"No es oro todo lo que reluce": un nutricionista explica cómo elegir los embutidos más saludables para Navidad

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El embutido es un aperitivo muy común en las casas españolas durante la Navidad. Pero sin duda el jamón ibérico se convierte en el protagonista en las reuniones familiares. Sobre esta carne procesada ha advertido un nutricionista. El experto ha explicado qué debemos tener en cuenta para elegir las opciones más saludables en las próximas comidas.

Xavier Miralpeix ha detallado que cuando habla de carne procesada se refiere a los productos en lata, las salchichas, curados, salazones, ahumados, incluido el jamón ibérico. “No es oro todo lo que reluce”, ha avisado sobre el alimento patrio.

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P. Díaz

Cómo elegir la opción más sana

El nutricionista ha dicho que el jamón ibérico también es un alimento procesado, por lo que para comprar la alternativa más natural debes fijarte en el etiquetado nutricional. El conocido semáforo que ha suscitado el debate en más de una ocasión por la clasificación que se hace de algunos productos en el mercado. El sistema está formado por 5 letras: desde la A hasta la E, siendo esta última el indicador de que el alimento no es saludable.

En el caso del jamón ibérico, los conservantes más utilizados son el nitrito sódico (E-250) y el nitrato potásico (E-252). “Estos dos compuestos van a influir en el color y el aroma”, ha señalado. Los azúcares que incluye “determinan el sabor junto a los aditivos químicos que devuelven a la carne el color más rojo, se potencia el aroma a curado y disminuyen los toques rancios”.

Pero Miralpeix ha aclarado que no todos los jamones llevan azúcares y aditivos químicos. Si buscas la opción más sana, debes adquirir aquel que ponga en su etiqueta natural. Esto quiere decir que solo lo tratan con sal. “Esta apuesta más saludable del procesado por la eliminación de aditivos les obliga a extremar el control del proceso de curación, especialmente durante los primeros 3 meses, que es cuando hay más riesgo de contaminación microbiológica”, ha justificado el nutricionista.

Ha puntualizado que estas piezas suelen tener una curación más larga, de entre 6 meses a un año más. Por tanto, “cuanto más deshidratado esté un jamón, más difícil lo tendrán las bacterias para multiplicarse”. Así, añade, el “efecto con el color no es muy crítico, ya que el altísimo contenido en zinc de este tipo de carne es la principal garantía de su coloración rojiza y no se necesitan los efectos colorantes de los conservantes”.