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No solo leche: así viró Pascual su negocio de proximidad hacia el agua, el café y la soja
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economía local y circular

No solo leche: así viró Pascual su negocio de proximidad hacia el agua, el café y la soja

Desde su nacimiento en 1969, Grupo Pascual ha ido diversificando su negocio para ir ofreciendo, con el tiempo, una mayor gama de productos a sus clientes

Foto: Foto: cortesía del Grupo Pascual.
Foto: cortesía del Grupo Pascual.

Los consumidores españoles lo tienen claro: si pueden elegir, prefieren productos de proximidad. El Informe sobre Distribución de Alimentación de Proximidad en España revela que el 53,1% de los establecimientos de gran consumo alimentario se establece por criterios de cercanía y conveniencia de sus usuarios, primando este aspecto muy por encima de todos los demás.

Las necesidades de los consumidores hacen que, al margen de los comercios, las marcas fabricantes también apuesten por la proximidad en su estrategia de negocio y su adaptación a los nuevos gustos de sus clientes. Es por ello que hay marcas que siempre asociamos a un producto concreto porque fue el que empezaron vendiendo, pero su negocio abrió nuevas vías de comercialización y derivó en otros bienes de consumo. Es lo que pasa con Grupo Pascual, en sus orígenes conocido principalmente por su leche, pero que con el tiempo ha ido expandiendo su actividad llevando cada vez más productos de proximidad a nuestra mesa.

El inicio de todo comenzó en 1969, cuando un grupo de empresarios, liderados por Tomás Pascual Sanz, asumieron la gestión de una cooperativa láctea que acababa de quebrar. Quizá no eran del todo conscientes, pero esa empresa, inicialmente llamada Industrias Lácteas Pascual, iba a hacerse mucho más grande y a estar presente en la economía española hasta el día de hoy.

La marca comenzó a suministrar leche a toda España basándose en un negocio de proximidad, recurriendo a ganaderos del entorno de Burgos. Fue avanzando poco a poco, pero hubo un año que supuso un hito: 1973. Fue entonces cuando ocurrieron dos cosas: lanzó al mercado el primer tetra brick creado en España e introdujo el proceso de ultrapasteurización para que el producto durase más tiempo en buenas condiciones. Fruto de la aceptación de su primera leche, el grupo decidió ampliar el espectro; en 1980 lanzó la leche desnatada y la semidesnatada.

placeholder Planta de Pascual en Gurb, en Barcelona. (Foto: cortesía de Grupo Pascual)
Planta de Pascual en Gurb, en Barcelona. (Foto: cortesía de Grupo Pascual)

A día de hoy, las plantas de Aranda de Duero (Burgos) y Gurb (Barcelona) cuentan con más de 1.000 empleados y miles de empleos indirectos. La catalana, que nació en 2004, tiene una superficie de 48.000 metros cuadrados y una capacidad de procesamiento de más de 200 millones de litros anuales, cuya inversión ascendió a más de 72 millones de euros. Hoy, ambas fábricas son la referencia láctea de Pascual.

Además, la compañía trabaja con 292 granjas, situadas en sus núcleos rurales. El 85% de la población de esos núcleos lleva con el grupo más de 15 años y la tasa de abandono es del 2,8%, menos de la mitad de la media española. "Una producción local fuerte es nuestro objetivo prioritario", añaden: "Ganaderos y agricultores que puedan sacar a flote sus negocios de una manera rentable y continuada. La aplicación de políticas de compra responsables está dirigida a construir un aprovisionamiento sostenible de materias primas agro mediante programas diferenciadores e innovadores, alineados con nuestros objetivos y con la intención de ser capaces de generar valor para todos".

Del manantial de Bezoya al Bifrutas

Pero la apertura a nuevos productos llegó, en realidad, seis años antes, en 1974, cuando adquirió el manantial de Bezoya en Ortigosa del Monte (Segovia), haciéndose con una de las marcas de agua más populares de toda España. Actualmente, y a punto de cumplir sus 50 años de historia, el empleo de Bezoya en la provincia de Segovia se eleva hasta los 120 puestos directos, a los que hay que añadir los indirectos que generan las labores de almacenaje y de transporte de la producción.

