El etiquetado de alimentos más eficaz para no engordar
Un estudio destaca que si la etiqueta de productos en su parte frontal indica sus calorías y el tiempo a invertir en andar o correr para quemarlas se podrían llegar a reducir hasta en 195 las ingeridas por cada persona y día
Imagina una nueva etiqueta cada vez que compras un alimento. Una que te señalara las calorías que ingieres y, a la vez, te indicara los pasos a dar para quemarlas. Seguramente, sería la mejor forma para perder peso. No es irreal. De hecho, una nueva investigación, publicada en el 'Journal of Epidemiology & Community Health' declara que etiquetar así los alimentos y las bebidas podría ser una forma más efectiva de alentar a las personas a tomar decisiones dietéticas 'más saludables’.
Actualmente, la obesidad está contribuyendo al desarrollo de muchas enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. De momento, los países occidentales no están teniendo éxito a la hora de revertir las tasas de obesidad y modificar comportamientos para detener el aumento de la patología.
Un ejemplo: las calorías de esta barra de chocolate requieren 55 minutos de caminata para quemarlas
Sin embargo, “una forma de reducir el consumo de calorías es el etiquetado nutricional, pero la evidencia actual muestra que la información nutricional actual de la parte delantera del paquete de los alimentos y bebidas está teniendo un efecto limitado en el cambio de los comportamientos de compra o alimentación. Muchas personas no entienden el significado de calorías o gramos de grasa en términos de equilibrio energético”, reconocen los investigadores en su estudio.
Liderados por Amanda J Daley, de la Universidad Loughborough, de Reino Unido, insisten en que “un desafío clave para limitar el consumo de energía es la subestimación significativa por parte del público de la cantidad de calorías y grasas en los alimentos y bebidas. Un enfoque alternativo al etiquetado nutricional actual, dentro y fuera de los entornos domésticos, es proporcionar información sobre calorías con un clara interpretación de lo que significa el contenido calórico del artículo". Este enfoque se ha denominado etiquetado de actividad física equivalente a calorías -o gasto- (PACE), que tiene como objetivo mostrar al público cuántos minutos (o kilómetros) de actividad física (por ejemplo, caminar o correr) son equivalentes a las calorías contenidas en los alimentos.
Utilidad para el público
Por ejemplo, 'las 229 calorías en esta barra de chocolate con leche requieren 55 minutos de caminata para quemarlas'. El etiquetado de alimentos PACE podría ser una herramienta útil para ayudar al público a entender lo que significa una caloría y, por lo tanto, más capaz de decidir si vale la pena su consumo. El etiquetado PACE es un ejemplo de una intervención ambiental que busca empujar al público hacia la elección de alimentos saludables y moderación en el consumo.
Además, a diferencia de otros tipos de etiquetado de alimentos, el etiquetado PACE tiene el potencial de servir como un recordatorio continuo al público sobre la importancia de participar en actividades físicas regulares para garantizar un buen equilibrio energético. También hay evidencia observacional de que el público prefiere el etiquetado de alimentos PACE en lugar de otros tipos de etiquetado de alimentos.
La Royal Society for Public Health en el Reino Unido ha pedido que el etiquetado PACE se implemente como un etiquetado de alimentos en la parte frontal del producto, pero la evidencia para apoyar esta opinión es poca.
Recientemente se publicó una revisión sistemática del etiquetado PACE y no mostró ningún efecto. Sin embargo, la revisión incluyó solo un pequeño número de estudios (7) y solo se evaluó el impacto del etiquetado PACE en la cantidad de calorías seleccionadas de los menús, no la cantidad de alimentos realmente consumidos, que es lo que afecta a la salud.
Nueva investigación
Ahora, en la nueva investigación, los científicos defienden que el etiquetado PACE aplicado ampliamente podría reducir, en promedio, hasta 195 calorías por persona por día. Estos investigadores rastrearon bases de datos de investigación y otros recursos en línea relevantes para estudios que comparaban el etiquetado PACE con otros tipos de etiquetado de alimentos o ninguno para determinar el impacto potencial en la selección, compra o consumo de alimentos y bebidas (excluido el alcohol). Encontraron 15 ensayos controlados aleatorios relevantes y agruparon los datos de 14 de ellos. Los resultados mostraron que cuando el etiquetado PACE se mostraba en los alimentos y bebidas y en los menús, en promedio, se seleccionaban significativamente menos calorías, 65 menos por comida. El etiquetado PACE también se asoció con el consumo de 80 a 100 calorías menos en comparación con los productos que no tenían ningún etiquetado o eran de otros tipos.
Según sus hallazgos, los investigadores sugieren que el etiquetado PACE podría reducir aproximadamente 200 calorías de la ingesta diaria (tres comidas al día más dos refrigerios). Pero advierten que el número de estudios incluidos fue pequeño y el diseño de cada uno varió considerablemente. La mayoría no se llevaron a cabo en entornos de la vida real, como restaurantes y supermercados. Sin embargo, sugieren: "El etiquetado PACE es prometedor para reducir la cantidad de calorías seleccionadas de los menús".
La evidencia muestra que incluso una reducción relativamente pequeña en la ingesta diaria de calorías (100) combinada con un aumento sostenido de la actividad física es probable que sea buena para la salud y podría ayudar a poner freno a la obesidad. "El etiquetado PACE es una estrategia simple que los fabricantes podrían incluir fácilmente en los envases de alimentos y bebidas, en las etiquetas de precios de los estantes en los supermercados y/o en los menús de los restaurantes y establecimientos de comida rápida", escriben.
"Las agencias de salud pública pueden considerar la posibilidad de incluir políticas para promoverlo como una estrategia que contribuya a la prevención y el tratamiento de la obesidad y las enfermedades relacionadas", concluyen.
Imagina una nueva etiqueta cada vez que compras un alimento. Una que te señalara las calorías que ingieres y, a la vez, te indicara los pasos a dar para quemarlas. Seguramente, sería la mejor forma para perder peso. No es irreal. De hecho, una nueva investigación, publicada en el 'Journal of Epidemiology & Community Health' declara que etiquetar así los alimentos y las bebidas podría ser una forma más efectiva de alentar a las personas a tomar decisiones dietéticas 'más saludables’.