Comidas que hay que tener en la despensa siempre: te salvarán
Guarda lo más valioso, los alimentos del día a día, pero muchas veces no sabemos cómo organizarla ni qué realmente debemos tener. Alimente te da algunos trucos para que sea saludable y te ayude en estos tiempos difíciles
“La despensa es al hogar lo mismo que la semilla a la planta”. Con estas palabras describe la socióloga, profesora de cocina y autora del libro ‘La despensa saludable’, María del Mar Jiménez, la despensa. Y añade: “Es el reverso de cómo es nuestra alimentación porque cocinamos con los alimentos que tenemos en casa y, al igual que ella, es todo un oráculo de nuestra salud, junto con otros hábitos de vida”.
“En el mundo moderno, a diferencia de las antiguas despensas, fresqueras o alacenas, llamamos despensa a todos los lugares donde almacenamos y conservamos alimentos: nevera, congelador, armarios, estanterías, cajones, frutero, carritos de ruedas… Una despensa llena de alimentos saludables, de calidad nutricionalmente y frescos se convertirá en un menú mejor que otra llena de procesados”, apunta.
“No sabía que había humanos que no 'tienen tiempo"
Los alimentos que no pueden faltar para Jiménez son aquellos que conforman “lo básico de la dieta mediterránea, con adaptaciones según las circunstancias y estilo de alimentación que cada uno decida: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales (nada que ver con los comestibles azucarados del desayuno, frutos secos, semillas, agua como bebida principal, proteína de calidad, aceite de oliva virgen extra… Es decir, comida de verdad y no ‘comestibles”.
Consejos para organizar bien la despensa
La autora del libro aconseja sobre cómo llevar a cabo la organización de la despensa: “La despensa, como casi todo en esta vida, solo necesita que le dediquemos nuestra atención y un poco de tiempo. Hay un meme que dice: 'Sigo la dieta de la fe, como de todo y espero un milagro'. En la despensa pasa lo mismo. Hay que planificar previamente el menú semanal casero y saludable para que nuestra lista de la compra, que es lo que compondrá la despensa, se adapte a eso y no al revés. No sirve ir al supermercado sin 'un mapa' y comprar cualquier cosa. Porque 'cualquier cosa' no tiene por qué configurar una dieta sana después, y eso es carne de cañón para una compra impulsiva, más cara y normalmente menos sana”.
“Y para diseñar un menú casero, lo primero es dar salida a lo que YA hay en casa. Todos tenemos más comida de lo que creemos (solo hay que revisar el congelador y los armarios). Con el sistema PEPS -primero en entrar primero en salir- siempre cocinaremos con los alimentos que tenemos de antes”, añade.
“Según los datos del Ministerio, hay un gran despilfarro en los hogares españoles, tanto de comida fresca como cocinada, y no lo deberíamos consentir, ni por economía, ni por ecología ni por ética -tirar comida en buen estado es inmoral-. Lo primero es revisar lo que ya tenemos, planificar un menú semanal casero, hacer la lista de la compra en función de esas recetas y comprar ciñéndonos a esa lista. Claro que se permite un margen de capricho, pero no caos frente a planificación”, sentencia.
La revolución en la cocina
Así se subtitula el libro de ‘La despensa saludable’ porque, en palabras de su autora, “la despensa, la organización del menú semanal que el libro detalla cómo se planifica paso a paso, y la cocina casera esconden 7 superpoderes que podemos aprovechar a nuestro favor: salud, ahorro de tiempo, ahorro de dinero, paz mental (te quitas esa pesada carga de pensar qué voy a cenar hoy), ecología y menos residuo, sabiduría ancestral y humanidad”.
“Según algunos antropólogos, fue cocinar -más allá de la invención del fuego- lo que nos hizo humanos, y no cocinar -como auguran algunos distópicos- no nos hará más libres, sino más dependientes y sumisos de quienes deciden qué comeremos y, sobre todo, con qué tipo de alimentos y de qué tipo de agricultura. Eso sería el fin de la soberanía alimentaria”, apunta.
Y añade: “Autores como Michael Pollan o Jamie Oliver afirman que en el siglo XXI cocinar casero es revolucionario y una forma de declarar la independencia y libertad frente a un sistema y una industria que potencian otras fórmulas de consumo, siempre menos sanas".
Según Jiménez, los principales errores que cometemos son “almacenar alimentos sin sentido, no ordenarlos en categorías y en botes transparentes preferentemente para ver su contenido, olvidarnos de ellos y que caduquen, y especialmente no planificar el menú semanal priorizando producto fresco, local y de temporada, integral y eco siempre que sea posible”.
Lo que no se prioriza no existe
¿Cómo se puede planificar un menú semanal si no tenemos tiempo? A esta pregunta Jiménez contesta de forma contundente: “No sabía que había humanos que no 'tienen tiempo'. Como explican los expertos en gestión de tiempo y productividad, lo que no se planifica no existe y lo que no se agenda tampoco. Yo añado que lo que no se prioriza no existe”.
“Por eso mi libro dedica toda una parte de 'mindset' para concienciarnos de la importancia y superpoderes de la despensa y alimentación casera y saludable, y cuando tenemos eso claro, reservar 10 minutos a la semana para planificar el menú semanal y la lista de la compra es ‘pan comido’. También hay técnicas como el 'batch cooking' para cocinar en pocas horas varios platos para el resto de la semana”, explica.
“Si se entiende el valor de nutrirnos para que nuestra vida funcione mejor, sacaremos ese tiempo para hacerlo y buscaremos soluciones y estrategias adaptadas a nuestro estilo de vida. Las horas de consumo televisivo y Whatsapp en España no indican precisamente que no tenemos tiempo…”, concluye.
“La despensa es al hogar lo mismo que la semilla a la planta”. Con estas palabras describe la socióloga, profesora de cocina y autora del libro ‘La despensa saludable’, María del Mar Jiménez, la despensa. Y añade: “Es el reverso de cómo es nuestra alimentación porque cocinamos con los alimentos que tenemos en casa y, al igual que ella, es todo un oráculo de nuestra salud, junto con otros hábitos de vida”.