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Cómo conservar el embutido y el queso una vez abiertos para que no se sequen y aparezca moho
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VENTAJAS DE ENVASAR AL VACÍO

Cómo conservar el embutido y el queso una vez abiertos para que no se sequen y aparezca moho

El oxígeno es el gran enemigo de los alimentos una vez abiertos y la mejor solución para conservarlos es exponerlos lo mínimo posible al aire libre

Foto: El oxígeno es el gran enemigo de embutidos y quesos una vez abiertos. (iStock)
El oxígeno es el gran enemigo de embutidos y quesos una vez abiertos. (iStock)

Pocas cosas hay más sabrosas que una tabla de quesos variados o una selección de embutidos procedentes de los cerdos más exquisitos. Compartir mesa y mantel con estos productos de la máxima calidad y una buena barra de pan es un auténtico placer, pero que suele derivar en un problema: ¿cómo debemos conservar el embutido y el queso para que no se sequen?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que estos alimentos se conservan mucho mejor sin ser cortados. Eso significa que siempre se recomienda ir cortando embutido a medida que se va comiendo, ya que si sobra mucha cantidad de producto ya cortado es difícil de conservar. Con el queso pasa algo similar, y la razón hay que buscarla en el oxígeno.

Foto:  (iStock)

El oxígeno es una de las principales causas de la degradación de los alimentos. Tanto si se dejan al aire libre como si se protegen con papel film o de aluminio, aparecerán bacterias y microorganismos que irán secando el producto y deshidratándolo. Eso se nota fácilmente cuando vamos a cortar una barra de chorizo o salchichón que hemos dejado en el frigorífico: después de algunos días será fácil ver moho, lo que nos llevará a desechar la primera loncha.

Trucos para conservar embutidos y queso

Tanto si lo que nos ha sobrado de una comida son lonchas sueltas como si se trata de una barra a medio comer de embutido o una cuña de queso, la mejor solución es envasarlo al vacío. De esa manera evitaremos que entre en contacto con el aire y, por tanto, que pueda estropearse por culpa del oxígeno. Envasando al vacío conservaremos los alimentos con toda la garantía.

El oxígeno es una de las principales causas de la degradación de los alimentos

Si no disponemos de una máquina de envasar al vacío, entonces habrá que recurrir al tradicional táper. En este caso, debemos tratar de que sea lo más hermético posible y, además, evitar mezclar varios tipos de embutidos en el mismo recipiente, ya que se mezclarán los aromas. Si no nos quedara más remedio, coloca un papel de horno entre los distintos tipos de embutidos para evitar la mezcla.

Con los quesos sucede algo parecido, pero que, además, se agrava con posibles olores más o menos fuertes. Por eso, siempre que se pueda hay que dividir el queso en cuñas y envasarlas al vacío por separado. Si no fuera posible, guardamos el queso en un táper y lo vamos sacando poco a poco cuando lo vayamos a consumir. Pero, por supuesto, no podemos dejar un queso al aire libre en el frigorífico porque el olor se expandirá rápidamente.

Pocas cosas hay más sabrosas que una tabla de quesos variados o una selección de embutidos procedentes de los cerdos más exquisitos. Compartir mesa y mantel con estos productos de la máxima calidad y una buena barra de pan es un auténtico placer, pero que suele derivar en un problema: ¿cómo debemos conservar el embutido y el queso para que no se sequen?

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