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El consumo de pavo crece y desciende el de vacuno
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¿ERES DE LOS QUE SE HA PASADO AL PAVO?

El consumo de pavo crece y desciende el de vacuno

La compra de este ave ha crecido en el último año pues parece que cada vez nos convence más esta carne. Mientras, la de ternera ha entrado en cierto declive y ha bajado un 1,7%

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La carne de pavo cada vez está en boca de más gente y, sobre todo, de sus estómagos, pues hemos empezado a relegar en nuestra dieta al vacuno. La tendencia la acaba de poner sobre la mesa un informe de la consultora Nielsen.

En concreto, las cifras nos hablan de un 2% de incremento en la demanda de carne de pavo. Además, parece que esta carne crece a costa de la de pollo, que ha bajado prácticamente un 1%. Todos estos datos se desprenden del informe 'El corte healthy de la carne', elaborado por la consultora citada y que se dio a conocer con motivo de Meat Attraction, la feria del sector cárnico que se celebró el mes pasado en Madrid.

Sin duda, el pavo fresco es una carne que se está beneficiando de la caída en desgracia de otras, pues la de vacuno ha registrado una caída del 1,7%. Es evidente que el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogara a las carnes rojas como posible causante de cáncer no le ha sentado nada bien al sector que acusa cierta deserción de su público, aunque un último estudio ha puesto en entredicho estas conclusiones.

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En ese sentido, desde este organismo se ha llegado a vincular principalmente con el cáncer colorrectal, pero también con el cáncer de páncreas y el de próstata. “Un grupo de trabajo de 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías del CIIC, clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno”, podemos leer al respecto en la web de este organismo.

Tampoco podemos pasar por alto que la OMS ha recomendado que reduzcamos la ingesta de esta carne no solo por cuestiones de salud, sino también de índole medioambiental ya que esta ganadería es, al parecer, responsable de grandes emisiones de gases de efecto invernadero.

El veganismo irrumpe en nuestra dieta

También hay que reconocer que el veganismo es una alternativa dietética que va cogiendo fuerza. Así, según se desprende de este documento, estas opciones exentas de cualquier producto de origen animal han crecido un 25%.

La carne de pavo se ha incrementado en un 2%, mientras que la de pollo ha bajado casi un 1%

A pesar de la bonanza de la proteína vegetal, la carne sigue imbatible (ya sea de pavo, vacuno, pollo o cerdo). En este sentido, es una de las principales categorías de nuestra cesta de la compra, que supone un gasto superior a los 15.000 millones de euros. No en vano, ha aumentado en un 2,8% con respecto al mismo periodo del año anterior, pero es cierto que se ha estancado un tanto.

Por qué nos inclinamos por el pavo

Sin duda, por las proteínas, zinc, selenio, potasio, fósforo, niacina, vitamina B6 y B12, que suponen todo un contingente nutricional. “La carne de pavo tiene como componente mayoritario, en un 75% aproximadamente, al agua. Le siguen las proteínas con alto valor biológico, dado su contenido en aminoácidos esenciales. El pavo es una carne magra, con menor concentración de grasa y de colesterol incluso que el pollo, especialmente cuando se consume sin piel donde reside una parte importante de la misma”, destacan en la Federación Española de Nutrición (FEN).

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Y aunque el pollo continúa en la cresta de la ola, es cierto que el pavo comienza convertirse en un serio adversario porque ¿es acaso esta última mejor que la de pollo? Pues quizás te interese saber que la carne de pavo presenta menos calorías que la de pollo, pero la diferencia tampoco es tan destacable como para decantar su consumo hacia un lado u otro de la balanza basándonos en este criterio. Aunque sí que es cierto que puede ser un factor determinante para todas aquellas personas que estén llevando a cabo dietas de adelgazamiento y que huyen de cualquier extra de grasa.

“Por porción, la pechuga de pavo contiene más proteína por gramo que la pechuga de pollo, es más alta en metionina (un aminoácido esencial cuya función es que el cuerpo absorba la proteína correctamente) y su concentración proteica es de 24,2 gramos de proteínas por cada 100 gramos. Y luego encontraríamos a la pechuga de pollo, que ronda los 22 gramos de proteínas por cada 100 gramos”, detallan en la web de expertos en nutrición y deporte Tu Personal Trainer.

Igual de malo para el colesterol

En cualquier caso, no hay que creer que el consumo de carnes blancas como la de pollo o pavo nos pone a salvo del colesterol. Lo cierto es que este un mito que acaba de ser desmentido. Por lo tanto, este no es un buen argumento para incrementar las porciones de esta carne, tal y como ha corroborado un reciente estudio publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition' que demuestra que la carne blanca, el pollo o el pavo, repercute de igual manera que la roja en los niveles de colesterol en la sangre. Sin duda, el hallazgo, que incluso ha sorprendido a los propios autores de la investigación, obligará a reconsiderar el tema a más de un profesional de la nutrición.

Por lo tanto, en estas circunstancias suprimir la carne, ya sea roja o blanca, es lo más recomendable, pues solo así podremos atacar de manera eficaz los niveles de colesterol.

La carne de pavo cada vez está en boca de más gente y, sobre todo, de sus estómagos, pues hemos empezado a relegar en nuestra dieta al vacuno. La tendencia la acaba de poner sobre la mesa un informe de la consultora Nielsen.

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