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Suelto, sabroso y en su punto. ¿Te atreves a sorprender con la paella perfecta?
  1. Consumo
ideal para cualquier reunión familiar

Suelto, sabroso y en su punto. ¿Te atreves a sorprender con la paella perfecta?

Aunque la paella es uno de los platos más populares cada domingo, también tiene fama de difícil. Nada más lejos de la realidad. Aquí tienes todos los trucos para sorprender a tus invitados.

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Es la comida perfecta para cualquier plan familiar o de amigos el fin de semana. Gusta a todo el mundo y es la alternativa perfecta a la barbacoa: siempre hay arroz para todos y permite al anfitrión participar en la conversación sin estar pendiente de las brasas.

Aunque la paella es un plato popular también tiene fama de difícil, sobre todo si es para muchas personas. El punto del arroz, que no se quede seco, conseguir el 'socarrat'... Te damos unos trucos para que tus invitados vuelvan y repitan tu plato estrella.

El arroz

Es la parte más importante del plato. El arroz debe quedar suelto, sabroso y los granos enteros, no apelmazado ni roto, pero tampoco duro. Entre los distintos tipos, el redondo y el arroz bomba son los más idóneos para preparar este plato. En el mercado puedes encontrar algunos que pueden ayudarte a que quede en su punto. Es el caso de Sabroz, que tiene las ventajas de un arroz bomba, que absorbe el sabor y el aroma de los alimentos y que además siempre queda perfecto.

A la hora de calcular la cantidad, piensa en unos 80-100 gramos por comensal. Si en tu casa sois de ‘buen comer’, pon una ración extra para los que quieran repetir. Respeta la proporción de agua y arroz. Recuerda que debes añadir entre dos partes y dos partes y media más de agua que de arroz.

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Respecto al tiempo de cocción, lo ideal son 15-20 minutos, contados desde el momento en el que el caldo empieza a hervir. Cuando esto ocurre, es importante no moverlo, ya que si lo haces los granos se romperán, liberando el almidón y modificando la textura, convirtiéndose en un risotto. Y si te hace falta añadir más agua o caldo porque se haya quedado duro, siempre debe ser caliente.

Hay algunos arroces que te facilitarán estos pasos, como Brillante Sabroz. Gracias a su paso previo por vapor de agua a presión su grano queda más firme y suelto durante más tiempo, además de absorber las vitaminas y mineral del grano completo.

El fuego y el sofrito, claves

El tipo de cocción es importante. Por eso, aunque durante el invierno la preparas en casa sobre la vitrocerámica o gas, con el buen tiempo no hay nada mejor que hacerla en el exterior, ya sea con rosco de gas o, como los puristas valencianos, con leña. Si te atreves con la leña, los valencianos aconsejan la de naranjo porque aporta un leve aroma al plato. En cualquier caso, recuerda que el fuego debe ser continuo y moderado para que la cocción sea uniforme.

Usa una paella (los puristas jamás la llaman paellera) de las dimensiones adecuadas, para que el arroz se reparta bien y la capa del mismo sea fina. El truco es que la cantidad no supere el dedo de grosor. Es muy importante que el calor esté repartido de forma homogénea, para que no quede duro por los bordes. Y no tengas prisa a la hora de hacer el sofrito. Lo ideal es que los ingredientes se doren y que se mezclen los sabores. Ten en cuenta la diferencia de cocción de cada uno: añade los más duros al principio, para que todos queden en su punto.

Paella de carne

Te proponemos una receta diferente de paella para sorprender a tus invitados:

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Ingredientes

  • 360 gr de arroz Sabroz.
  • 460 gr de costillas de cerdo trocedas.
  • 300 gr de ajetes.
  • 230 gr de nabo.
  • 180 gr de salsa romesco.
  • 1 litro de caldo de carne.
  • Aceite de oliva.
  • Sal.

Elaboración

  • Dora las costillas con unas gotas de aceite de oliva a fuego medio.
  • Agrega el nabo y los ajetes troceados muy pequeños.
  • Incorpora el arroz y rehoga todo.
  • Agrega el romesco y mezcla.
  • Añade el caldo (calentado previamente) y cocina durante 15 minutos.
  • Rectifica de sal, deja reposar cinco minutos al aire y sirve.

Es la comida perfecta para cualquier plan familiar o de amigos el fin de semana. Gusta a todo el mundo y es la alternativa perfecta a la barbacoa: siempre hay arroz para todos y permite al anfitrión participar en la conversación sin estar pendiente de las brasas.