Los 5 alimentos que nunca deberías guardar en la nevera: pierden aroma y sabor

Es algo habitual y mecánico. Llegar a casa después de hacer la compra y guardar los alimentos en la nevera o en la despensa. Sin embargo, ese acto inconsciente, probablemente aprendido y heredado en casa cuando éramos pequeños, nos lleva a cometer errores a la hora de guardar ciertos productos dentro del frigorífico, cuando en realidad deberían conservarse fuera.

Es cierto que el frío alarga la vida de los alimentos al reducir la velocidad con la que se producen las reacciones químicas y, por tanto, se ralentiza la aparición de patógenos y mohos que estropean la comida. No obstante, estas reacciones no siempre son buenas para la calidad del producto y las bajas temperaturas pueden empeorar sus propiedades al variar su textura, su aroma y, principalmente, su sabor.

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Por este motivo, hoy te traemos cinco alimentos que seguramente guardas (erróneamente) en la nevera y que es preferible mantenerlos en el exterior a temperatura ambiente para que puedas saborearlos en todo su esplendor.

Mejor a temperatura ambiente

El primero de ellos son los tomates y, a pesar de ser perecederos, tardan algún tiempo en ponerse malos. El frío modifica su proceso de maduración y altera su aroma, así como su sabor. Déjalos fuera y notarás la diferencia. También ocurre con el jamón serrano y, aunque puede estar refrigerado, pierde sus cualidades y no se disfruta igual. El jamón cortado a cuchillo es aconsejable comerlo en los días siguientes a la compra, mientras que el que se compra en la charcutería o envasado sí se puede dejar en la nevera, pero se aconseja sacarlo 10 minutos antes de comerlo.

Si eres goloso y guardas el chocolate en el frigorífico, habrás comprobado que aparece una especie de capa blanquecina y que su sabor no es tan intenso. Por eso, lo mejor es guardarlo en un sitio fresco y alejado de la luz, pero nunca dentro de la nevera. Algo similar ocurre con la mantequilla ya que, en el interior de este electrodoméstico, este producto lácteo se endurece, perdiendo su textura cremosa. Además, el frío altera su sabor. Gracias a su grasa, a la sal y al cloruro sódico puede permanecer en el exterior y conservarse sin problemas.

El frío puede empeorar las propiedades de los alimentos al variar su textura y sabor

Por último, otro error típico es guardar las salsas que compramos para aderezar los alimentos. Sin embargo, tienen sal y conservantes artificiales que evitan la proliferación de bacterias en su interior si permanecen a temperatura ambiente. Por lo tanto, no hay razón para tenerlas en la nevera. La única excepción y que sí o sí debe ir dentro de la nevera es la mayonesa casera.