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Los secretos tras tu menú McDonald's: este es el origen de la lechuga y el pan de tu 'burger'
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'EL PEDIDO MÁS ESPERADO'

Los secretos tras tu menú McDonald's: este es el origen de la lechuga y el pan de tu 'burger'

Hacen falta al menos seis meses para que los ingredientes de tu pedido salgan de las granjas y huertas camino al restaurante. Hoy te descubrimos el proceso de la lechuga y el trigo de tu pan. Próximamente te contaremos el del tomate y la carne

Foto: Foto: cortesía.
Foto: cortesía.

El reto comenzó el pasado junio. Fue entonces cuando McDonald’s lanzó una pregunta insólita: ‘¿Estarías dispuesto a esperar más de seis meses por tu menú?’ Acostumbrados como estamos a la urgencia, al ‘lo quiero ahora, lo quiero ya’, la idea de esperar seis meses a recibir un menú -y más en el sector comúnmente conocido como de comida rápida-, nos pillaba fuera de juego. Pero ese es, precisamente, el objetivo de El pedido más esperado, una propuesta con la que la marca nos anima a valorar la esencia del producto y el tiempo que requiere para su elaboración, a la vez que nos acerca al ciclo de producción y crecimiento de los ingredientes de su Big Mac, McRoyal Deluxe, Cuarto de Libra y del helado McFlurry.

Detrás de ese menú hay un largo proceso de trabajo invisible, que no apreciamos cuando hacemos nuestro pedido y lo recibimos en cuestión de minutos. Para ello, a través de una newsletter mensual, el consumidor puede hacer un seguimiento de todo el proceso de cultivo y crecimiento del tomate, la lechuga, la cebolla, los cereales del pan o la leche del helado, todos ellos de producción local. Desde El Confidencial hemos hablado con agricultores y ganaderos para conocer de primera mano cómo trabajan y descubrir los secretos de sus ingredientes. Ya te contamos los dos primeros ingredientes: la cebolla de las hamburguesas y la leche del McFlurry. Hoy es el turno de la lechuga y el pan de tu hamburguesa.

Los tiempos de la lechuga

Verde, fresca, crujiente… Así recibes tu lechuga, pero posiblemente no seas consciente del camino que ha seguido hasta tu plato. “La siembra se hace de forma manual, se utiliza una pinza para hacer agujeros en la tierra, se coloca la planta en ese agujero, siempre con el tallo a la altura de la tierra. Se hacen dos riegos grandes ara que empape bien, y después se le corta el agua a la planta para que ella misma vaya buscando la humedad y sea autosuficiente”, explica Miguel Vicioso, agricultor de Soria. Después, dependiendo de la temporada, la zona donde esté el cultivo y la meteorología, como principales factores, va a transcurrir más o menos tiempo desde la siembra a la cosecha. Así, en los meses de invierno la lechuga adulta ronda los ciclos de entre 60-90 días, mientras que en meses y lugares más cálidos ronda los 30-45 días.

placeholder Foto: cortesía.
Foto: cortesía.

Una vez cosechada, "pasa rápidamente a una cámara entre 1 y 4 grados, iniciando así una cadena de frío que se mantiene hasta que se sirve en las hamburguesas, lo que asegura la máxima frescura. Estas lechugas se trasladan en apenas unos minutos al centro de producción más cercano, donde nada más llegar pasa los controles de calidad y posteriormente se lavan, cortan, secan y preparan para enviar a los diferentes restaurantes de McDonald’s", explican desde Florette, proveedor de la marca.

Seguramente nunca te has planteado qué tipo de lechuga va en tu hamburguesa. "Utilizamos la iceberg, una variedad que presenta una forma redonda y robusta, constituida por grandes hojas y que contiene en su interior una gran cantidad de agua. Sus hojas son crujientes y frescas, y las más cercanas al centro suelen presentar un color más blanco, mientras que las exteriores cuentan con un ligero color verde traslúcido. Su sabor se caracteriza por ser muy suave y acuoso, lo que combina a la perfección con las diferentes hamburguesas de los menús", apuntan.

También son importantes la sostenibilidad y el producto local. En este sentido, nos indican que "los campos de Florette están situados por toda la península y en Canarias, muy cercanos a los centros de producción. Desde el inicio hemos apostado por trabajar con producto de cercanía, gracias a más de 500 agricultores locales, los que más saben de ensaladas, que acercan las lechugas y vegetales a los consumidores con la máxima frescura y calidad, respetando el medioambiente y siempre asegurando la seguridad alimentaria. Por tanto, hay varios controles en cada una de las fases del recorrido, desde la plantación en el campo hasta su preparación en el centro de producción".

Del trigo al pan

Tras ese panecillo que envuelve tu hamburguesa, hay también un largo recorrido en el que participan olivareros para cosechar el aceite y agricultores que harán germinar y crecer el trigo. Como explica Miguel Cano, managing director de Aryzta Bakeries Iberia, proveedores de McDonald’s, “no valen todos los trigos: el que se utiliza para los panes de tu pedido es especial, de alta proteína y calidad, con una serie de características físicas y químicas que permiten que, una vez recogido y molturado, en el proceso de panificación el producto final consiga el objetivo deseado: ternura, durabilidad, apariencia”.

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Foto: cortesía.

En promedio, las semillas de trigo tardan entre 90 y 120 días en convertirse en plantas maduras listas para la cosecha. Son plazos, no obstante, orientativos, ya que dependerá de las condiciones climáticas de la zona y de si es un cultivo de primavera o de invierno. Después pasa a la fase de molienda, hasta obtener la harina con la que se elaborará el pan. “A diario se descargan en nuestros silos seis cisternas de 25 toneladas de harina. Es un proceso de entrega muy particular, con múltiples controles desde el origen para evitar cualquier contaminación”. Después comienza el proceso de transformación. “Es muy básico, similar a lo que veríamos en una tahona, pero magnificado a nivel industrial, y con férreos controles de seguridad alimentaria”.

El reto comenzó el pasado junio. Fue entonces cuando McDonald’s lanzó una pregunta insólita: ‘¿Estarías dispuesto a esperar más de seis meses por tu menú?’ Acostumbrados como estamos a la urgencia, al ‘lo quiero ahora, lo quiero ya’, la idea de esperar seis meses a recibir un menú -y más en el sector comúnmente conocido como de comida rápida-, nos pillaba fuera de juego. Pero ese es, precisamente, el objetivo de El pedido más esperado, una propuesta con la que la marca nos anima a valorar la esencia del producto y el tiempo que requiere para su elaboración, a la vez que nos acerca al ciclo de producción y crecimiento de los ingredientes de su Big Mac, McRoyal Deluxe, Cuarto de Libra y del helado McFlurry.

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