El poder oculto de la comida japonesa para tu cuerpo, según un nuevo estudio

Durante los últimos años, la comida japonesa ha ido ganando cada vez más predilección en todo el mundo, con numerosas personas alrededor del globo que valoran sus sabores, sus cualidades nutritivas y lo saludable que resulta en muchos aspectos. El sushi, el ramen, el udon o el yakitori, entre muchos otros platos, han seducido a multitud de consumidores lejos de las fronteras niponas.

En reconocimiento a su valor, hace unos años la Unesco declaró la cocina tradicional japonesa como Patrimonio Cultural Inmaterial, y la definió como "una práctica social basada en un conjunto de competencias prácticas, tradiciones y conocimientos vinculados a la producción, tratamiento, preparación y la tradición de respeto a la naturaleza".

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Son muchos los beneficios de la comida japonesa, entre los que se incluyen su bajo contenido en grasa y la riqueza y variedad de sus ingredientes, lo cual ayuda a explicar por qué es el país con mayor esperanza de vida del planeta, si lo sumamos a sus otros hábitos saludables. Pero, incluso a día de hoy, los investigadores siguen descubriendo nuevas cualidades que pueden llegar a combatir ciertas enfermedades. Así lo indica un reciente estudio, publicado por la web académica Nutrients y recogido por EurekAlert.

Comida contra la enfermedad hepática NAFLD

Este estudio tiene su origen en la Universidad Metropolitana de Osaka, en Japón. El grupo de investigación, liderado por el doctor Hideki Fujii y el profesor asociado Yoshinari Matsumoto, puso el foco en un conjunto específico de 12 comidas típicas y predominantes en la comida japonesa, al que se refieren como "mJDI12". Los alimentos y grupos de alimentos nipones incluidos son: arroz, sopa de miso, encurtidos, productos de soja, vegetales verdes y amarillos, frutas, mariscos, champiñones, algas, té verde, café y carne de vaca y cerdo.

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El objetivo del estudio era analizar la relación entre la alimentación japonesa y la enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico (NAFLD), cuya característica principal es el exceso de grasa almacenada en las células hepáticas. Los investigadores estudiaron la progresión de la fibrosis hepática de 136 pacientes con esta enfermedad al consumir alimentos del conjunto mJDI12.

Para ello, les dieron a algunos pacientes más elementos de esa dieta que a otros, y diferentes alimentos entre ellos. Como consecuencia, el estudio concluyó que el grupo con un mJDI12 más alto mostró un menor grado de progresión de la fibrosis hepática. Además, en cuanto a los tipos específicos de alimentos, un alto consumo de productos de soja, mariscos y algas demostró tener un efecto supresor sobre la progresión de la fibrosis hepática. Y, más en concreto, el grupo con una mayor ingesta de productos de soja tenía mayor masa muscular, y a su vez un grado aún menor de progresión de la fibrosis hepática.

Soja, mariscos y algas demostraron una especial eficacia contra la fibrosis hepática

"Este estudio indica que el patrón de dieta japonés puede ser efectivo como tratamiento dietético para pacientes con NAFLD", asegura el profesor Matsumoto. "Esperamos que más estudios conduzcan al establecimiento de una dieta efectiva para esos pacientes", concluye.