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Lonjas: dónde puedes comprar pescados de los barcos
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DEL mar A CASA

Lonjas: dónde puedes comprar pescados de los barcos

Para cualquier amante de la gastronomía supone todo un privilegio asistir a la subasta de pescado en un lugar como estos, sobre todo si tienes la oportunidad de llevarte a casa un rico espécimen

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Supone todo un privilegio asistir a una subasta de pescado en una lonja, sobre todo si tienes la oportunidad de llevarte a casa un rico espécimen del mar. No obstante, para encontrar un lugar donde los particulares puedan pujar y saborear sin intermediarios la frescura de nuestras aguas, hay que estudiar de cabo a rabo el mapa español, pues apenas existen lonjas que lo permitan. Únicamente en los pequeños puertos, con abundancia de pesca artesanal, se continúa con la tradición.

La mayoría de las lonjas de pescado aseguran que no pueden vender su producto al consumidor final, ya que a todos los postores se les exige estar en posesión de una licencia que acredite su actividad comercial ya sea como mayorista, minorista o en calidad de propietario de un establecimiento hostelero. Sin embargo, la ley no prohíbe esta posibilidad. En este sentido, el Real Decreto 418/2015, que regula la primera venta, establece que “los concesionarios de las lonjas o establecimientos autorizados podrán realizar ventas a consumidores finales, siempre que se enmarque en la actividad de pesca-turismo o turismo acuícola”.

Subastas a la baja

Desde luego, acudir a estos santuarios del pescado no solo sirve para comprar un producto de calidad excelente, también supone todo un espectáculo. Debemos recalcar que las subastas ya no son obligatorias desde la aprobación de la aplicación del nuevo Real Decreto 418/2015, pero sí que es necesario pasar por la lonja para el pesaje y control de los lotes. No obstante, en estos establecimientos se sigue confiando en la subasta, aunque ha perdido parte de su vistosidad con la introducción de los nuevos métodos electrónicos. Con ellos, los intermediarios pujan con mandos y, por lo tanto, ya no se escucha la voz del subastador.

Cada vez resulta más difícil comprar pescado en una lonja a título particular, sobre todo si se trata de un puerto grande

Aún así, a los más curiosos les encanta conocer esta subasta a la baja, donde cada barco de pesca coloca sus capturas del día en varias bandejas blancas con el propósito de que la lonja efectúe la puja. El subastador oferta el género al precio que le indica el pescador -cuyo valor se fija atendiendo a criterios tan variables como el precio medio del día anterior o la demanda del producto- y posteriormente empieza a rebajar dicha cifra. Únicamente se detendrá cuando un comprador grite: “Mío”. El lote, entonces, quedará adjudicado. Cuando la lonja contemple la posibilidad de venta a los consumidores finales, este será el procedimiento a seguir por el particular que finalmente se lleve el producto a casa. Siempre que nadie más haya pujado por él.

La lonja de Campello, del barco a casa

Sin embargo, en la localidad costera de El Campello, en Alicante, resiste un reducto donde cualquiera puede llevarse a casa su ración de pescado fresco, además de disfrutar del espectáculo de la subasta que todavía se realiza a viva voz. De hecho, el Consistorio del municipio colabora con la cofradía de pescadores en su organización, ya que supone una magnífica oportunidad de enriquecer la oferta turística.

Todos los días a las 18:00 de la tarde podemos acercarnos a la lonja de esta localidad para comprar el pescado directamente del barco. Una oportunidad de degustar un género fresquísimo y a un precio excelente. Por el contrario, en municipios como Villajoyosa la cofradía de pescadores se ha opuesto incluso a que el Ayuntamiento venda la visita a la lonja como reclamo para curiosos y turistas.

Peix de Guardamar

Otro ejemplo de lonja de pequeñas dimensiones y que, por lo tanto, no está dominada por las comercializadoras se encuentra en Guardamar. Aquí el consumidor final puede acudir a las subastas y degustar en casa parte del pescado que allí se vende. Además, tiene la particularidad de que la mayor parte de las bandejas que se venden no superan el kilo de peso, por lo que es muy práctico y asequible para las familias. Únicamente se puede acudir de lunes a viernes, a las 10 de la mañana, en el Puerto Deportivo y Pesquero Marina de las Dunas.

Santa Pola, otro modelo de venta

Y sin salirnos de la provincia de Alicante, Santa Pola es otro buen puerto en el que recalar con nuestras ansias de pescado fresco. Según nos comentan desde Santa Pola Turismo, la lonja de esta ciudad es de las más importantes del Mediterráneo por índice de capturas. De hecho, el afamado peix de Santa Pola llega a toda España y muchos profesionales de diferentes partes del mundo acuden a diario a la subasta. Aunque los particulares no pueden pujar, sí que pueden adquirir el producto que deseen en los puestos que se montan en el mismo puerto tras la celebración, de lunes a viernes a partir de las 17:30 horas.

En Candás, Asturias, podemos encontrar una iniciativa semejante. Los pescadores venden su producto directamente al consumidor final a través de una pescadería que han habilitado en el mismo puerto. También podemos ver algo similar en Galicia, en la Cofradía de O Grove, y en Andalucía, en la Cooperativa de Rota.

Supone todo un privilegio asistir a una subasta de pescado en una lonja, sobre todo si tienes la oportunidad de llevarte a casa un rico espécimen del mar. No obstante, para encontrar un lugar donde los particulares puedan pujar y saborear sin intermediarios la frescura de nuestras aguas, hay que estudiar de cabo a rabo el mapa español, pues apenas existen lonjas que lo permitan. Únicamente en los pequeños puertos, con abundancia de pesca artesanal, se continúa con la tradición.

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