¿Cuál es la forma más segura de cascar un huevo? Y no, no es con el filo de la encimera

Con más frecuencia de lo deseado, trasladamos el ajetreo de nuestra vida diaria a la cocina. Eso provoca que dejemos los utensilios de forma desordenada, que pongamos los alimentos crudos junto a otros ya cocinados o que toquemos todo con las manos sin habérnoslas limpiado antes. Estos errores pueden provocar que los alimentos pierdan sus propiedades, que se contaminen o, en el peor de los casos, puedan causarnos problemas de salud.

Uno de estos alimentos es el huevo fresco. Se trata de un producto muy particular ya que puede contener bacterias (como la salmonela) que son muy fáciles de transmitir. Por eso se recomienda no lavarlos hasta que vayan a ser cocinados y que no se guarden en las hueveras de la puerta del frigorífico, sino en las baldas superiores al fondo, para que no sufran los cambios de temperatura al abrir y cerrar la nevera. Además, es poco recomendable separar las claras de las yemas con la propia cáscara del huevo. Lo dicho, un alimento de lo más delicado.

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Pero volviendo a los errores que comentábamos antes, uno de los más habituales es la forma en la que se cascan los huevos a la hora de cocinarlos. La mayoría de las personas lo hace con el canto del plato o con el de la encimera. Así lo hemos visto hacer toda la vida a nuestros mayores. Es una enseñanza heredada que se da por bien hecha sin preguntarnos si verdaderamente es la forma más segura de hacerlo.

¿Cómo se debe cascar un huevo?

Pues bien, según Mario Sánchez, un tecnólogo alimentario y divulgador científico y agroalimentario conocido en Twitter y YouTube como @SefiFood, los huevos nunca se deben cascar ni en la encimera ni en el filo de un bol, plato o sartén, ni con nada que después no vaya a someterse a una temperatura capaz de matar los patógenos. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de cascar un huevo y evitar una intoxicación alimentaria?

La primera idea que lanza Sánchez es algo complicada, pues recomienda romper la cáscara con las propias manos, como hacen los grandes chefs y expertos en cocina, pero sin el golpe previo. Esto seguramente llevaría a que la cáscara se rompiera en trocitos y que parte de ellos se mezclaran con el huevo. Y eso es precisamente lo que hay que evitar, ya que es la cáscara la que puede contaminar la parte comestible del huevo con salmonela.

Los huevos nunca se deben cascar ni en la encimera ni en el filo de un bol, plato o sartén

Otra solución, algo más práctica (y limpia) pasa por cascar el huevo en la encimera, pero colocando una servilleta desechable o que se pueda lavar, para evitar que el huevo entre en contacto con ella. Después de hacer esto, además, lo más recomendable es lavarse las manos para luego disponerse al cocinado de unos deliciosos huevos. De este modo, nos evitaríamos sustos de salud a la hora de manipular los huevos.