Menú
La lechuga espacial es más nutritiva que la terrestre
  1. Consumo
Para ir a marte

La lechuga espacial es más nutritiva que la terrestre

Se acaba de publicar un estudio sobre estas plantas cultivadas en la Estación Espacial Internacional entre los años 2014 y 2016. No siempre, pero en ocasiones tienen mejores propiedades que las naturales terrestres

Foto: Foto: NASA.
Foto: NASA.

En el mejor de los casos (oposición en perihelio), aquellos pocos afortunados que tengan el inmenso honor de ser los primeros seres humanos orbitando o aterrizando en Marte deberán viajar 59 millones de kilómetros (en realidad, muchos más, pero esa es la distancia mínima que separa los dos planetas). Esa distancia equivale, por ponerle sentido, a 152 veces la distancia total que viajaron los tripulantes del Apolo 11 (y eso solo el viaje de ida al planeta rojo). Esto supone un gran desafío para los astronautas, pues hay que irse a Marte con lo puesto, y hay un número de barritas energéticas máximas que puede comer un ser humano antes de enloquecer.

Es por esto que, desde hace ya algunos años, se ha investigado en profundidad la posibilidad del 'cultivo espacial'. Esto supone, a su vez, grandes desafíos pues los efectos de la enorme cantidad de radiación, así como la falta de gravedad (o que esta sea sustituida por una sensación de ingravidez que en realidad no lo es, la microgravedad, como los objetos orbitando la tierra, que 'caen' sin parar), suponen un ambiente de cultivo completamente hostil y desconocido.

placeholder Viva la lechuga espacial. (Foto: NASA)
Viva la lechuga espacial. (Foto: NASA)

Ahora un grupo de investigadores de agencias adscritas a la NASA han publicado un estudio en el que especifican las propiedades de las primeras lechugas obtenidas en el espacio entre los años 2014 y 2016. Liderado por la doctora Christina Khodadad, investigadora del Kennedy Space Center, el análisis de las lechugas de hoja roja cultivadas en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) muestra que estas son, como mínimo, tan nutritivas como las cultivadas en la mismísima huerta murciana (vamos, las de la Tierra). Además, no contienen enfermedades ni bacterias patógenas, con lo que su consumo es completamente seguro para el ser humano.

La relevancia de este hito histórico es inmensa. Por una parte, porque la oportunidad que ofrece a los astronautas de comer productos frescos es más que bienvenida por este sector. Además, aportaría a los viajeros espaciales un buen suplemento de vitaminas K, B1 y C (que son nutrientes que tienden a degradarse en el interior de los alimentos de forma natural y, por lo tanto, son menos abundantes en las comidas que los astronautas ingieren). "La capacidad de cultivar comida en un sistema sostenible y que, además, estos alimentos sean seguros para el consumo humano será un aspecto clave ahora que la NASA tiene su objetivo en misiones más largas. Las hortalizas de hoja pueden ser cultivadas y consumidas con muy pocos recursos", explica la doctora Christina Khodadad.

Entre los años 2014 y 2016 se cultivaron estos vegetales gracias a semillas (que venían esterilizadas desde la Tierra) plantadas en cámaras estancas equipadas con iluminación led y sistemas de alarma, especialmente diseñados para este propósito. Se dejó que las plantas crecieran entre 33 y 56 días. Fue entonces cuando la tripulación ingirió parte de las plantas (sin ningún tipo de problema) y el restante fue ultracongelado y transportado a la Tierra para su análisis.

Foto: El calentador de comida del proyecto Skylab permitió la mejor nutrición de astronautas. (Foto: NASA)

Para controlar cómo los factores 'extraterrestres' afectaban al crecimiento de estos alimentos, en el Kennedy Space Center se cultivó, en exactamente las mismas condiciones de temperatura, dióxido de carbono y humedad, las mismas semillas que se llevaron al espacio. Resultaron ser exactamente iguales las unas que las otras, salvo en algunas ocasiones que el tejido de las criadas en el espacio era más rico en elementos como potasio, sodio, fósforo, azufre y zinc, al igual que en fenoles.

"La Estación Espacial Internacional está sirviendo como laboratorio para las misiones espaciales de larga duración. Este tipo de pruebas de cultivos nos ayudan a aumentar la cantidad de plantas que pueden ser candidatas a ser criadas en microgravedad. Test futuros nos permitirán determinar qué otras plantas y frutas pequeñas, como los pimientos o los tomates, nos pueden ser de utilidad para suplementar con productos frescos la dieta de los astronautas", apostilla la doctora y coautora del estudio Gioa Massa.

En el mejor de los casos (oposición en perihelio), aquellos pocos afortunados que tengan el inmenso honor de ser los primeros seres humanos orbitando o aterrizando en Marte deberán viajar 59 millones de kilómetros (en realidad, muchos más, pero esa es la distancia mínima que separa los dos planetas). Esa distancia equivale, por ponerle sentido, a 152 veces la distancia total que viajaron los tripulantes del Apolo 11 (y eso solo el viaje de ida al planeta rojo). Esto supone un gran desafío para los astronautas, pues hay que irse a Marte con lo puesto, y hay un número de barritas energéticas máximas que puede comer un ser humano antes de enloquecer.

El redactor recomienda