Cuidado con los excesos, hasta el 20% del banquete de fin de año acaba en la basura

No hace falta comerse una flor para engañar al estómago en ayunas, ni para provocar, como hacía David Bowie en la película 'Feliz Navidad, Mr Lawrence' (1983), humillado en un campo de concentración japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

No es necesario pasar hambre ni mucho menos en unas fechas en las que los banquetes con la familia son uno de los alicientes, pero sí que lo es ser conscientes del posible despilfarro, ya que unos pocos días multiplicados por millones de personas arrojan datos preocupantes: tendemos a comprar más cantidad, con menos previsión y sin mesura, y el resultado es que aunque nos peguemos el atracón, acabamos desperdiciando.

Un estudio realizado por la Fundación Ebro y la empresa Too Good To Go, que ha diseñado estos meses una aplicación para evitar el desperdicio, señala que al menos hasta un 20% de la comida que compramos durante las fiestas acaba siendo malgastada.

"El 93% estaría dispuesto a comprar en un supermercado que reduzca el desperdicio"

Según explica a Alimente Silvia Magán, de Too Good To Go, "las conclusiones que hemos sacado del estudio que se ha realizado entre tres grupos de edad apuntan a que durante las cenas de Nochebuena y la comida de Navidad es cuando más comida sobra, a lo que hay que añadir Nochevieja también. Nosotros nos hemos aliado con arroz SOS para que, justo después de esas fechas y antes de Nochevieja, la gente utilice estas sobras navideñas para hacer recetas que eviten tener que tirar más comida a la basura".

Arroz con cosas

Si alguna vez tuvo sentido la frase 'arroz con cosas' es justo después de los atracones: antes de volver a comprar y de tirar lo que ha sobrado se pueden hacer muchas recetas que impliquen un menor gasto, que han recopilado en una web, aunque lo más importante sea quizás transmitir la idea. Los alimentos con más excedentes, según el mismo estudio, son las gambas y los langostinos en la categoría de mariscos, el pavo y el cordero en el caso de las carnes, y los polvorones y los turrones en el apartado de los dulces, que se siguen comprando, año tras año, en grandes cantidades.

Es un año además especialmente complicado porque aunque otro estudio publicado estos días muestra también que en nuestro país existe una gran conciencia acerca de esta cuestión, siendo el que más se preocupa por ello (90%) en comparación con Italia y Reino Unido, precisamente las restricciones por el covid, la incertidumbre que ha habido sobre cuántas personas se iban a poder reunir o no o sí se podría viajar entre comunidades autónomas también dificulta la previsión.

Consumo responsable

Aun así, al hilo del mismo estudio, "el 56% de españoles afirma estar muy preocupado y el 93% estaría más dispuesto a comprar en un supermercado que lleve a cabo iniciativas que reduzcan el desperdicio alimentario". Es la razón por la cual ideas como la de Too Good To Go, que desarrolló este año un app para tratar de combatir el desperdicio, inciden no ya en la responsabilidad del consumidor, sino incluso entre los supermercados, para ofrecer además alternativas en un momento en el que la crisis económica generada por la pandemia nos devuelve la imagen de colas en los comedores sociales.

Ocupamos el séptimo lugar entre los países europeos que más comida desechan al año

"Nuestra aplicación es muy sencilla, el usuario se mete dentro de la aplicación donde puede encontrar diferentes establecimientos que ubica con un mapa por cercanía, y que a unas horas del día publica la comida y los precios y ofertas que se están produciendo con alimentos que, si no se consumen, pueden acabar ya en la basura porque estén próximos a caducar. Esto beneficia en cuanto a precio y también reduce el desperdicio de los supermercados".

Que seamos un país que de media es más consciente que otros de la UE no significa que haya mucho despilfarro. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ocupamos el séptimo lugar entre los países europeos que más comida desechan al año con unas 7,7 millones de toneladas anuales. Esta es la razón por la cual conviene tener en cuenta que, aunque sea normal compartir una buena mesa con la familia, es necesario ser consciente de lo que implica el desperdicio.