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Científicos piden que se implante ya el etiquetado frontal Nutri-Score
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Científicos piden que se implante ya el etiquetado frontal Nutri-Score

Conocer la composición de los alimentos es el primer paso para hacer una compra saludable y llevar una dieta más sana. Un comunicado, firmado por 81 sanitarios, defiende la puesta en práctica de este semáforo nutricional

Foto: Foto: Unsplash/@matreding.
Foto: Unsplash/@matreding.

La calidad de la dieta está estrechamente relacionada con la salud humana, y desde luego con la enfermedad. De hecho, las principales afecciones no transmisibles que afligen al mundo desarrollado son la obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y cáncer, y todos ellos están conectados con lo que comemos y con la actividad física.

Por eso, una prioridad de salud pública mundial es promover una alimentación sana, y con este fin pone en marcha diferentes estrategias (en las que a menudo se implica la industria). La información nutricional es primordial para que los consumidores puedan elegir productos más saludables, pero la verdad es que las etiquetas que informan de los nutrientes no son siempre suficientemente claras.

El semáforo nutricional clasifica los alimentos por colores y letras: del verde y la A para los más saludables al rojo y la D para los peores

Unas de las propuestas más visuales son los semáforos nutricionales, que clasifican la calidad de los alimentos por colores y letras, que van del verde y la A para los más saludables al rojo y la D para los menos recomendables.

Promesas incumplidas

Este es, a grandes rasgos, el modelo que sigue Nutri-Score, una herramienta para el etiquetado frontal de los alimentos, que tuvo su génesis en un sistema de perfil nutricional de la Universidad de Oxford (concretamente, el cálculo para asignar la puntuación por colores) y que posteriormente fue desarrollado por un equipo de científicos de la Universidad de la Soborna (París). Este tipo de etiquetado está implantado en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza y Luxemburgo, pero en España lleva 4 años inmerso en polémicas.

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Foto: iStock.

Una de las objeciones era que el aceite de oliva (una grasa reconocida por sus extraordinarias propiedades para la salud) obtenía una mala calificación por tratarse de una grasa (este error ya ha sido revisado). En 2018, la entonces ministra de Sanidad española, María Luisa Carcedo, anunció que el Nutri-Socre se implantaría en España. El compromiso no se llegó a materializar, y en junio de 2020, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, aseguró que este modelo entraría en vigor a principios de este año, zanjando así las polémicas sobre su precisión que inundaron la red.

Foto: Foto. iStock

Pero 2021 ya está aquí y parece que, por ahora, las etiquetas del modelo Nutri-Score no van a ocupar el frontal de los alimentos. Ante esta situación, y para instar al Ministerio de Consumo a que impulse el real decreto que implemente la herramienta, un equipo de investigadores de la Universidad Rovira I Virgili ha redactado un manifiesto en el que expone todos los argumentos científicos que respaldan el beneficio que este etiquetado tiene para los consumidores y su salud. Hasta 81 profesionales de la salud, que incluye a pediatras, cardiólogos, nutricionistas, endocrinólogos y especialistas en salud pública, han firmado su apoyo al comunicado.

Solidez científica

Uno de los impulsores es el catedrático de Nutrición Jordi Salas, que ha explicado a Alimente que desconoce las causas exactas de la demora del real decreto: “Puede ser por los cambios políticos, pero tampoco hay que descartar las presiones de ciertas multinacionales, que se están oponiendo a la implantación de un etiquetado claro que no favorece a sus productos”.

Con la difusión del comunicado, los firmantes esperan que las autoridades españolas den los pasos en la misma dirección que otros países europeos (nombrar los científicos que debatirán el futuro de Nutri-Score en las comisiones europeas). Según Salas, “es lo mismo que se está demandando a nivel europeo, y esperamos que este tipo de etiquetado sea preferente en Europa”.

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Foto: iStock.

El catedrático admite que “no es el etiquetado perfecto, pero es el mejor que tenemos en estos momentos y su eficacia avalada con diferentes estudios”, y sostiene que “está demostrado científicamente que la persona que utiliza estas etiquetas hace una compra más saludable”.

Con todo, la herramienta, por sí sola, no es suficiente para contener los graves problemas derivados de una mala alimentación. El comunicado resalta que “hay recordar claramente que Nutri-Score, como todos los logotipos nutricionales frontales, es solo una medida más en las políticas de nutrición y salud pública. Es complementario al resto de medidas de salud pública y, en particular, a las acciones de educación nutricional, comunicación sobre recomendaciones genéricas, la regulación del marketing y la publicidad (especialmente dirigida a los niños), y los sistemas de tasación/subsidios para facilitar el acceso a alimentos de buena calidad nutricional para todos”.

Y concluye apelando a que cualquier decisión debe estar basada en criterios científicos y no por las presiones de divulgadores y blogueros.

Aquí se puede leer el contenido íntegro del comunicado.

La calidad de la dieta está estrechamente relacionada con la salud humana, y desde luego con la enfermedad. De hecho, las principales afecciones no transmisibles que afligen al mundo desarrollado son la obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y cáncer, y todos ellos están conectados con lo que comemos y con la actividad física.

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