovinos y caprinos, así como para carne fresca, leche cruda, purines y estiércol, trofeos de caza y carne de caza.
Igualmente, 53 soldados de las Fuerzas Armadas Austriacas han estado desplegadas en Eslovaquia desde el pasado 26 de marzo hasta esta misma semana: "Los efectivos de la Unidad de Ayuda en Catástrofes de las Fuerzas Armadas Austriacas (AFDRU) han trabajado en el paso fronterizo de Rajka entre Hungría y Eslovaquia. Durante unos días de operación, se desinfectaron 6.400 vehículos pesados, utilizando 25.000 litros de productos químicos y 250.000 litros de agua".
Más precauciones
Lituania es otro de los países que no ha notificado ningún caso, pero está extremando las precauciones. "El sacrificio forzoso de animales interrumpe las cadenas de suministro de carne y productos lácteos, lo que puede provocar subidas de precios tanto en el mercado nacional como en el internacional. Las restricciones al movimiento de ganado no afectan solo a la granja infectada, sino también a otras dentro de la zona. El país también incurre en costes por la intensificación de la vigilancia epidemiológica", exponen desde el Servicio Estatal de Alimentación y Veterinaria de Lituania.
La preocupación por la fiebre aftosa siempre ha existido y, por esa razón, España y Portugal se aunaban en 2019 para hacer una simulación de foco de fiebre aftosa en Jerez de los Caballeros, Badajoz. El ejercicio consistía en una sospecha de enfermedad en dos granjas de vacuno localizadas en la zona fronteriza entre ambos países, en el que participaron más de 70 veterinarios inscritos en los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO), incluyendo nivel central, autonómico y comarcal.
Acerca del papel de las instituciones sanitarias europeas, existe la figura de la Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa de la FAO, que desempeña un "papel crucial" de cara a reducir el riesgo y garantizar una mejor preparación ante posibles brotes por parte de los 39 Países Miembros y los vecinos europeos. "La comisión ofrece oportunidades de formación, desarrolla modelos relativos a las medidas de control de la fiebre aftosa a fin de orientar la planificación de emergencias y brinda apoyo a los programas nacionales para el control progresivo de la fiebre aftosa", comentan desde la institución.
Desde hace unas semanas, varios países europeos están en alerta por la aparición de focos de fiebre aftosa en el ganado, incluso provocando el cierre de algunas fronteras. En concreto, el pasado mes de enero se confirmaba el primer brote en Alemania. Así lo anunciaba el Laboratorio Nacional de Referencia para la Fiebre Aftosa (FA) del Instituto Friedrich Loeffler (FLI) que detectaba un positivo en un búfalo de agua de Märkisch-Oderland, Brandeburgo.