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¿Son mejores los langostinos crudos, cocidos o congelados? Guía para saber lo que estás comprando
  1. Consumo
Buena pregunta

¿Son mejores los langostinos crudos, cocidos o congelados? Guía para saber lo que estás comprando

Entre estas tres variedades hay notables diferencias que debemos tener en cuenta al comprar. Tanto en términos de precio como de frescura, calidad y, por supuesto, valores nutricionales

Foto: Analizamos los distintos tipos de langostinos que se pueden comprar. (Noray)
Analizamos los distintos tipos de langostinos que se pueden comprar. (Noray)

Hace tiempo que los langostinos no son manjares que, única y exclusivamente, degustamos en fechas señaladas, como es el caso de la Nochebuena o el día de Navidad. En gran medida, porque se ha avanzado mucho en materia de importación y, sobre todo, de congelación y acuicultura. Hoy en día, un gran porcentaje de este alimento que se consume en nuestro país procede de países tropicales y, especialmente, de Ecuador.

Para hacernos una idea de su popularidad, basta con decir que los langostinos son los terceros productos del mar más consumidos en España. Solo los superan la merluza y los calamares. Eso sí, solo en diciembre se compra un 25 % del total anual de la producción. La variedad más extendida es el langostino blanco de acuicultura y el 95 % se vende congelado. Un tercio también se comercializa previamente cocido.

Foto: Foto: Unsplash/@strfi-Khedonia.

Al contrario de lo que muchos piensan, el langostino crudo fresco tiene una importancia residual en el mercado. De hecho, según la OCU, apenas representa el 1 % del total. Es importante no confundir el término fresco con el de a granel, ya que en la mayoría de los casos los langostinos que se venden de este modo han sido previamente congelados y descongelados. Algo que ha dado lugar a algunas estafas, sobre todo, en épocas de alta demanda de ciertas variedades como es la Navidad.

Como es evidente, los langostinos frescos tienen un sabor y un aroma mucho más intensos. Esto se debe a que sus características organolépticas no se han visto mermadas por el proceso de cocción o congelación, por lo que ofrecen un gusto mucho más intenso en el paladar. Eso sí, hay que revisar que no hayan adquirido un tono pálido antes de comprarlos, ya que esto podría indicar que no están en buen estado.

¿Hay diferencias nutricionales o de otro tipo?

No. Cuando hablamos de langostinos crudos, cocidos o congelados hablamos del mismo fruto del mar y sus características son idénticas en términos de proteínas, grasas, etc. La diferencia está en la sal. Las variedades congeladas y cocidas muestran porcentajes más altos de lo recomendado, lo cual se debe a la técnica de conservación empleada para evitar su oxidación y deterioro. Solo es menor cuando, además de ser crudo, es fresco.

Otra cuestión importante es el precio. En estos momentos, el valor de un kilogramo de langostinos congelados vendidos en cajas o a granel que estén congelados o hayan sido descongelados previamente oscila entre los ocho y los 12 euros en la mayoría de supermercados. Ese es el rango de precio en el que se puede encontrar también la misma cantidad de langostino cocido (entre 40 y 60 unidades, por norma general). En cambio, el kilo de marisco fresco puede fácilmente triplicar esas cifras. En épocas como la Navidad, todavía más.

Por su parte, la OCU revela también que la higiene y la frescura de los langostinos es mucho mejor cuando se venden congelados que cuando se comercializan a granel. También aportan más información nutricional y relacionada con su origen al consumidor, ya que toda aparece claramente especificada en el envase. Además, la variedad de tamaños disponibles acostumbra a ser bastante mayor.

La forma de consumir marca la elección

Dado el rango de precios que hemos comentado anteriormente, no es rentable comprar langostinos a granel previamente descongelados, salvo que sea una situación de urgencia y que vayan a consumirse de forma casi inmediata. Hay que tener en cuenta que no se pueden volver a congelar y que se degradan bastante rápido. Es más, no es extraño encontrar piezas a las que les faltan patas o a las que se les desprende la cabeza por sí solas cuando se elige esta modalidad.

Foto: Está muy rica, pero si sabes de dónde sale... (iStock)

En cambio, el langostino congelado ofrece muchas más posibilidades. Se vende en el interior de cajas fáciles de almacenar y se pueden conservar dentro del congelador durante algunos días más después de su compra sin que pierda cualidades. De este modo, será posible descongelarlo cuando se necesite y consumirlo inmediatamente, lo que garantizará su calidad y frescura.

Por su lado, el langostino cocido también ofrece esta ventaja. Sin embargo, su versatilidad en la cocina es mucho menor, puesto que ha sido previamente cocinado. Solo debe apostarse por esta opción en caso de que se sepa de antemano que habrá que cocerlos en casa y se quiera ahorrar este paso.

El langostino congelado es la mejor alternativa por precio y calidad

Por tanto, salvo que se quiera comprar un producto fresco del día de una variedad de reconocida calidad como, por ejemplo, el langostino tigre de Huelva, la mejor opción pasa siempre por comprar congelados. Son los que ofrecen mayor calidad en términos de sabor y textura y están disponibles por precios relativamente bajos gracias a la proliferación de la importación y la acuicultura.

Hace tiempo que los langostinos no son manjares que, única y exclusivamente, degustamos en fechas señaladas, como es el caso de la Nochebuena o el día de Navidad. En gran medida, porque se ha avanzado mucho en materia de importación y, sobre todo, de congelación y acuicultura. Hoy en día, un gran porcentaje de este alimento que se consume en nuestro país procede de países tropicales y, especialmente, de Ecuador.

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