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Plomo en las especias: descubre su procedencia y evita riesgos
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COMPROBAR LA PROCEDENCIA

Plomo en las especias: descubre su procedencia y evita riesgos

El nivel de este elemento químico presente en los alimentos ha disminuido en comparación con años anteriores. Pero un nuevo brote ha hecho saltar la voz de alarma

Foto: Especias. (iStock)
Especias. (iStock)

En 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, limitó la cantidad de plomo en alimentos infantiles con el objetivo de evitar su efecto tóxico (la intoxicación por este metal pesado puede provocar, según el National Institutes of Health, NIH, estadounidense, algo así como nuestro Ministerio de Sanidad, anemia, sordera, daños renales convulsiones y coma) sobre bebés y niños. Hasta la fecha, esta cantidad era de 0,02 miligramos de plomo por cada kilo de producto, una cifra que desde entonces se limita a la mitad, es decir, 0,01 miligramos por kilo, de acuerdo al estándar establecido por la Comisión del Codex Alimentarius.

Como ha explicado la coordinadora de salud alimentaria de la ONU, Angelika Trischer, "esta decisión se debe a que los bebés y los niños son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que puede afectar al correcto desarrollo de su cerebro -según estimaciones de la OMS, cada año se dan 600.000 nuevos casos de discapacidad intelectual en niños por exposición al plomo-”. No obstante, estas consecuencias no solo perjudican a los más pequeños de la casa, los adultos también corren el riesgo de sufrir los síntomas vinculados al consumo de plomo.

Especias ricas en plomo

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Foto: iStock.

Afortunadamente, el plomo brilla por su ausencia en la mayoría de productos que forman parte de nuestra cesta de la compra. Aunque, en ocasiones, dicho control comete ciertos errores. Sin ir más lejos, un estudio, publicado en el ‘Journal of Public Health Management and Practice’, ha analizado los casos por envenenamiento de plomo asociados a las especias procedentes de otros países y el resultado no puede ser más sorprendente. Un 30% de las especias que formaban parte de la muestra tenían concentraciones de plomo superiores a las 2 partes por millón (ppm), el límite seguro establecido. En concreto, las especias que habían sido adquiridas “en Georgia, Pakistán, Bangladesh, Nepal y Marruecos tenían las concentraciones de plomo más altas", y la mayoría de las especias contaminadas estaban "en envases sin marcar, sin ninguna información y muchas veces procedían de un fondo personalizado o un mercado abierto", exponen los responsables del estudio.

Su volatilidad hace que su introducción en la cadena alimentaria sea muy sencilla

Aunque algunas de las especias afectadas apenas son conocidas en nuestro país, como la kviteli kvabili o la yellow flower, este problema también ha afectado a otras que sí son de consumo diario en España. Hablamos de la cúrcuma, el chile en polvo, la pimienta o el pimentón. Ante esta situación, los expertos recomiendan comprobar concienzudamente la procedencia de los productos que decidimos llevar a casa, en especial las especias, y optar por el comercio de proximidad. Además de escoger únicamente aquellos que hayan sido importados legalmente y hayan superado los controles oportunos.

No obstante, "los consumidores deben confiar en la calidad de las especias comercializadas por las principales marcas y que se venden en comercios de renombre. [...] Las principales marcas obtienen especias de todo el mundo y cuentan con sistemas adecuados para garantizar la calidad y seguridad de su producto", asegura Laura Shumow, directora ejecutiva de la American Spice Trade Association (ASTA), una asociación comercial estadounidense para empresas que importan, procesan y distribuyen especias, al portal médico estadounidense Healthline.

Un elemento químico muy nocivo

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Foto: iStock.

Tal y como recoge el Informe Mundial sobre Productos Nocivos, publicado en 2016 y realizado por la Cruz Verde Suiza y la organización internacional sin ánimo de lucro Blacksmith Institute, el plomo es una de las principales amenazas a las que debe hacer frente el ser humano. Un título que comparte con otras sustancias como el arsénico, los pesticidas o el mercurio.

Para aquellos que todavía no lo sepan, el plomo es un neurotóxico natural que afecta especialmente al riñón, la médula ósea y el sistema nervioso de quienes lo ingieren en exceso. Por ello, las autoridades competentes dirigen todo su esfuerzo en reducir la presencia de esta sustancia en los alimentos destinados a nuestro consumo. Además, para disminuir el riesgo, aconsejan lavarlos a conciencia bajo el agua para eliminar cualquier resquicio que haya podido sobrevivir.

Bajo esta premisa, los síntomas más destacados relacionados con la intoxicación por plomo, que ocurre cuando este se acumula en el organismo, son dolor articular y muscular, problemas de memoria o concentración, trastornos del estado de ánimo, presión arterial alta, dolor de cabeza y abdominal o incluso una disminución del conteo de espermatozoides, tal y como enumera la célebre Clínica Mayo.

En 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, limitó la cantidad de plomo en alimentos infantiles con el objetivo de evitar su efecto tóxico (la intoxicación por este metal pesado puede provocar, según el National Institutes of Health, NIH, estadounidense, algo así como nuestro Ministerio de Sanidad, anemia, sordera, daños renales convulsiones y coma) sobre bebés y niños. Hasta la fecha, esta cantidad era de 0,02 miligramos de plomo por cada kilo de producto, una cifra que desde entonces se limita a la mitad, es decir, 0,01 miligramos por kilo, de acuerdo al estándar establecido por la Comisión del Codex Alimentarius.

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