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Cómo saber si una fruta está madura sin necesidad de probarla
  1. Consumo
NO SOLO ES CUESTIÓN DE TOCAR

Cómo saber si una fruta está madura sin necesidad de probarla

Escoger piezas en el punto adecuado para el consumo puede convertirse en una auténtica odisea. Afortunadamente, existen buenos trucos para saber su nivel de maduración

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¿Comprar fruta madura o todavía verde? La eterna cuestión que invade nuestra mente durante la visita al supermercado. Y es que ambas opciones proporcionan tanto al paladar como al organismo cualidades muy distintas. Por ejemplo, las frutas maduras están más dulces y apetitosas, ya que su contenido en fructosa se multiplica, razón por la que suelen ser la opción predilecta de los consumidores. Sin embargo, la fruta verde o poco madura es una fuente rica en clorofila, un elemento indispensable para que los nutrientes se conserven a la perfección y beneficien la salud del individuo.

Pero, como todo en la vida, no existen ventajas sin inconvenientes. La fruta madura es mucho más sabrosa, pero el paso del tiempo influye notablemente en la pérdida de nutrientes debido a la oxidación. Mientras que la fruta todavía verde resulta algo más indigesta, precisamente por no haber alcanzado un nivel de maduración óptimo para algunos estómagos. Bajo esta premisa, y con el objetivo de seguir nuestros gustos y necesidades nutricionales, ¿cómo podemos identificar la fruta madura en el supermercado sin necesidad de probarla?

Ver, oler y tocar

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Son tantas las variedades de frutas que habitan en el mercado que resulta muy complicado escoger la pieza perfecta. Durante todo el día, decenas de clientes se amontonan frente a las bandejas de la fruta para tocar y oler las existencias con el propósito de descubrir su grado de maduración. Sin embargo, esta rueda de reconocimiento no consiste únicamente en palpar la pieza en cuestión y medir su blandura; otros factores como el color, la textura o la cantidad de jugo también forman parte del juego.

Tal y como explica la bioquímica y escritora Shirley O. Corriher, resulta muy útil conocer las diferentes categorías de madurez de este tipo de alimento. “Algunas frutas maduran cuando los carbohidratos se transforman en azúcares, después de ser cosechados. Eso les da el dulzor característico”, aseguran desde la plataforma Ecosofia. Es el caso de frutas tan comunes como el plátano, la manzana o la pera. En cambio, los melocotones, las nectarinas o el melón son frutas muy engañosas “porque si bien lucen maduras en color, textura y cantidad de jugo, no son dulces porque toman el azúcar de la savia de la planta”, añaden. Mientras que la sandía, las cerezas o los cítricos jamás madurarán después de ser cosechadas. Así que si en el supermercado notas que todavía están verdes, será mejor no llevarlas a casa. ¿Cómo podemos identificar una fruta madura para evitar estos problemas?

Aprende a identificar las frutas maduras

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  • Aguacate. Comenzamos con uno de los alimentos más populares del momento. El aguacate es una de las piezas más sencillas de identificar, basta con agitarlo suavemente y escuchar lo que ocurre en su interior. Si reconoces el sonido del hueso durante el movimiento, podrás abrirlo y consumirlo sin problemas. Así de fácil.
  • Plátanos. Estamos ante una de las frutas presentes en el supermercado durante todo el año. Por ello, resulta de gran utilidad conocer su apariencia y consistencia para evitar equívocos. Los plátanos maduros lucen una piel amarilla y pecas de color marrón claro. No obstante, si en vez de puntos son rayas o manchas oscuras más grandes, significa que también está madura pero que dicho proceso ha tenido lugar en cámaras de atmósfera controlada.
  • Cerezas. Para muchos la fruta del verano, cuya belleza exterior es la única que importa. Las cerezas maduras “deben verse redondas, firmes, brillantes, duras y de color rojo oscuro o negro vivo”, explican desde la plataforma Gourmet de México. Además, suelen medir cerca de los dos centímetros de diámetro y el tallo es un signo irrefutable de su frescura, así que no lo pierdas de vista.

Algunas frutas lucen maduras, pero no son dulces porque toman el azúcar de la savia de la planta

  • Melón. Emily Wallendjack, cocinera de renombre y graduada en el Culinary Institute of America, aconseja analizar las venas de la piel del melón para medir su madurez. Si estas todavía están verdes, es que el melón no está maduro. Otra forma de reconocer el terreno es dar pequeños golpes de nudillo a la fruta. “Si golpeas rápidamente, y escuchas un sonido profundo, está maduro", explica.
  • Piña. Al igual que el melón, la cáscara de la piña suele ser la principal herramienta para conocer su estado. Si esta es uniforme, de color dorado y no incluye manchas oscuras, significa que la fruta está madura. Otro truco muy efectivo es prestar atención a sus hojas. Si son verdes, con la punta marchita y se desprenden fácilmente, han alcanzado el nivel adecuado. Eso sí, si notas que emana un olor extraño o demasiado fuerte, alerta a los responsables del establecimiento pues es síntoma de que ya se encuentra en estado de descomposición.
  • Manzana. Como en la mayoría de ocasiones, el color y la dureza son de gran ayuda. “Deben tener una piel rígida y dura, y no deben ceder si presionas con el dedo. El color también es importante: necesitas saber de qué color es una manzana cuando está madura. Por ejemplo. buscar una manzana realmente amarilla cuando compres una golden, o una verde intenso si es manzana verde, o rojo oscuro si es roja”, aconsejan desde Ecosofia.
  • Sandía. En primer lugar, busca un punto amarillo en la cáscara, es la prueba de que han dejado la fruta en el suelo para que madure al sol. Además, si notas que la sandía es más pesada de lo normal, significa que incluye más azúcar en su composición y que, por lo tanto, ha madurado correctamente y está mucho más sabrosa. Y para finalizar el reconocimiento, dale unos toquecitos con los nudillos. Si hace un ruido seco, no dudes en incluirla en la cesta de la compra.

¿Comprar fruta madura o todavía verde? La eterna cuestión que invade nuestra mente durante la visita al supermercado. Y es que ambas opciones proporcionan tanto al paladar como al organismo cualidades muy distintas. Por ejemplo, las frutas maduras están más dulces y apetitosas, ya que su contenido en fructosa se multiplica, razón por la que suelen ser la opción predilecta de los consumidores. Sin embargo, la fruta verde o poco madura es una fuente rica en clorofila, un elemento indispensable para que los nutrientes se conserven a la perfección y beneficien la salud del individuo.

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