Menú
Alimentos que siempre pensaste que eran saludables y no lo son
  1. Consumo
PARECEN SANOS, PERO...

Alimentos que siempre pensaste que eran saludables y no lo son

En ocasiones, compramos productos aparentemente saludables con el objetivo de mejorar y enriquecer la dieta personal. Pero la OCU alerta de que algunos contienen ingredientes inesperados

Foto: Un desayuno continental. (iStock)
Un desayuno continental. (iStock)

Cada vez estamos más concienciados con el hecho de mantener una dieta saludable, lo que nos lleva a incluir en ella alimentos sanos que contribuyan a conseguir dicho objetivo. Pero sucede que, cuando oteamos entre los lineales de los supermercados, vemos una suerte de productos que a priori parecen sanos y que prometen hacer mucho por la salud personal, lo que nos lleva a meterlos en el carro de la compra. Suelen ser alimentos convencionales (otras veces más novedosos) que muestran etiquetas publicitarias llamativas y leyendas atrayentes que promocionan sus bondades saludables, las cuales invitan al consumidor a pensar que son la quintaesencia de una dieta saludable.

Sin embargo, si nos detenemos a leer con atención la etiqueta nutricional, enseguida podemos comprobar que lo que indica dicha etiqueta dista bastante de lo que reza el eslogan publicitario más visible. Así que, en lugar de llevar a casa un alimento sano, estamos haciendo justamente lo contrario. O, como alude la OCU, "lo cogiste pensando que era una cosa, pero lo que te tragas es otra".

Muchos productos se comercializan bajo la etiqueta de saludables, pero contienen ingredientes inesperados

Asimismo, para muchos consumidores no es ningún secreto que si quieren ganar en salud, deben consumir con moderación algunos alimentos, como los embutidos o la bollería industrial. No obstante, muchos otros desconocen la existencia de productos comercializados bajo la etiqueta de saludables, pero que sin embargo no lo son. Según la OCU, "si no sabes lo que comes, tampoco sabrás quién eres". Por este motivo, este organismo ha puesto en marcha una campaña para informar al consumidor sobre la composición real de algunos alimentos de consumo habitual. Veamos cuáles son.

El york no es jamón, ni fiambre

No hay sándwich saludable que no incluya una loncha de jamón cocido o bocadillo sano en el que dicha vianda no se cuele entre hortalizas. Sin embargo, la OCU advierte de que no hay que fijarse solamente en la denominación comercial del producto, sino que debemos ir más allá y leer la denominación legal del etiquetado. Si lo hacemos, comprobaremos que en los productos que incluyen la denominación de 'york' no hay jamón, sino una suerte de carnes menos nobles procedentes de otras partes del cerdo. Igualmente, los envases que muestran el reclamo 'extrajugoso', en realidad, tienen una calidad inferior, pues llevan más cantidad de agua y menos proporción de jamón.

Zumo no es lo mismo que néctar

Los zumos, sobre todo el de naranja, encabezan la lista de bebidas presentes en los desayunos patrios, ejercen de perfectos piscolabis a media mañana o de acompañantes ideales a la hora de la merienda. Recurrimos a este colorido líquido porque tiene fruta, es sano y aparentemente natural. Pero este hábito es un error. Primero, porque tomar un zumo no es lo mismo que comer una fruta entera (aunque contienen partes comestibles de las frutas) y además suelen ser generosos en azúcares. Segundo, porque algunas variedades técnicamente no son zumos, sino néctares.

placeholder Los néctares contienen solo la mitad de fruta.
Los néctares contienen solo la mitad de fruta.

Aunque tendemos a llamar zumo a todos los envases que hay en los lineales de los supermercados, hay diferencias entre unos y otros. Según la OCU, no es el mismo un zumo de frutas 100% exprimido, que efectivamente se obtiene de estrujar la fruta, que un néctar. En este último, la mitad de su composición es agua con azúcar y solo el restante fruta. A lo que se añade que son significativamente más caros que el resto de clases disponibles en el mercado. Por ello, este organismo recomienda, para no llevarse sorpresas, obviar las leyendas de la foto publicitaria del producto e insta a leer la letra pequeña de las etiquetas nutricionales.

Las bandejas de carne picada

Las bandejas de carne picada envasadas que se comercializan en las secciones cárnicas de los supermercados son socorridas, tienen una gran versatilidad culinaria y además duran más que las que prepara el carnicero. Con tales características no hay ningún motivo aparente para excluirlas de la cesta de la compra. No obstante, la OCU advierte de que dichas bandejas son en realidad preparados. ¿Qué contienen? Según este organismo, "solo entre el 65% y el 90% es carne, mientras que el resto de su composición son espesantes, conservantes, proteína de soja, almidones, colorantes y una proporción de grasa considerable".

Los calamares no son lo mismo que la pota

Crujientes y sabrosos, los calamares a la romana son uno de los aperitivos estrella de la gastronomía nacional, con los que se hacen elaboraciones muy tradicionales y deliciosas. Claro que, a la hora de adquirirlos, hay que prestar atención a la leyenda nutricional de los envases. La razón es que muchas veces dichos envases no contienen aros de este cefalópodo, sino de pota. Es fácil confundirnos, pues la apariencia es muy similar, pero, por contra, suelen más grandes y tienen una carne más dura. Por ello, "se someten a un procesado con agua y fosfatos para hacerlos más tiernos y blanquearlos. Son considerablemente más baratos que el calamar y, aunque se venden frescos, lo habitual es que sean descongelados (debe estar indicado claramente)".

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Huevos de gallinas que no salen al campo

Los huevos procedentes de las gallinas en libertad tienen mejores características organolépticas y, por tanto, saben más ricos que los que ponen las criadas en jaulas. Esta es la razón que lleva a algunos productores a destacar que estos proceden de animales criados en libertad, o código 2, cuando en realidad provienen de gallinas criadas en el suelo, o código 1. "Como tienen algo de salida al exterior el productor lo destaca mucho en el paquete, dejando en letra más pequeña la mención obligatoria al tipo de producción: criadas en suelo. No llegan a la superficie y salida suficiente para ser criadas al aire libre".

Cada vez estamos más concienciados con el hecho de mantener una dieta saludable, lo que nos lleva a incluir en ella alimentos sanos que contribuyan a conseguir dicho objetivo. Pero sucede que, cuando oteamos entre los lineales de los supermercados, vemos una suerte de productos que a priori parecen sanos y que prometen hacer mucho por la salud personal, lo que nos lleva a meterlos en el carro de la compra. Suelen ser alimentos convencionales (otras veces más novedosos) que muestran etiquetas publicitarias llamativas y leyendas atrayentes que promocionan sus bondades saludables, las cuales invitan al consumidor a pensar que son la quintaesencia de una dieta saludable.

Hábitos de consumo
El redactor recomienda