¿Nuestro sueño puede predecir la pérdida de memoria o la demencia con años de antelación? La ciencia responde
Nuestras ondas cerebrales durante el sueño podrían ser la clave para predecir la pérdida de memoria o la demencia mucho antes de que aparezcan signos perceptibles
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Cuando pensamos en una noche plácida de sueño, solemos relacionarlo con sueños, horas de descanso y un cuerpo recuperado al día siguiente. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado una conexión fascinante: nuestras ondas cerebrales durante el sueño podrían ser la clave para predecir la pérdida de memoria o la demencia mucho antes de que aparezcan signos perceptibles, esto es, con muchos años de antelación.
Dormir no es solo un estado pasivo; es un proceso activo y complejo. Sabemos que es esencial parra que nuestro cerebro descanse, se organice y reorganice y funcione correctamente al día siguiente. Durante el sueño, especialmente en las etapas profundas, nuestro cerebro consolida recuerdos, procesa información y elimina las toxinas que se acumulan a lo largo del día.
Estas tareas son vitales para mantener la salud de nuestro cerebro pero también es cierto que, a medida que envejecemos, los cambios en los patrones de sueño se vuelven más comunes -se duerme menos e incluso peor e intermitentemente- y para algunas personas, estos cambios pueden ser señales sutiles de advertencia de un futuro deterioro cognitivo. El actual trabajo ha demostrado cómo el análisis de la actividad eléctrica cerebral durante el sueño puede predecir el riesgo de pérdida de memoria o demencia con años de antelación.
Un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de Harvard y del Hospital General Brigham de Massachusetts han desarrollado una herramienta basada en IA para analizar la actividad de las ondas cerebrales registradas durante el sueño mediante electroencefalograma (EEG). El EEG es un método no invasivo que mide la actividad eléctrica cerebral mediante sensores colocados en el cuero cabelludo. Para el experimento, los expertos contaron con la participación de un grupo de mujeres mayores de 65 años (281 mujeres), a las que les realizaron un seguimiento durante cinco años. Al inicio del estudio, todas las participantes presentaban un funcionamiento cognitivo normal. Ninguna presentaba deterioro cognitivo. En la segunda serie de evaluaciones, 96 de estas mujeres habían desarrollado deterioro cognitivo.
Resultados
El análisis de las voluntarias con un algoritmo de inteligencia artificial, reveló diferencias sutiles en los patrones de ondas cerebrales, en particular en la actividad de las ondas gamma, durante el sueño profundo en personas que posteriormente desarrollaron deterioro cognitivo. Las ondas gamma, que operan a frecuencias entre 30 y 100 Hz, son fundamentales para la memoria, la atención y la resolución de problemas. Lo llamativo de los resultados fue que las interrupciones en estas ondas fueron detectadas varios años antes de que las participantes comenzaran a mostrar síntomas de deterioro cognitivo.
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"Mediante análisis novedosos y sofisticados, herramientas avanzadas de teoría de la información e IA, podemos detectar cambios sutiles en los patrones de ondas cerebrales durante el sueño que indican un futuro deterioro cognitivo, lo que ofrece una ventana de oportunidad para la intervención años antes de que aparezcan los síntomas", explicó Shahab Haghayegh, miembro del Departamento de Anestesia, Cuidados Intensivos y Medicina del Dolor del Hospital General de Massachusetts y coautor del estudio que recoge la revista Journal of Alzheimer’s Disease.
La IA fue increíblemente precisa, con una precisión predictiva promedio del 77%, lo que sugiere que incluso los cambios más diminutos en los patrones de ondas cerebrales durante el sueño podrían servir como biomarcadores tempranos para enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, el párkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o la enfermedad de Huntington.
Implicaciones
Los resultados de esta investigación son muy relevantes, ya que es muy económico y sencillo de practicar en comparación con las exploraciones cerebrales o incluso las pruebas invasivas de fluidos. En este caso, el análisis basado en EEG ofrece un enfoque más sencillo y accesible para detectar el deterioro cognitivo de forma temprana, lo que, a su vez, permitiría a las personas acceder a tratamientos antes, implementar cambios en el estilo de vida y planificar el futuro con sus familias.
No cabe duda que estos hallazgos podrían transformar el campo de la ciencia del sueño, aportando nuevos conocimientos sobre cómo el sueño afecta la salud cerebral a largo plazo. Importa y mucho, porque la demencia es una crisis sanitaria mundial que afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo y supone una gran carga para sus familiares, cuidadores y el sistema sanitario. No existe ninguna cura, pero la detección temprana podría marcar una diferencia crucial en cuanto a calidad de vida se refiere.
Cuando pensamos en una noche plácida de sueño, solemos relacionarlo con sueños, horas de descanso y un cuerpo recuperado al día siguiente. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado una conexión fascinante: nuestras ondas cerebrales durante el sueño podrían ser la clave para predecir la pérdida de memoria o la demencia mucho antes de que aparezcan signos perceptibles, esto es, con muchos años de antelación.