Las fresas con hepatitis A no se han consumido: ¿fueron regadas con aguas fecales?
Bruselas informa que no han llegado al consumidor y la Junta de Andalucía asegura que las frutas han sido localizadas por el importador y el distribuidor
Este lunes, el sistema comunitario Rapid Alert System Feed and Food (RASFF) emitía una notificación en la que alertaba de la “presencia de hepatitis A en fresas de Marruecos” detectada en un punto de entrada de España. El portal de la Unión Europea avisaba de un riesgo “serio” porque superaba los niveles permitidos del patógeno.
Tras ello, saltarían muchas alarmas entre población, distribuidores y agricultores, pero las autoridades no han tardado en transmitir tranquilidad, ya que el control que las detectó ha permitido que no lleguen al consumidor.
La Comisión Europea (CE) ha recalcado este miércoles que la fresas con hepatitis A no han llegado a las tiendas de España ni en otro país de la Unión Europea. Asimismo, ha destacado que no son necesarias “acciones rápidas” contra esas mercancías en el resto de la Unión Europea, más allá del territorio español.
“No se necesita una acción rápida en cualquier otro Estado miembro de la UE diferente al que ha notificado la cuestión. En este caso, sería España”, ha declarado el portavoz de la CE, Stefan De Keersmaecker, durante la rueda de prensa diaria del Ejecutivo comunitario, recogida por la agencia EFE.
Asimismo, De Keersmaecker ha mencionado la devolución o la destrucción de los productos contaminados, entre las posibles opciones.
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha confirmado este miércoles que esas fresas entraron por el puerto de Algeciras (Cádiz) y que ya han sido localizados tanto el importador, de la provincia de Huelva, como el distribuidor, de la provincia de Sevilla, quien ha asegurado que “no llegó a ponerlas en el mercado”.
Moreno ha expuesto que la Junta recibió el aviso el lunes por la tarde y, en apenas 24 horas, en un tiempo “récord”, ya fueron localizados importador y distribuidor y se llevó a cabo la trazabilidad del producto. “Estamos haciendo todas las comprobaciones oportunas para asegurarnos de que no han sido distribuidas y, sobre todo, que no han sido consumidas, que es lo que nos preocupa”, según ha indicado el presidente en declaraciones recogidas por Europa Press, quien ha añadido que el distribuidor ha informado de que no han salido al mercado.
“La noticia hasta ahora es tranquilizadora en el sentido de que, localizado el distribuidor, nos dice que no han sido comercializadas, pero vamos a hacer todas las comprobaciones para certificar que, en efecto, nadie haya consumido esos productos que están infectados, por así decirlo”, ha recalcado.
Para el presidente, lo que está claro es que “los controles de las aduanas fallaron” y “esas fresas no deberían haber entrado en España”. Ha indicado que el Estado “no quiere asumir su responsabilidad”, cuando compete a Sanidad Exterior el análisis de los productos y no a la Junta de Andalucía.
Ha reclamado al Gobierno central que “examine los protocolos que tiene establecidos y que evite estas situaciones cuando llegan productos de terceros países a nuestro país”. Ha insistido en que la frontera exterior compete al Gobierno de la nación, que tiene que actuar y controlar lo que entra en España.
“Es muy importante controlarlo en función de los protocolos en el ámbito sanitario y en el comercial”, según Moreno, quien ha señalado que hay “una queja constante y permanente de muchos sectores productivos y de muchos ciudadanos sobre la falta de atención, interés y dedicación que pone el Estado en controlar estos productos”.
Reglas de seguridad alimentaria “muy estrictas”
El portavoz de la CE ha explicado que en el sistema de notificación comunitario hay dos tipos de alerta. En el caso de la denominada “información para la atención”, la que se ha emitido a raíz de las fresas marroquíes con hepatitis A, no se requiere una acción rápida fuera del país de la UE que ha comunicado el problema.
Si se emite una “notificación de alerta”, es necesaria una acción rápida en otros Estados miembros porque el producto podría haber llegado a mercados de otros países del club comunitario.
Asimismo, ha subrayado que la Unión Europea tiene unas reglas de seguridad alimentaria “muy estrictas y sólidas, entre las más estrictas del mundo”.
Igualmente, ha mencionado los mecanismos que garantizan la coordinación y cooperación con los Estados miembros, como el RASFF, que proporciona las últimas informaciones sobre los avisos alimentarios.
¿Fueron regadas con aguas fecales?
Llegados a este punto, en el que ya sabemos que no existe riesgo para la población, cabe preguntarse cómo estas frutas acaban teniendo restos de hepatitis A. Los expertos consultados por El Confidencial plantean dos grandes posibilidades para que los lotes de fresas se hayan contaminado: una manipulación sin higiene o aguas contaminadas.
Por un lado, existe la posibilidad de que alguna de las personas que hayan interactuado con las frutas tuviese la enfermedad y no hubiese seguido una adecuada higiene. Como explica Gloria Sánchez, investigadora en Virología Alimentaria del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos en Valencia (IATA-CSIC): “El virus de la hepatitis se excreta en heces. Entonces, si alguna persona que está infectada, y que incluso puede ser asintomática, no sigue unas buenas prácticas higiénicas después de ir al baño, podría ser la vía de entrada del virus a las fresas a través de las manos”. Un supuesto plausible si se hubiese detectado en unos pocos lotes.
Por otro, y más probable, la contaminación con bacterias fecales del riego, una vía a la que apuntaba este martes la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). Sobre esta posibilidad, Sánchez señala que “si las aguas que utilizan para regar no están bien depuradas y están contaminadas con aguas fecales, puede ser una de las grandes vías de entrada de la hepatitis A”.
En la misma sintonía se muestra la catedrática en Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública, Patricia Guillem: “Las aguas con las que se ha regado ese cultivo pueden ser las culpables. Pueden ser aguas contaminadas con residuos fecales, por alguna filtración o alguna rotura de tuberías”.
Tranquilidad por la vacunación y los controles
La presentación clínica de la hepatitis A puede variar desde una infección asintomática hasta una enfermedad con ictericia y, en casos raros, insuficiencia hepática fulminante. No obstante, la mayoría de los casos de hepatitis A tienen una evolución autolimitada y no progresan a enfermedad crónica.
Guillem, que es profesora de la Universidad Europea, señala que una infección por hepatitis A tendría síntomas como fiebre o náuseas, pero que “en principio tendría complicaciones que no deberían revestir importancia porque, en países desarrollados como el nuestro, ante síntomas gastrointestinales, tenemos muchas alternativas terapéuticas, tanto en farmacia como controlables en atención hospitalaria”.
A ello se suma que, alrededor del año de vida, el calendario de vacunación español marca que estemos inoculados contra la hepatitis A y B. “Esa dosis de inmunidad protege mucho respecto a evitar la enfermedad y, en caso de que se produjese, no tuviese complicaciones graves”, añade la epidemióloga.
Ambas expertas trasmiten tranquilidad teniendo en cuenta los controles sanitarios que se siguen y que demuestran su éxito, como es el caso de las fresas marroquíes.
Este lunes, el sistema comunitario Rapid Alert System Feed and Food (RASFF) emitía una notificación en la que alertaba de la “presencia de hepatitis A en fresas de Marruecos” detectada en un punto de entrada de España. El portal de la Unión Europea avisaba de un riesgo “serio” porque superaba los niveles permitidos del patógeno.