Los nutricionistas también creen que debemos comer menos carne para vivir más
En España se consumen unos 756 gramos a la semana por persona, frente a los 300gramos máximo recomendado
El año pasado aumentó el consumo de carne en España, concretamente un 6,6% más que en 2019 según datos del Ministerio de Pesca Agricultura y Alimentación. Es verdad que el mayor incremento fue el de carne pollo que los expertos en salud consultados por Alimente recomiendan como fuente de proteína animal frente a la carne roja. La reciente campaña del ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha levantado una gran polémica entre un gran sector de la población y por supuesto entre el sector ganadero y productores de carne. Hasta el presidente del Gobierno se ha desmarcado de su ministro anunciando que "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible".
En este contexto la Sociedad Científica Española de Dietética y Nutrición (SEDYN) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) han respaldado la campaña “Menos carne más vida”, ya que la consideran acertada, oportuna y necesaria. Por ello apoyan, comparten y participan en estrategias de salud pública encaminadas a:
- Reducir el consumo de carne en general y, especialmente, el de carnes rojas y procesadas.
- Promover una alimentación basada en el consumo mayoritario de frutas frescas y hortalizas, legumbres, frutos secos, cereales integrales, tubérculos, aceite de oliva virgen y, en menor cantidad y frecuencia, lácteos, pescado y huevos, seguidos de carnes blancas y magras; así como la reducción del consumo de alimentos ultra procesados ricos en sal, azúcar y grasas no saludables.
- Fomentar el consumo de alimentos de producción local, venta de proximidad y de temporada, frescos o mínimamente procesados.
- Reducir el desperdicio alimentario.
Recomendaciones de salud y consumo actual de carne
La Organización Mundial de la Salud, el World Cancer Research Fundation International (WCRF) y el American Institute for Cancer Research (AICR), aconsejan reducir el consumo de carne roja y procesada a un máximo de 350-500 g a la semana para personas adultas.
En España, los cánceres más frecuentemente diagnosticados en 2020 son los de colon y recto, una enfermedad que se puede prevenir, en gran parte, con una dieta saludable adecuada, como apunta la WCRF. Además, estudios actuales asocian el elevado consumo de carnes procesadas a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, exceso de peso, diabetes mellitus tipo 2, y corroboran como está íntimamente relacionado con el cáncer de colon.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda: 2-4 raciones (100-125 g) a la semana, preferiblemente de pollo o conejo, y no más de 2 raciones carne roja por semana. Es decir, un máximo de 500 g de carne en total a la semana y de estos, un máximo de 250 g a la semana de carne roja.
Según la Comisión 'EAT The Lancet' para una alimentación saludable y sostenible, el consumo de carne no debería exceder los 300 g a la semana, y el de carne roja los 196 g a la semana.
La Encuesta Nacional de Alimentación ENALIA revela que en España se consumen unos 756 g a la semana: unos 260 g/persona/semana de carne roja, y unos 32 g/persona/día de carnes procesadas, cantidades que superan las recomendaciones.
Consumo de carne y sostenibilidad medioambiental
Las actividades humanas están llevando al medio ambiente más allá de los límites considerados seguros para la estabilidad del sistema terrestre y el bienestar de la humanidad. El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resalta que los patrones dietéticos son un elemento importante para un giro hacia una producción y consumo de alimentos sostenibles. Las recomendaciones de consumo de alimentos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) incluyen dietas con menos carne y productos lácteos, más vegetales frescos de producción local y de temporada.
Según el informe 'EAT-Lancet', la transformación a dietas saludables para 2050 requerirá cambios sustanciales en la alimentación: el consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos, semillas y legumbres se deberá duplicar, y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar se deberá reducir en más del 50%. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con menos alimentos de origen animal confiere una buena salud y beneficios medioambientales.
Así, el “plato de salud planetaria” que propone la Comisión debería consistir en un volumen de aproximadamente la mitad del plato de hortalizas y frutas; la otra mitad, debería contener principalmente cereales integrales, fuentes de proteínas vegetales, aceites vegetales insaturados (en nuestro entorno, aceite de oliva virgen) y, opcionalmente, cantidades modestas de proteínas de origen animal.
El año pasado aumentó el consumo de carne en España, concretamente un 6,6% más que en 2019 según datos del Ministerio de Pesca Agricultura y Alimentación. Es verdad que el mayor incremento fue el de carne pollo que los expertos en salud consultados por Alimente recomiendan como fuente de proteína animal frente a la carne roja. La reciente campaña del ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha levantado una gran polémica entre un gran sector de la población y por supuesto entre el sector ganadero y productores de carne. Hasta el presidente del Gobierno se ha desmarcado de su ministro anunciando que "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible".