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Nuevas bacterias, parásitos y toxinas: los riesgos alimentarios que vienen
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Seguridad alimentaria

Nuevas bacterias, parásitos y toxinas: los riesgos alimentarios que vienen

La evolución del clima a partir ya de este año supondrá una serie de riesgos relacionados con el acceso a los alimentos, su utilización, calidad nutricional y la estabilidad de precios

Foto: Foto: iStock
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El cambio climático a medio plazo no solo amenaza con variaciones de temperaturas extremas, borrascas más potentes y sequías más duraderas. Filomena parece una anécdota, pero más allá de estas variaciones cada vez más frecuentes, los expertos advierten también de que la evolución del medioambiente, así como la acción del hombre, planteará nuevos riesgos en la seguridad alimentaria, algunos de los cuales se pueden materializar ya a partir de este mismo año. AINIA, centro que participa en la Red Nacional de Riesgos Emergentes de AESAN -Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición-, ha destacado recientemente, de hecho, cinco tipos de posibles complicaciones.

Los primeros de ellos son los riesgos biológicos derivados, por ejemplo, del calentamiento de los océanos. Según José María Ferrer, responsable de Derecho Alimentario de AINIA, "estamos ante un escenario que en el medio-largo plazo (2021-2050) puede dar lugar a la aparición de algunos riesgos, por ejemplo, las bacterias Vibrio en nuevos ecosistemas, como consecuencia del calentamiento de los océanos, en concreto el Vibrio spp. en productos del mar".

Insectos y parásitos

También es probable que emerjan aquellos riesgos relacionados con la salud y el bienestar animal, con impactos de moderados a elevados. Peligros que pueden desarrollarse como consecuencia, por ejemplo, de la aparición del mosquito tigre (Aedes albopictus), los insectos tipo Culicoides imicola, el virus de la fiebre del valle del Rift, el virus de la peste de pequeños rumiantes (PPR), los parásitos de leishmaniosis, el desarrollo de la enfermedad renal proliferativa en trucha suiza o el estrés por calor en vacas lecheras suizas. Con el consiguiente impacto económico en la producción agropecuaria y los riesgos asociados para la población.

Las agencias vigilan la seguridad, pero no podrán evitar el impacto en todo lo relativo al acceso de alimentos, su distribución y su precio

Como es normal, las agencias que controlan y garantizan la seguridad alimentaria en todos los países están al tanto de estas posibles nuevas amenazas que, aunque se estén vigilando, causarán impacto también en todo lo relativo al acceso de alimentos, su distribución y su precio. Es decir, aunque se mantenga la seguridad en cuanto a lo que ingerimos, es posible que algunos alimentos cambien su procedencia, precio y acceso.

Moscas de la fruta

Con relación a la sanidad vegetal, "los potenciales aspectos emergentes identificados se agrupan y se espera que surjan en el futuro con un gran impacto. Cada uno de ellos está relacionado con amenazas biológicas: plagas o parásitos, que surgirán o aumentarán su alcance en Europa como consecuencia del cambio climático", según Ferrer.

placeholder El impacto de la mosca de la fruta.
El impacto de la mosca de la fruta.

El aumento del área de establecimiento potencial y propagación de Xylella fastidiosa y su insecto vector; las moscas de la fruta, como la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) o la mosca del olivo (Bactrocera oleae), son algunos ejemplos. En vista de estos riesgos, existen en la actualidad acciones y proyectos encaminados a combatir estas enfermedades, como es el caso del 'Grupo Operativo Salud Olivar: desarrollo de estrategias innovadoras para el control de enfermedades endémicas y emergentes en olivo en España'.

Las emisiones de dióxido de carbono hacen que "de forma progresiva se reduzca el contenido nutricional" de los alimentos

Los contaminantes están relacionados con toxinas producidas por organismos (bacterias, hongos, algas), cuyo crecimiento se ve fuertemente afectado por el cambio climático, como por ejemplo las floraciones de algas nocivas. Estos riesgos pueden dar lugar a la proliferación de contaminantes perjudiciales en los alimentos que, en función de los niveles de presencia, pueden generar riesgos para la salud de las personas. Por otro lado, la calidad nutricional está relacionada con la deficiencia de micronutrientes, de acuerdo con los menores contenidos de estos.

“Esta situación se puede generar debido a las emisiones de dióxido de carbono, que hacen que de forma progresiva se reduzca el contenido nutricional de alimentos de primera necesidad a nivel mundial, de manera que de aquí a 2050 podría disminuir la concentración de nutrientes como el hierro y el zinc, pero también de proteínas en el trigo, el maíz, la soja y el arroz, entre otros productos”, apunta Ferrer. “Si estos riesgos llegasen a materializarse, requeriría de una aceleración en las técnicas de fortificación de los alimentos para seguir ofreciendo dietas adecuadas a los requerimientos de la población”, concluye.

El cambio climático a medio plazo no solo amenaza con variaciones de temperaturas extremas, borrascas más potentes y sequías más duraderas. Filomena parece una anécdota, pero más allá de estas variaciones cada vez más frecuentes, los expertos advierten también de que la evolución del medioambiente, así como la acción del hombre, planteará nuevos riesgos en la seguridad alimentaria, algunos de los cuales se pueden materializar ya a partir de este mismo año. AINIA, centro que participa en la Red Nacional de Riesgos Emergentes de AESAN -Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición-, ha destacado recientemente, de hecho, cinco tipos de posibles complicaciones.

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