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Los alimentos que es mucho mejor comprar en grandes cantidades
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Los alimentos que es mucho mejor comprar en grandes cantidades

Es una estrategia cargada de ventajas: ahorras dinero, no pierden cualidades nutricionales y además evitas tirarlos a la basura porque se han estropeado en la nevera o la despensa. En estos tiempos inflacionistas, pueden aliviar el bolsillo

Foto: Legumbres en tarros. Pueden aguantar hasta diez años en una despensa. (iStock)
Legumbres en tarros. Pueden aguantar hasta diez años en una despensa. (iStock)

Cuando hacemos la compra, a veces no somos plenamente conscientes de cuánta cantidad tenemos que comprar de cada producto y en cuánto tiempo lo vamos a consumir. Si no dispones de una planificación, aunque sea aproximada, de un menú prácticamente diario o al menos semanal, ocurrirán dos cosas: que no tengas suficientes productos para consumir o que estos se estropeen. La escena es muy habitual: lechuga, carne o frutas que van directamente a la basura porque sencillamente no te ha dado tiempo para comértelos.

Hay tres opciones: un menú diario, ir todos los días al mercado o comprar grandes cantidades con descuento

Para evitar esta situación existen varias soluciones: establecer un menú diario y ajustar la compra, ir todos los días al supermercado o comprar grandes cantidades de productos -que a menudo tienen incluso descuentos- que no se vayan a estropear en un periodo corto. Si asumimos que la primera opción requiere de una gran disciplina; y la segunda de mucho tiempo libre, así que una buena alternativa es la tercera: elegir los mejores productos para comprar y almacenar, sin temor a que acaben en la basura sin haberse aprovechado.

placeholder Verduras congeladas en un nevera casera.  (iStock)
Verduras congeladas en un nevera casera. (iStock)

Conviene desterrar algunas ideas a menudo erróneas: las diferentes técnicas que se han logrado para conservar alimentos durante largos periodos de tiempo no afectan a las cualidades nutricionales de los productos, por mucho que sean más apetecibles frescos y que gastronómicamente sí existan diferencias. Por ejemplo: no se puede pretender que unas alcachofas en conserva, almacenadas en lata, tengan el mismo sabor y textura que las que puedes adquirir en el mercado, pero sus valores nutricionales permanecen en esencia intactos, aunque es obvio que se le añaden algunos otros ingredientes, que hay que tener en cuenta. Estos son los mejores alimentos para comprar en grandes cantidades y almacenar en casa sin temor a que se estropeen.

Legumbres y frutas

Las legumbres, además de ser muy saludables ya que son ricas en minerales, fibra, antioxidantes y vitaminas, son sin duda uno de los grupos de alimentos más indicados para almacenar y guardar en grandes cantidades. Son perfectas porque se conservan a temperatura ambiente durante larguísimos periodos de tiempo. Aunque algunos estudios señalan que inevitablemente acaban perdiendo propiedades, la realidad es que si están bien envasadas o en tarros que las protejan de la humedad y la oxidación, pueden durar hasta diez años sin que se vean alteradas.

La conservación no altera sus propiedades nutricionales, pero sí cambian las gastronómicas

Los frutos rojos o del bosque, como las grosellas, moras, frambuesa, suelen ser bastante caros cuando se compran frescos. Se venden a un precio elevado y en pequeñas cantidades porque además se estropean rápido. Comprarlos congelados en mayores cantidades ahorra dinero y además es una garantía de que no acabemos desperdiciándolos. Como son congelados industrialmente nada más ser recolectados, no pierden su alto contenido en vitaminas y pueden ser almacenadas en el congelador sin que pierdan un ápice de sus propiedades durante seis meses aproximadamente.

Carne y pescado

Tanto la carne como el pescado son los productos más perecederos que existen. Su vida media en la nevera, si no tienen ningún tipo de preparado o conservante por parte de la industria, varía entre las 24 horas y las 78 aproximadamente. El congelado casero nunca será igual de eficiente que el industrial, debido a que este lo hace a una temperatura mucho menor y en un menor espacio de tiempo que los congeladores caseros, lo que repercute en el tamaño de los cristales que se forman y que son responsables de que se rompan las fibras musculares al descongelarse. Esto es lo que provoca que suelten más o menos líquido. No obstante, si son tratados industrialmente, se suelen añadir algunos compuestos para mejorar el congelado, que aunque son seguros y están aprobados, no son del agrado de todos los consumidores.

placeholder Gambas congeladas. (iStock)
Gambas congeladas. (iStock)

Ambas opciones son válidas, pero es deseable congelarlos en unidades ya que al tener una vida útil tan corta se estropean muy rápidamente y pueden acabar en la basura junto con el dinero que costaron. Además te evitarás tener que ir cada dos o tres días al supermercado para comer carne o pescado, aunque al igual que algunas conservas pierden propiedades desde el punto de vista gastronómico, es una opción muy recomendable especialmente en el caso del pescado. Aunque si se cocina totalmente, el parásito anisakis no sobrevive. Para asegurarnos de no contraer la temida anisakiasis, el congelado es la mejor solución.

Verduras y cereales

Al igual que las frutas, aunque menos que la carne y el pescado, las verduras corren el riesgo de pasarse en la nevera con mucha facilidad. Varios estudios han demostrado que tanto las verduras en conserva como los congelados mantienen los nutrientes y micronutrientes que los convierten en una parte importante de una dieta saludable. Antes de que las judías, los guisantes, el brócoli u otros se echen a perder, puedes comprarlos congelados y de nuevo ahorrar bastante dinero además. No es el mismo caso de las verduras en conserva, ya sea en lata o tarro de cristal, que han sido cocinadas, aunque mantienen una buena cantidad de sus propiedades. Por el contrario, son más caras proporcionalmente, pero también una buena opción si no estás seguro de que vayas a comértelas en breve.

Duran alrededor de ocho meses en el congelador, algo más que las frutas. Así tendrás una despensa o un congelador con productos saludables siempre a mano. Algunos cereales como la espelta, el arroz integral y la quinoa son también ideales para almacenar en una despensa, ya que su vida se alarga hasta los tres años. La avena, que es un alimento muy apreciado por tratarse de carbohidratos de lenta absorción, ricos en vitaminas del tipo B, minerales como el magnesio y el zinc y un tipo de fibra, el beta-glucano, dura menos, unos tres meses, pero se puede ampliar cuatro más si se envasan al vacío.

Cuando hacemos la compra, a veces no somos plenamente conscientes de cuánta cantidad tenemos que comprar de cada producto y en cuánto tiempo lo vamos a consumir. Si no dispones de una planificación, aunque sea aproximada, de un menú prácticamente diario o al menos semanal, ocurrirán dos cosas: que no tengas suficientes productos para consumir o que estos se estropeen. La escena es muy habitual: lechuga, carne o frutas que van directamente a la basura porque sencillamente no te ha dado tiempo para comértelos.

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