Con el paso del tiempo, los españoles nos fuimos acostumbrando a productos como la leche y el zumo, tanto en los desayunos como en las meriendas u otras comidas repartidas a lo largo del día. A consecuencia de ese interés creciente, en 1997 Pascual lanzó Bifrutas, creando una nueva categoría de bebida que reunía los aportes alimenticios de ambos productos. A través de sus dos gamas, Bifrutas Original y Bifrutas Natural, se dirige, sobre todo, a un público joven. Además, también dispone de una bebida de avena bajo la misma marca. Todos sus productos se fabrican en las diversas plantas que la compañía tiene en España.

Las bebidas vegetales llegan a España

En paralelo a lo asentado que ha estado siempre el consumo de leche en nuestro país, los españoles hemos ido, gradualmente, experimentando con bebidas alternativas basadas en otras materias primas como la soja o la almendra. En 2002, Pascual ilustró esta evolución lanzando ViveSoy, su marca de bebidas vegetales. Desde entonces, su gama ha crecido y, a día de hoy, dispone de más de 15 referencias en el mercado no solo de soja, sino también de avena, almendra y frutos secos. Todos estos productos proceden de cultivos de nuestro país. De hecho, actualmente la marca trabaja con 130 familias de agricultores.

placeholder Los ingredientes de sus bebidas vegetales son 100% locales. (Foto: cortesía del Grupo Pascual)
Los ingredientes de sus bebidas vegetales son 100% locales. (Foto: cortesía del Grupo Pascual)

"Sus ingredientes son 100% locales, proceden de campos de cultivo repartidos por diversos puntos de la geografía nacional, como Extremadura, Castilla y León, Aragón, País Vasco, Navarra, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña de la mano de 220 familias de agricultores", añade la compañía.

Al mismo tiempo, llegó a los consumidores cafeteros en 2010. Lo hizo a través de Mocay, su marca de café, con la que comercializa café molido, en grano y en cápsulas para todo el público. Además, la marca también lanzó un formato Ready to Drink, que combina leche Pascual de bienestar animal con café Mocay 100% arábica. A día de hoy, su tostadero de Mocay Caffé en Navarra provee el empleo local en un municipio de menos de 11.500 habitantes. Dispone, además, de la Mocay Academy, su propio programa de formación.

placeholder Mocay Academy es el centro de formación de la división de café del grupo. (Foto: cortesía de Grupo Pascual)
Mocay Academy es el centro de formación de la división de café del grupo. (Foto: cortesía de Grupo Pascual)

El café Jurado, especializado en el tueste, fabricación y elaboración del café, es uno de los más longevos de nuestro país. No en vano, lleva produciéndose desde 1912. Casi un siglo después, el año pasado, Grupo Pascual se hizo con esta marca y la integró, junto a sus más de cien trabajadores, en la estructura de la compañía para asentarse como uno de los mayores players en el negocio del café para hostelería.

A día de hoy, Café Jurado, que se ha expandido dentro y fuera de España; está presente actualmente en 20 países y tiene nueve delegaciones provinciales en el territorio nacional, además de una plataforma propia de ecommerce. Fabrica y distribuye una gran variedad de referencias de café en grano, molido, liofilizado, soluble y en formato cápsula, además de té e infusiones, llegando a una red de más de 5.000 establecimientos en el canal de supermercados y hostelería. Todos sus productos están certificados y cumplen los requisitos de la Internacional Food Standard, además de las certificaciones del Comité de Agricultura Ecológica CAE que regula el cumplimiento de la aplicación de la normativa en esa materia.

Se trata, en definitiva, de una reinvención constante por parte de una compañía que pretende dar eje a un negocio de proximidad y cercanía que, además, proporcione empleo a sus comunidades cercanas. Con ello, la intención de Grupo Pascual pasa por plasmar "una cadena de valor que genere una economía circular en los pueblos y sus zonas de influencia. Contribuyendo, además, al progreso y la prosperidad de otros agentes económicos (empresas de abono, semillas, tiendas, servicios, maquinaria). Todo un círculo virtuoso para priorizar el producto de cercanía y frenar la despoblación del medio rural", concluyen.

Los consumidores españoles lo tienen claro: si pueden elegir, prefieren productos de proximidad. El Informe sobre Distribución de Alimentación de Proximidad en España revela que el 53,1% de los establecimientos de gran consumo alimentario se establece por criterios de cercanía y conveniencia de sus usuarios, primando este aspecto muy por encima de todos los demás.

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