¿Es posible hacer la compra semanal libre de plásticos y envases desechables?
Más de 10 millones de toneladas de este material llegan cada año a los océanos. De hecho, en 2050 se espera que el total pese más que los peces que habitan en él
La contaminación por plásticos se ha convertido en un problema de primera índole debido a las terribles secuelas que provoca en el ecosistema. Solo en el océano Ártico hay alrededor de 12.000 partículas de microplástico por cada litro de hielo marino. Una cifra que se ha multiplicado por tres desde el último estudio realizado en 2014. Y es que el plástico representa el 73% de los desechos marinos, un nuevo inquilino que amenaza la supervivencia de las especies que allí habitan y al que hay que poner solución lo antes posible.
Una forma sencilla y eficaz de aportar nuestro granito de arena es reducir el consumo de envases de plástico o embalajes de un solo uso, que representan el 40% de estos peligrosos residuos. Bandejas de carne, tetrabriks de leche, cartones de huevos, conservas, paquetes de pasta y arroz… ¿Es posible deshacerse de todos ellos y hacer una compra 100% sostenible?
Una despensa libre de plásticos
Aunque parezca una tarea difícil de cumplir, tal es la responsabilidad social que hay actualmente por la protección del medioambiente que existen multitud de alternativas para reducir la presencia de plástico en la cesta de la compra. Uno de los movimientos que más ruido está haciendo es #DesnudaLaFruta, una iniciativa que busca denunciar el abuso de envases de plástico en la alimentación, especialmente con relación a esas bandejas que protegen la fruta y la verdura en el supermercado. “Solo se trata de tomar conciencia de nuestro papel e intentar reducir nuestra huella lo máximo posible, como, por ejemplo, minimizando el uso de plásticos y apostando por aquellos que sean fáciles de reciclar o incluso reutilizables”, defienden desde Oxfam Intermón.
Se han descubierto pequeños fragmentos de plástico en especies de pescados y mariscos que consumimos
“Los supermercados tienen un papel crucial en el consumo de plásticos, ya que la gran mayoría de sus productos están envasados ofreciendo escasas alternativas. Los plásticos de un solo uso generan graves problemas en los océanos. Afectan a más de 550 especies de fauna marina e indirectamente al ser humano”, alertan también desde Greenpeace España. Las sustancias químicas del plástico ingeridas por los peces, los crustáceos o incluso el plancton “pueden ser transferidas a sus tejidos, entrando en la cadena alimentaria hasta llegar a nuestros platos”. De hecho, “actualmente ya se han descubierto pequeños fragmentos de plástico (microplásticos) en varias especies de pescados y mariscos que consumimos”, añaden. Para evitar esta situación, solo hay que hacer algunos cambios en la rutina diaria, un pequeño gesto que se traduce en un inmenso paso hacia la conservación de nuestro planeta.
- Bolsas de tela. Una medida que sigue implantándose en nuestro país es la desaparición de las bolsas de plástico. La mayoría de supermercados les han puesto un precio para reducir la demanda. Mientras que otros las han eliminado por completo de sus establecimientos. Desde casa, puedes llevar bolsas reutilizables de tela o lona, mucho más resistentes y sostenibles. Estas no solo sirven para trasladar la compra, sino para guardar las frutas y verduras que adquieras a granel, también con guante o servilleta de tela.
- Tiendas a granel. Estas serán tu mejor aliado a la hora de hacer una compra equilibrada y completa. No solo tendrás a tu entera disposición los productos habituales, también encontrarás cacao en polvo, pasta, arroz, legumbres, café, harina, sal, azúcar, frutos secos o especias, entre otros ingredientes.
- Envases de cristal. Siempre que sea posible, sustituye el plástico por el cristal. Este consigue que los alimentos se conserven en mejor estado y sin un ápice de humedad. A este grupo pertenecen, por ejemplo, la leche fresca o los yogures, muy fáciles de encontrar en dicho formato.
- ¿Y la carne y el pescado? La mejor opción es acudir a locales especializados con un táper de casa para poder transportarlos. Una iniciativa que también sirve para la bollería, el embutido, el queso o la comida precocinada.
Lamentablemente, a pesar de la buena voluntad del consumidor, todavía existen algunos productos que resultan casi imposibles de adquirir sin envases de plástico, como la comida congelada, las salsas o los zumos envasados. En ese caso, existen dos opciones: eliminarlos por completo de tu alimentación o intentar hacerlos en tu propia casa. Y recuerda: recicla siempre los recipientes ya utilizados.
¿Veremos una España sin envases?
A día de hoy, son muchos los establecimientos que ofrecen toda una cartera de productos libres de plástico, una seña de identidad de la que estar orgullosos y que atrae cada año a más clientes. Bajo la filosofía Zero Waste -Residuo Cero-, una cadena de supermercados de los Países Bajos se convirtió a principios de 2018 en la primera en abrir una tienda sin envases de plástico. Su nombre es Ekoplaza y cuenta con más de 700 artículos que recurren al cristal o a materiales vegetales como alternativa a su principal enemigo. Berlín es otra de las ciudades que apoya esta iniciativa con el local Original Uverpackt, un espacio de venta al por menor con cero desechos y productos de kilómetro 0.
¿Y cuál es la situación en España? En Barcelona ya existe el primer establecimiento Zero Waste de nuestro país: Yes Future, situado en Sant Antoni. Allí la comida no es la única protagonista, pues también ofrece otras opciones como estropajos vegetales, cepillos de dientes de bambú, táperes de acero inoxidable o lejía biodegradable.
La contaminación por plásticos se ha convertido en un problema de primera índole debido a las terribles secuelas que provoca en el ecosistema. Solo en el océano Ártico hay alrededor de 12.000 partículas de microplástico por cada litro de hielo marino. Una cifra que se ha multiplicado por tres desde el último estudio realizado en 2014. Y es que el plástico representa el 73% de los desechos marinos, un nuevo inquilino que amenaza la supervivencia de las especies que allí habitan y al que hay que poner solución lo antes posible.